Papa: podemos reconocer a Jesús en el rostro de los pobres, los enfermos, los encarcelados, los refugiados
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Con el bautismo de Jesús, que se
celebra hoy, ha terminado la época de los "cielos cerrados", la separación entre Dios y el hombre: "la tierra se ha convertido en la morada de Dios entre los hombres y cada de nosotros tiene la oportunidad
de conocer al Hijo de Dios, experimentando todo el amor y la misericordia infinita".
Lo podemos encontrar en los sacramentos,
"podemos reconocerlo en el
rostro de nuestros hermanos, especialmente
los pobres, los enfermos, los presos,
los refugiados: son carne de Cristo
sufriente y la imagen visible del
Dios invisible viviendo."
Lo ha dicho el Papa Francisco a 40 mil personas en la Plaza de San Pedro para el Ángelus, a pesar
del día lluvioso. También pidió el Papa rezar
por el viaje que va a iniciar mañana
a Sri Lanka y Filipinas. "Mañana por la noche - dijo después de la oración
mariana - parto para un viaje apostólico a Sri Lanka
y Filipinas. Les pido que, por
favor, me acompañen con la oración y también
les pido a los ciudadanos de Sri Lanka
y los filipinos que se encuentran en
Roma rezar por mi viaje".
"Con el bautismo de Jesús - había dicho antes del
Ángelus - no solo se abren los cielos, sino
Dios habla nuevamente haciendo resonar su
voz: «Tu eres mi Hijo amado: en Ti me he complacido» (Mc 1,11). La voz del Padre proclama el misterio que se esconde en
el Hombre bautizado por el Precursor. Jesús, el Hijo de Dios encarnado, es también la Palabra definitiva
que el Padre quería decirle al
mundo. Sólo escuchando, siguiendo y siendo testigo de esta Palabra,
podemos hacer totalmente fructífera
nuestra experiencia de fe, cuyo germen
se ha depositado en nosotros en el día de nuestro Bautismo.
El descenso del Espíritu Santo, en forma
de paloma, permite al Cristo, el Ungido del
Señor, para inaugurar su misión salvífica para todos nosotros. El Espíritu Santo, que anima
totalmente la vida y ministerio de Jesús, es el mismo Espíritu que guía a la vida cristiana. Poner bajo la acción del Espíritu
Santo nuestra vida de cristianos y la misión, que todos hemos recibido en
virtud del bautismo, significa redescubrir el coraje apostólico necesario para
superar fáciles comodidades mundanas. En cambio, un el Evangelio hasta los
confines de la tierra y de la sociedad, se hacen también un cristiano y una
comunidad "mudos" que no hablan y no evangelizan".
07/01/2018 14:30