Papa: el que quiera ser grande, que se haga servidor de los demás
“La búsqueda del prestigio personal se puede convertir en una enfermedad del espíritu, incluso disfrazada de buenas intenciones; por ejemplo cuando, detrás del bien que hacemos y predicamos, en realidad nos buscamos solo a nosotros mismos y nuestra afirmación. Y esto también sucede en la Iglesia”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – La verdadera grandeza está en el servicio, y es este el modo en el cual debemos vivir las tareas y responsabilidades. Lo dice Jesús en el Evangelio de hoy (Mc 10,35-45), que fue comentado por el Papa Francisco antes del Ángelus. También fue el tema central de la homilía que el mismo Francisco pronunció durante la misa en la que consagró como obispos a mons. Guido Marini, obispo de Tortona (Italia) y mons. Andrés Gabriel Ferrada Moreira, secretario de la Congregación para el clero.
El Papa se dirigió a más de 20.000 personas reunidas en Plaza San Pedro para el rezo del Ángelus y habló del Evangelio de hoy: “Dos discípulos, Santiago y Juan, piden al Señor sentarse un día junto a Él en la gloria, como si fueran primeros ministros, o algo así”. Pero "Jesús les señala que la grandeza está en el servicio”.
“Estamos frente a dos lógicas diferentes: los discípulos quieren emerger y Jesús quiere sumergirse. Detengámonos sobre estos dos verbos. El primero es emerger. Expresa esa mentalidad mundana por la que siempre somos tentados: vivir todas las cosas, incluso las relaciones, para alimentar nuestra ambición, para subir los peldaños del éxito, para alcanzar lugares importantes. La búsqueda del prestigio personal se puede convertir en una enfermedad del espíritu, incluso disfrazada de buenas intenciones; por ejemplo cuando, detrás del bien que hacemos y predicamos, en realidad solo nos buscamos a nosotros mismos y nuestra afirmación. Y esto también sucede en la Iglesia. ¡Cuántas veces, los cristianos, que tendríamos que ser servidores, tratamos de trepar, de avanzar! Por eso, siempre necesitamos verificar las verdaderas intenciones del corazón, y preguntarnos: “¿Por qué llevo adelante este trabajo, esta responsabilidad? ¿Para ofrecer un servicio o para hacerme notar, ser alabado y recibir cumplidos?”.
A esta lógica mundana, Jesús contrapone la suya: en vez de elevarse por encima de los demás, bajar del pedestal para servir; en vez de emerger sobre los demás, sumergirse en la vida de los demás”. Preocuparse por el hambre de los otros, preocuparse por las necesidades de los demás, que han aumentado luego de la pandemia”.
Francisco también habló de servir, cuando se dirigió a los flamantes obispos: “Velarán por su vocación y serán auténticos pastores en el servicio -no en los honores, en el poder, en la fuerza. No, siempre servir. Proclamen la Palabra en todas las ocasiones, tanto en las oportunas como inoportunas. Amonestar, reprender, exhortar con magnanimidad y doctrina y seguir estudiando. Y mediante la oración y el sacrificio por su pueblo, extraigan de la plenitud de la santidad de Cristo las múltiples riquezas de la gracia divina. Serán los guardianes de la fe, el servicio y la caridad en la Iglesia".
Y entonces, "la primera tarea del obispo es rezar - no como un loro - rezar con el corazón, rezar. No tengo tiempo". ¡No! Quita las otras cosas, pero rezar es la primera tarea del obispo. Estar cerca de Dios en la oración. Luego está la segunda cercanía, la cercanía a los otros obispos. 'No, porque ellos son de ese partido, yo soy de este partido...'".
"¡Sean obispos! Habrá discusiones entre ustedes, pero como hermanos cercanos. Nunca hay que hablar mal de los hermanos obispos, nunca. La cercanía a los obispos es la segunda cercanía: al cuerpo episcopal. La tercera cercanía es la cercanía a los sacerdotes. Por favor, no olviden que los sacerdotes son sus vecinos más cercanos. Cuántas veces se escuchan quejas, que un sacerdote dice: 'Llamé al obispo pero el secretario me dijo que su agenda está llena, que tal vez dentro de treinta días podría verme...'. Esto no está bien. Si te enteras de que un sacerdote te ha llamado, llámalo el mismo día o al día siguiente. Entonces sabrá que tiene un padre. Cercanía a los sacerdotes, y si no vienen, ir a verlos: estén cerca de ellos. Y la cuarta cercanía es la cercanía al santo pueblo fiel de Dios. Es lo que Pablo dijo a Timoteo: "Acuérdate de tu madre, de tu abuela..." (cf. 2 Tim 1,5). No olvides que has sido "sacado del rebaño", no por una élite que ha estudiado, tiene muchos títulos y es obispo. No, del rebaño. Por favor, no olviden estas cuatro cercanías: cercanía a Dios en la oración, cercanía a los obispos en el cuerpo episcopal, cercanía a los sacerdotes y cercanía al rebaño".
Tras el rezo de la oración mariana, Francisco recordó que "ayer en Córdoba, España, fueron beatificados el sacerdote Juan Elías Medina y 126 compañeros mártires: sacerdotes, monjas, seminaristas y laicos, asesinados por odio a la fe durante la violenta persecución religiosa de los años ‘30 en España. Que su fidelidad nos dé a todos la fuerza para dar un testimonio valiente del Evangelio, especialmente a los cristianos perseguidos en distintas partes del mundo".
Por último, Francisco expresó su cercanía a las familias de las víctimas de los atentados de los últimos días en Noruega, Afganistán e Inglaterra. "Por favor, les ruego que abandonen el camino de la violencia”, dijo, “con ello siempre se pierde, es una derrota para todos. Recordemos que la violencia genera violencia".