Papa: para luchar contra la trata de personas hace falta solidaridad y una 'economía del coraje'

Mensaje de video de Francisco para el Día Internacional de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas. Una economía sin trata es una "economía del cuidado". Es una "economía solidaria: trabajamos por una solidez que se combina con la solidaridad". "La trata de personas encuentra un terreno fértil en el enfoque del capitalismo neoliberal". Necesitamos "el coraje de conjugar la legítima ganancia con la promoción de la ocupación y de condiciones de trabajo dignas".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Contra la trata de personas necesitamos una "economía del coraje", entendida como "el coraje de la construcción paciente, de la planificación que no mira siempre y sólo a la ventaja a muy corto plazo, sino a los frutos a mediano y largo plazo y, sobre todo, a las personas". Esta es la consideración final del video mensaje que envió el Papa Francisco a los participantes en la Maratón de Oración en Línea que tiene lugar con motivo del VII Día Internacional de Oración y Reflexión contra la Trata de Personas, que este año tiene como tema "Economía sin trata".

Francisco, en primer lugar, señala que "este año varios momentos de oración son interreligiosos, uno de ellos también en Asia". "Este día - añade - es importante porque nos ayuda a todos a recordar este drama, y nos impulsa a no dejar de rezar y luchar juntos", con el objetivo de que "cada persona esclavizada vuelva a ser protagonista libre de su propia vida y parte activa en la construcción del bien común”.

“Este - continúa - es un Día de Oración. Sí, hace falta rezar para sostener a las víctimas de la trata y a las personas que acompañan los procesos de integración y reinserción social. Hace falta rezar para que aprendamos a acercarnos con humanidad y valentía a quien está marcado por tanto dolor y desesperación, manteniendo viva la esperanza. Rezar para ser centinelas capaces de discernir y tomar decisiones orientadas al bien”.

Una economía sin tráfico es, para Francis, "una economía del cuidado". “El cuidado puede entenderse como cuidar de las personas y de la naturaleza, ofreciendo productos y servicios para el crecimiento del bien común. Una economía que cuide el trabajo, creando oportunidades de empleo que no exploten al trabajador mediante condiciones laborales degradantes y horarios extenuantes”. Y si la pandemia "ha exacerbado y empeorado las condiciones de explotación laboral", economía del cuidado "significa una economía de la solidaridad: trabajamos por una solidez que se conjuga con la solidaridad. Estamos convencidos de que la solidaridad, bien administrada, da lugar a una construcción social más segura y firme”.

Una economía sin trata es entonces "una economía con reglas de mercado que promueven la justicia y no los intereses particulares exclusivos. La trata de personas encuentra un terreno fértil en el enfoque del capitalismo neoliberal, en la desregulación de los mercados que apunta a maximizar las ganancias sin límites éticos, sin límites sociales, sin límites ambientales (cf. ibíd., 210). Si se sigue esta lógica, existe solamente el cálculo de ventajas y desventajas. Las decisiones no se toman en función de criterios éticos, sino en función de los intereses dominantes, a menudo hábilmente revestidos de una apariencia humanitaria o ecológica. Las decisiones no se toman mirando a las personas: las personas son uno de los números, también para explotar.".

Por todo ello, una economía sin trata es una economía valiente: hace falta coraje. No en el sentido de temeridad, de operaciones arriesgadas en busca de ganancias fáciles. No, no en ese sentido; por supuesto que no es ése el coraje que se necesita. Al contrario, es el coraje de la construcción paciente”, es “el coraje de conjugar la legítima ganancia con la promoción de la ocupación y de condiciones de trabajo dignas. En tiempos de fuerte crisis, como la actual, este coraje es más necesario que nunca”.

En la crisis, la trata prolifera, lo sabemos todos: lo vemos todos los días. En la crisis, la trata prolifera; por lo tanto es necesario reforzar una economía que responda a la crisis de una manera que no sea miope, de manera duradera y sólida