Papa: el pastor es apasionado, sabe discernir y sabe denunciar el mal, sin “buenismos”

Francisco recordó el ejemplo del p. Milani que con su “I care” (me importa), “enseñaba a los muchachos a ir adelante. Cuida: cuida tu vida. Y ¡esto no!”

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Un buen pastor debe ser un apasionado por sus ovejas, debe saber discernir el bien del mal y debe también saber denunciar el mal. Lo dijo el Papa Francisco en la misa celebrada esta mañana en la casa S. Marta en el curso de la cual también recordó el ejemplo que nos ofreció el p. Milani. Como el párroco de Barbiana, dijo, se necesita ocuparse del prójimo, pero sin “buonismos” ingenuos.

“El Buen Pastor da la vida por sus ovejas”, Francisco partió su reflexión sobre un pasaje de la Segunda Carta a los Corintios de San Pablo.

Tras resaltar que “el Buen Pastor da la vida por sus ovejas” y que no las abandona como si fuese "un mercenario", el Santo Padre dijo que una primera característica es la de ser apasionado “hasta el punto de decirle a su gente, a su pueblo: ‘Yo experimento por ustedes una especie de celo divino’”.

“Y este es el trato al que llamamos celo apostólico. No se puede ser un verdadero pastor sin este fuego dentro”, dijo el Pontífice en su reflexión sobre un pasaje de la Primera Lectura tomada de Segunda Carta a los Corintios de San Pablo. Para detenerse en las características que debería tener un pastor. El Papa indicó en s. Pablo la figura del “pastor verdadero”, que no abandona a sus ovejas como lo haría en cambio “un mercenario”. Por lo tanto, la primer cualidad es la de ser “apasionado”. Apasionado “hasta el punto de decir a su gente, a su pueblo: “Yo pruebo por vosotros una especie de celo divino”. Es “divinamente celoso”. Por lo tanto, una pasión que se convierte casi en “locura”, “estupidez” por su pueblo. “Es este aquel trato que nosotros llamamos celo apostólico: no se puede ser pastor sin este fuego adentro”.

Como segunda característica, el pastor debe ser “un hombre que sabe discernir”. “Sabe que hay en la vida la seducción. El padre de la mentira es un seductor. El pastor, no. El pastor ama. Ama. En cambio la serpiente, la madre de la mentira, la envidiosa es una seductora. Es una seductora que trata de alejar de la fidelidad, porque aquel celo divino de Pablo era para llevar al pueblo hacia un único esposo, para mantener al pueblo en la fidelidad a su esposo. En la historia de la salvación, en las Escrituras tantas veces encontramos el alejamiento de Dios, la infidelidad al señor, la idolatría como si fuese una infidelidad matrimonial”.

Por los tanto, si la primera característica del pastor, es “que sea apasionado, que tenga celo, que sea celoso”, la segunda es “que sepa discernir: discernir dónde están los peligros, dónde están las gracias…dónde está el verdadero camino”. Esto “significa que acompaña a las ovejas siempre. En los momentos bellos y también en los momentos feos, también en los momentos de la seducción, con la paciencia los lleva al corral”.

Y la tercera característica es la “capacidad de denunciar”. “Un apóstol no puede ser un ingenuo: ‘Ah, todo está bien, vamos adelante, ¿eh?, todo es bello…Hagamos una fiesta, todos… todo se puede…’ Porque existe la fidelidad al único esposo, a Jesucristo, que hay que defender. Y él sabe condenar: aquello concreto, decir ‘esto no’, como los padres dicen al niño cuando comienza a gatear y va hacia la toma eléctrica para poner sus deditos. ¡No, esto no! ¡Es peligroso! Pero, me viene a la mente tantas veces aquel “tuca nen” (no toques nada, Ndr), que mis padres y abuelos me decían en aquel momento donde había peligro”.

“El Buen Pastor-dijo aún- sabe denunciar, con nombre y apellido”, como lo hacía S. Pablo. Francisco volvió luego a su visita a Bozzolo y Barbiana, en los lugares comentó, “de aquellos dos buenos pastores italianos”. Y hablando del p. Milani, se refirió a aquel que era su “lema” cuando enseñaba a sus muchachos2. “I care. Pero, ¿qué significa? Me explicaron: con esto él quería decir “me importa”. Enseñaba que las cosas se debían tomar en serio, contra el lema de moda en ese tiempo que era “no me importa”, pero dicho en otro lenguaje, que yo no sé decirlo aquí. Y así enseñaba a los jóvenes a ir adelante. Ocúpate, cuida tu vida y “¡Esto, No!’”.

“De manera que hay que saber denunciar también “lo que va contra tu vida”. Y tantas veces “perdemos esta capacidad de condena y queremos llevar adelante a las ovejas un poco con el buenismo que no sólo es ingenuo” sino que “hace mal”. Ese “buenismo de los compromisos”, para “atraer la admiración o el amor de los fieles dejando hacer”.

Por último “reafirmó el celo apostólico de Pablo, apasionado, celoso de quien dijo que fue un hombre-reafirmó Francisco- que supo discernir porque conocía la seducción y sabía que el diablo seduce, a lo que añadió que también fue un hombre con capacidad de condenar las cosas que harán mal a sus ovejas: tercera característica”. El Papa concluyó con una oración “por todos los pastores de la Iglesia, para que San Pablo – dijo – interceda ante el Señor, a fin de que nosotros, los pastores, podamos tener estos rasgos para servir al Señor”.