Papa: poner los derechos humanos en el centro de todas las políticas
Pedido de Francisco “a cuantos tienen responsabilidades institucionales” en el mensaje a la Conferencia organizada en la Gregoriana en ocasión del 70° aniversario de la Declaración universal de los derechos humanos. Cuando los derechos fundamentales son violados “todos estamos llamados en causa”, especialmente los cristianos.
Ciudad del Vaticano AsiaNews)- “Poner los derechos humanos en el centro de todas las políticas, también las políticas de cooperación para el desarrollo, incluso cuando eso signifique ir contra corriente”. Es el pedido que el Papa Francisco lanza hoy cuando se celebra el 70° aniversario de la Declaración universal de los derechos humanos, como centro del mensaje dirigido a los participantes en la Conferencia internacional sobre el tema de los derechos humanos en el mundo contemporáneo: conquistas, omisiones, negaciones, que se abre hoy en la Pontificia Universidad Gregoriana en ocasión del aniversario y también del 25° aniversario de la Declaración y del Programa de Acción de Viena para la tutela de los derechos humanos en el mundo.
En el documento Francisco evidencia que: “En el año en que se celebran los significativos aniversarios de estos instrumentos jurídicos internacionales, es apropiado reflexionar en profundidad sobre los fundamentos y el respeto de los derechos humanos en el mundo contemporáneo, reflexión que espero que conduzca a un compromiso renovado con la defensa de la dignidad humana, con especial atención a los miembros más vulnerables de la comunidad”.
El Papa revela que, frente a la Declaración “persisten en el mundo numerosas formas de injusticia, alimentadas por visiones antropológicas reductivas y por un modelo económico basado en el beneficio, que no duda en explotar, descartar e incluso matar al hombre”. "Mientras una parte de la humanidad vive en la opulencia, otra parte ve su propia dignidad repudiada, despreciada o pisoteada y sus derechos fundamentales ignorados o violados.Pienso, en los no nacidos a los que se niega el derecho a venir al mundo, en los que no tienen acceso a los medios necesarios para una vida digna; en los que están excluidos de una educación adecuada; en los que están injustamente privados de su trabajo u obligados a trabajar como esclavos; pienso también en todos aquellos que viven en un clima dominado por la sospecha y el desprecio, que son objeto de actos de intolerancia, discriminación y violencia a causa de su pertenencia racial, étnica, nacional o religiosa. Por último, no puedo dejar de mencionar a quienes sufren múltiples violaciones de sus derechos fundamentales en el trágico contexto de los conflictos armados, mientras que los mercaderes de la muerte, sin escrúpulos, se enriquecen a costa de la sangre de sus hermanos y hermanas”.
“Ante estos graves fenómenos, todos cuestionados. Cuando,de hecho, se violan los derechos fundamentales, o cuando se da prioridad a unos derechos sobre otros, o cuando sólo se conceden a determinados grupos, se producen graves injusticias, que a su vez alimentan los conflictos con graves consecuencias tanto dentro de las naciones como entre ellas. Cada uno está llamado, pues, a contribuir con valentía y determinación, en la especificidad de su función, al respeto de los derechos fundamentales de cada uno, especialmente de los derechos “invisibles”: de muchos que tienen hambre y sed, que están desnudos, enfermos, extranjeros o prisioneros (cfr Mt 25,35-36), que viven al margen de la sociedad o que son descartados”.
“Esta exigencia de justicia y solidaridad reviste un significado especial para nosotros cristianos, porque el Evangelio mismo nos invita a dirigir nuestra mirada hacia los más pequeños de nuestros hermanos y hermanas. a movernos con compasión (cfr Mt 14,14) y a comprometernos concretamente para aliviar sus sufrimientos. Deseo, en esta ocasión-concluye el mensaje. dirigir un cordial pedido a cuantos tienen responsabilidades institucionales, pidiendo a ellos que pongan los derechos humanos al centro de todas las políticas, incluidas aquellas de cooperación al desarrollo, aún cuando esto signifique ir contracorriente”.
