Papa: el p. Tonino Bello, ‘don y profecía para nuestros tiempos’
"El Papa Francisco hoy viaja a Molfetta, a 25 años de la muerte del obispo que fue también presidente de Pax Christi. “Entender a los pobres era para él una verdadera riqueza. Tenía razón, porque los pobres son realmente la riqueza de la Iglesia. Todavía hoy, nos lo recuerda el p. Tonino, frente a la tentación recurrente de colocarse detrás de los potentes de turno, de buscar privilegios, de recostarse en una vida cómoda”.
Alesano (AsiaNews)- “Don y profecía para nuestros tiempos”. El Papa Francisco hoy definició de esta manera a Mons. Antonio Bello, “el p. Tonino” (1935-1993) que fue obispo de Molfetta y presidente de Pax Christi, y es por eso que viajó a Apulia, en el sur de Italia, para conmemorar los 25 años de su muerte.
Una visita iniciada en Alesano, donde está la tumba del obispo, delante de la cual se detuvo en oración (foto). Luego, en la gran plaza que está junto al cementerio, Francisco se dirigió a miles de personas que se habían congregado en el lugar. Entre la multitud, se veían algunas banderas multicolores de la paz.
Del p. Tonino, “profeta de la no violencia”, del cual desde el año 2008 está en curso su causa de beatificación, se supo que mantuvo una singular cercanía con el Papa Francisco, en particular sobre cuestiones como los “descartados” y la corrupción. “El p. Tonino -dijo hoy el Papa Francisco- nos reclama a no teorizar la cercanía con los pobres, sino a estar cerca de ellos, como lo hizo Jesús, que aún siendo rico, se hizo pobre por nosotros (Cfr 2 Cir. 8,9). El p. Tonino necesitaba imitarlo, involucrándose en primera persona, hasta llegar a despojarse de sí mismo. Nunca le molestaron los pedidos, lo único que lo hería era la indiferencia, no temía no tener dinero, pero se preocupaba por la incertidumbre del trabajo, problema de tanta actualidad hoy en día. No perdía ocasión para afirmar que en primer lugar está el trabajador con su dignidad, y no el beneficio con su avidez”.Capire i poveri – ha detto ancora - era per lui vera ricchezza. .“Entender a los pobres -agregó- era para él una riqueza. Tenía razón, porque los pobres son realmente la riqueza de la Iglesia. P. Tonino, recuérdanoslo una vez más, frente a la tentación recurrente de colocarse detrás de los potentes de turno, de buscar privilegios, de recostarse en una vida cómoda. El Evangelio, era normal para él recordarlo en Navidad y Pascua- llama a una vida a menudo incómoda, porque quien sigue a Jesús que ama los pobres y a los humildes”.
Del obispo, autor de la “Carta al hermano marroquí”, en la cual escribía “Perdónanos, si no hemos sabido elevar con valentía la voz para reforzar la mano d nuestro legisladores”, Francisco recordó la voluntad de paz y acogida. “No estaba-dijo- con las manos entre las manos: obraba locamente para sembrar la paz globalmente, en la convicción que el mejor modo para evitar la violencia y cualquier tipo de guerras y ocuparse de los necesitados y promover la justicia. De hecho, si la guerra genera pobreza, también la pobreza genera guerra. Por lo tanto, la paz, se construye comenzando por las casas, las calles, los talleres, allí donde artesanalmente se plasma la comunión. Decía, lleno de esperanza, el p. Tonino: “Del taller de Nazaret, saldrá el verbo de paz que encaminará a la humanidad, sedienta de justicia, para nuevos destinos”. Queridos hermanos y hermanas, esta vocación de paz pertenece a vuestra tierra, a esta maravillosa tierra de frontera- finis terrae- que el p. Tonino llamaba “tierra ventana”, porque el Sur de Italia se abre a los muchos Sur del mundo, donde “los más pobres son siempre más numerosos, mientras que los ricos se vuelven siempre más ricos y siempre de menos”. Son ustedes una “ventana abierta, desde la cual se puede observar todas las pobrezas que incumben sobre la historia”, pero son sobre todo una ventana de esperanza, porque el Mediterráneo, histórica cuenca de civilización, jamás sea un arco tensionado de guerra, sino un arca de paz acogedora”.
“Queridos hermanos y hermanas- concluyó el Papa- en cada época el Señor pone en el camino de la Iglesia testigos que encarnan el buen anuncio de Pascua, profetas de esperanza para el futuro de todos. De vuestra tierra, Dios hizo surgir uno, como don y profecía para nuestros tiempos. Y Dios desea que su don sea acogido, que su profecía sea actuada. No nos conformemos con anotar los buenos recuerdos, no nos dejemos involucrar en nostalgias pasadas y ni siquiera en charlas ociosas del presente o de los miedos por el futuro. Imitemos al p. Tonino, dejémonos transportar por su joven ardor cristiano, sintamos su invitación urgente en vivir el Evangelio sin descuentos. En una fuerte invitación a cada uno de nosotros y a nosotros como Iglesia. Nos ayudará a expandir hoy la fragante alegría del Evangelio”.
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