Papa: paz ‘en toda tierra que esté herida por la guerra’
Francisco presidió una Oración por la paz en Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo. Que el Señor “salve a los niños que sufren a causa de conflictos que no tienen que ver con ellos, pero que les roban su infancia y a veces también la propia vida. ¡Cuánta hipocresía cuando se niegan las masacres de mujeres y niños!”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Paz “en toda tierra que esté herida por la guerra”. Es la oración que el Papa Francisco ha elevado esta tarde al celebrar, en la basílica de San Pedro, una Oración por la paz en Sudán del Sur y en la República Democrática del Congo. Un rito acompañado por cantos en lengua suajili, durante el cual el Papa recordó que “no ha sido posible” para él viajar a Sudán del Sur, pero, agregó, “sabemos que la oración es más importante, porque es más poderosa: la plegaria actúa con la fuerza de Dios, para quien nada es imposible”.
Mujeres y niños víctimas de todas las guerras fueron recordados por Francisco cuando pidió al Señor que “salve a los niños que sufren a causa de conflictos que no tienen que ver con ellos, pero que les roban su infancia y a veces también la propia vida. ¡Cuánta hipocresía cuando se niegan las masacres de mujeres y niños! Aquí la guerra muestra su rostro más horrible”. Y prosiguió, “socorra a las mujeres víctimas de la violencia en las zonas de guerra y en cualquier parte del mundo”.
“El Señor –siguió diciendo- ayude a los humildes y a los pobres del mundo a seguir creyendo y esperando en que el Reino de Dios está cerca, que está en medio de nosotros, y es «justicia, paz y gozo en el Espíritu Santo» (Rm 14,17). Que sostenga a todos los que, día tras día, se esfuerzan por combatir el mal con el bien, con gestos y palabras de fraternidad, de respeto, de encuentro, de solidaridad”.
“Que el Señor afiance en los gobernantes y en todos los que tienen responsabilidades un espíritu noble y recto, firme y valiente en la búsqueda de la paz, mediante el diálogo y la negociación. Que el Señor nos conceda a todos nosotros ser artesanos de paz allí donde estemos, en la familia, en la escuela, en el trabajo, en las comunidades, en cualquier ambiente; «lavándonos los pies» unos a otros, a semejanza de nuestro Maestro y Señor”.
All término de la celebración, el Papa bendijo dos estatuas de la Virgen, que serán llevadas a Sudán del Sur y a la República Democrática del Congo, como signo de fraternidad y de compromiso recíproco por la paz, con la ayuda de la Santa Madre de Dios”.