Papa: la cultura de lo provisorio es anti-familia, pero los niños tienen derecho a un padre y una madre
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "En nuestro
tiempo, el matrimonio y la familia
están en crisis" en la "cultura de lo
provisorio" siempre más y más
personas en el nombre de la "libertad", renunciar al matrimonio como un compromiso público,
y esto "en realidad ha
llevado a una devastación espiritual y
material a un sinnúmero de seres
humanos, especialmente los más
vulnerables", los ancianos y los niños que, sin embargo, "tienen el
derecho a crecer en una familia con
un padre y una madre".
La familia como un "hecho antropológico, y por lo tanto, un hecho social,
de cultura" que no se puede
describir "con conceptos de
naturaleza ideológica" fue
el tema central del discurso con
el que Francisco ha abierto
hoy el Coloquio Internacional
sobre la complementariedad entre
el hombre y la mujer promovido en
el Vaticano por la Congregación para la Doctrina de la Fe, en colaboración con los Consejos Pontificios: para la familia y para el Diálogo
Interreligioso para la Promoción
de la Unidad de los Cristianos. Coloquio
que, dijo en su intervención el
cardenal Gerhard Müller, prefecto
del dicasterio doctrinal, que quiere "explorar
la riqueza de la diferencia sexual,
su bondad, su naturaleza
como un regalo, su apertura a la vida, el camino que se abre a Dios". "La diferencia
sexual - explicó - es no sólo la diversidad, por lo que la gente y sus costumbres son diferentes, y no sólo significa
una pluralidad variada. De hecho, el propio número
no incluye las necesidades de los
demás. a comprenderse a sí mismo,
aunque la diferencia puede ser aún enriquecedora.
Más bien, en la diferencia sexual - y esto es
esencial - cada uno de ellos puede entenderse a sí misma sólo a la luz de la otra: el macho necesita a la hembra para entenderse entre sí y lo mismo vale para la
mujer".
La complementariedad entre el hombre y la mujer, comentó sobre este tema Francisco, "está a la base del matrimonio y de la familia, que es la primera escuela donde aprendemos a apreciar nuestros dones y aquellos de los demás y donde comenzamos a aprender el arte del vivir juntos. Para la mayor parte de nosotros, la familia constituye el lugar principal en el cual iniciamos a "respirar" valores e ideales, como también a realizar nuestro potencial de virtudes y de caridad. Al mismo tiempo, como sabemos, las familias son lugares de tensiones: entre egoísmo y altruismo, entre razón y pasión, entre deseos inmediatos y objetivos a largo tiempo, etc. Pero las familias también proporcionan el ambiente en el cual se resuelven tales tensiones: y esto es importante".
"Cuando hablamos de complementariedad entre hombre y mujer en este contexto, no debemos confundir tales términos con la idea simplicista que todos los roles y las relaciones de ambos sexos están comprendidas en un modelo único y estático. La complementariedad asume muchas formas, porque cada hombre y cada mujer aportan su propia contribución personal al matrimonio y a la educación de los hijos. La propia riqueza personal, el propio carisma personal, y la complementariedad se convierten así en una grande riqueza. Y no sólo es un bien, sino también es belleza".
" En
nuestro tiempo el matrimonio y la familia están en crisis. Vivimos en una
cultura de lo provisorio, en el cual siempre más personas renuncian al
matrimonio como compromiso público. Esta revolución en las costumbres y en la
moral muchas veces ha agitado la bandera de la libertad - entre comillas -,
pero en realidad ha traído devastación espiritual y material a numerosos seres
humanos, especialmente a los más vulnerables. Es siempre más evidente que el
declino de la cultura del matrimonio está asociado a un aumento de la pobreza y
a una serie de otros numerosos problemas sociales que hieren de manera
desproporcionada a las mujeres, los niños y los ancianos. Y son siempre ellos
los que sufren más, en esta crisis. La crisis de la familia ha dado origen a
una crisis de ecología humana, porque los ambientes sociales, como los
ambientes naturales, tiene necesidad de ser protegidos. Si bien la humanidad ha
comprendido ahora la necesidad de afrontar lo que constituye una amenaza para
los ambientes naturales, somos lentos - pero somos lentos, ¿eh?, en nuestra
cultura, también en nuestra cultura católica - somos lentos en reconocer que
también nuestros ambientes sociales están en riesgo. Es pues indispensable
promover una nueva ecología humana y hacerla caminar adelante".
" Es necesario
insistir sobre los pilares fundamentales que sostienen una nación: sus bienes
inmateriales. La familia permanece en el fundamento de la convivencia y la
garantía contra la exfoliación social. Los niños tienen el derecho de crecer en
una familia, con un papá y una mamá, capaces de crear un ambiente idóneo a su
desarrollo y a su maduración afectiva. Por esta razón, en la Exhortación
apostólica Evangelii Gaudium, he puesto el acento sobre la contribución
«indispensable» del matrimonio a la sociedad, contribución que «supera el nivel
de la emotividad y de la necesidad contingente de la pareja» (n. 66). Por esto
les estoy agradecido por el énfasis puesto por su Coloquio sobre los beneficios
que el matrimonio puede aportar a los hijos, a los mismos esposos y a la
sociedad".
"En estos días, mientras reflexionaran sobre la complementariedad entre el hombre y la mujer, los exhorto a dar realce a otra verdad concerniente al matrimonio: que el compromiso definitivo en relación de la solidaridad, de la fidelidad y del amor responde a los deseos más profundos del corazón humano. Pensemos sobre todo a los jóvenes que representan el futuro: es importante que ellos no se dejen envolver por la mentalidad dañina de los provisional y sean revolucionarios con el coraje para buscar un amor fuerte y duradero, es decir de ir contracorriente: se debe hacer esto. Y sobre esto quisiera decir una cosa, ¿no? No debemos caer en la trampa de ser calificados con conceptos ideológicos. La familia es un hecho antropológico, y consecuentemente un hecho social, de cultura, etc. Y nosotros no podemos calificarla con conceptos de naturaleza ideológica que solamente tiene fuerza en un momento de la historia, y después caen. No se puede hablar hoy de familia conservadora o de familia progresista: la familia es familia. Pero no se dejen calificar así por esto o por otros conceptos, de naturaleza ideológica. La familia es en sí misma, tiene una fuerza en sí misma".
17/12/2016 13:14