Papa: pedir "consejo" a Dios, "para entender la forma correcta de hablar y de comportarse y el camino a seguir "
Ciudad
del Vaticano (Asianews) - Pidámosle "consejo" a Dios, "Pidámosle
al Señor: ¿cuál es tu deseo?, ¿Cuál es tu voluntad, ¿Qué es lo que te gusta?",
Para "entender la forma correcta de hablar y comportarse y el camino a
seguir". Es
el "Consejo", el don del Espíritu Santo, del cual el Papa Francisco
habló hoy a las 60 mil personas presentes en la Plaza de San Pedro para la
audiencia general. Entre
ellos, como de costumbre, el Papa ha pasado largamente con el jeep blanco,
bendiciendo, saludando y besando bebés. Un
saludo especial a un anciano discapacitado, llevado por los hombres de
seguridad con su silla de ruedas, que, visiblemente emocionado, pudo intercambiar
algunas palabras con Francisco.
En
su discurso a los presentes, siguiendo el ejemplo de los dones del Espíritu
Santo, el Papa habló del don de consejo. "Sabemos lo importante que es,
sobre todo en los momentos más delicados, poder contar con sugerencias de
personas sabias que nos quieren mucho. Ahora, a través del don del consejo, es
el mismo Dios, con su Espíritu, el que ilumina nuestro corazón, para que
comprendamos el modo justo de hablar y de comportarnos en la vida. Debemos
preguntarnos, sin embargo: ¿Cómo actúa este don concretamente, dentro de
nosotros y en nuestra vida? ¿Y cómo podemos escucharlo y seguirlo? En el momento en el que lo acogemos y lo albergamos en nuestro
corazón, el Espíritu Santo comienza enseguida a sensibilizarnos a su voz y a
orientar nuestros pensamientos, nuestros sentimientos y nuestras intenciones
según el corazón de Dios. Al mismo tiempo, nos lleva cada vez más a dirigir
nuestra mirada interior hacia Jesús, como modelo de nuestro modo de actuar y de
relacionarnos con Dios Padre y con los hermanos. El consejo, entonces, es el
don con el que el Espíritu Santo capacita nuestra conciencia para hacer una
elección concreta en comunión con Dios, según la lógica de Jesús y de su
Evangelio. De este modo, el Espíritu nos hace crecer interiormente, nos hace
crecer positivamente, nos hace crecer en la comunidad... nos ayuda a no caer en
el fallo del egoísmo y en el propio modo de ver las cosas, así el Espíritu nos
ayuda a crecer y a vivir en comunidad".
"La
condición esencial para conservar este don es la oración, siempre volvemos a lo
mismo: la oración. Es muy importante la oración. Rezar. Rezar las oraciones que
todos nosotros sabemos desde pequeños, pero también rezar con nuestras
palabras, rezar al Señor: '¡Señor, ayúdame! ¡Aconséjame! ¿Qué debo hacer
ahora?'. Y con la oración hacemos espacio para que venga el Espíritu y nos
ayude en ese momento, nos aconseje sobre lo que todos debemos hacer. La oración
¡nunca olvidéis la oración! ¡Nunca! Nadie se da cuenta de si rezamos por la
calle, en el autobús. Rezamos en silencio, con el corazón. Aprovechemos esos
momentos para rezar. Rezar para que el Espíritu nos dé este don del
consejo".
En la intimidad con
Dios, en la escucha de su Palabra, poco a poco ponemos a un lado nuestra lógica
personal, que viene muchas veces de nuestra cerrazón, de nuestros prejuicios,
de nuestras ambiciones y aprendemos, sin embargo, a preguntar al Señor: ¿Cuál
es tu deseo? Pedir consejo al Señor y esto lo hacemos con la oración. De este
modo madura en nosotros una sintonía profunda, casi connatural en el Espíritu y
se experimenta qué ciertas son las palabras de Jesús recogidas en el Evangelio
de Mateo: "No os preocupéis de cómo o de qué diréis, porque se os dirá en
ese momento lo que tenéis que decir: de hecho no sois vosotros los que
hablaréis, sino que el Espíritu de vuestro Padre hablará en vosotros"
(Mt 10,19-20). Es el Espíritu que nos aconseja, pero nosotros debemos
darle espacio, espacio al Espíritu para que nos aconseje. Dar espacio es rezar.
Rezar para que él venga y nos ayude siempre.
"Como
todos los demás dones del Espíritu, además -ha dicho- también el consejo
constituye un tesoro para toda la comunidad cristiana. El Señor no nos
habla sólo en la intimidad del corazón. Nos habla sí, pero no solo allí, sino
también a través de la voz y del testimonio de los hermanos. ¡Es de verdad un
don grande poder encontrar hombres y mujeres de fe que, sobre todo en las
etapas más complicadas e importantes de nuestra vida, nos ayudan a hacer luz en
nuestro corazón y a reconocer la voluntad del Señor!"
"Recuerdo que una
vez, yo estaba en el confesionario, y una larga cola delante, en el Santuario
de Luján, el obispo de esa diócesis estaba ahí, y había un chico en la cola,
todo moderno con tatuajes... Y ha venido a decirme lo que estaba pasando. Era
un gran problema, difícil. '¿Tú qué
harías? Se lo he dicho todo esto a mi mamá y mi mamá me dijo: Ve a la Virgen
María y ella te dirá lo que debes hacer'. He aquí, una mujer que
tenía el don de consejo no sabía cómo salir del problema del niño, pero se ha
mostrado de la manera correcta:.'Ve donde la Virgen y ella te dirá'. Este es el
don de consejo. No dijo: 'pero esto... '. Permite que el Espíritu hable y esa
mujer, humilde, sencilla, dio al niño el más cierto consejo, el consejo más
hermoso, porque este chico me dijo:"He mirado a la Virgen y me enteré que
tengo que hacer esto, esto,
esto'. Yo no tenía que hablar. Todas las madres, la Virgen María y el niño. Este
es el don de consejo. Vosotras mamás que tienen este don, piden este don para
sus hijos el don de orientar a vuestros hijos. Es un regalo de Dios".
Saludo,
finalmente, a un grupo de miembros de la familia de los niños del centro de la
lucha contra las drogas de San Patrignano. El Papa ha querido decir "no a
cualquier tipo de droga. ¡No!, a cualquier tipo de droga".
02/05/2017 13:54
23/05/2021 13:49