Papa: el ecumenismo ‘seguirá marcando’ el camino de católicos y luteranos

El ecumenismo “cada vez más, se vuelve una necesidad y un deseo, como muestran las diversas oraciones en común y tantos encuentros”. “Los sufrimientos de muchos hermanos oprimidos a causa de Jesús son también una invitación apremiante a lograr una unidad más concreta y visible entre nosotros. El ecumenismo de la sangre”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – El ecumenismo ‘seguirá marcando’ el camino de católicos y luteranos, un camino que debe ser perseguido pero “no con el frenesí de correr hacia adelante, para ganar ámbitos como si fuesen hitos, sino caminando juntos, con paciencia, bajo la mirada de Dios”. La “creciente comunión” entre católicos y luteranos fue nuevamente afirmada por el Comité nacional alemán de la Federación Luterana Mundial y de la Iglesia unida evangélico-luterana de Alemania.

Francisco recordó “con alegría” su visita a Lund, Suecia (en la foto), realizada el año pasado en ocasión de la Conmemoración conjunta de la Reforma, cuando “pudimos constatar que los quinientos años de historia –a veces, muy dolorosa- que nos han visto contrapuestos y a menudo en conflicto, ahora han dado lugar, en los últimos cincuenta años, a una creciente comunión. Gracias a la obra del Espíritu, a los encuentros fraternos, a gestos que estuvieron más sellados por la lógica del Evangelio en lugar de supeditarse a estrategias humanas, además de a través del diálogo oficial luterano-católico, ha sido posible superar antiguos prejuicios de ambas partes. Con la ayuda de Dios, deseamos un porvenir que tienda a la plena superación de las divergencias. Debemos seguir adelante”.

El ecumenismo, agregó, “se está volviendo, cada vez más, una necesidad y un deseo, como muestran las diversas oraciones en común y tantos encuentros ecuménicos que han tenido lugar en el mundo a lo largo del año pasado. No nos olvidemos de partir de la oración, para que no sean los proyectos humanos los que indiquen el camino, sino el Espíritu Santo”. “También somos llamados –siguió diciendo- a aliviar juntos las miserias de los necesitados y de quienes son perseguidos. Los sufrimientos de tantos hermanos oprimidos a causa de la fe en Jesús son también una invitación apremiante a lograr una unidad cada vez más concreta y visible entre nosotros. El ecumenismo de la sangre”.

“Sostengámonos unos a otros en el camino, incluso al llevar adelante el diálogo teológico”. “Algunos temas, y cuando digo esto pienso en la Iglesia, en la Eucaristía y en el ministerio eclesial, ameritan reflexiones puntuales y bien consensuadas. El ecumenismo también es un reclamo a no ser elitista, sino a involucrarse lo más posible entre hermanos y hermanas en la fe, creciendo como comunidad de discípulos que rezan, aman y anuncian”. “Que el Señor nos acompañe, para que nuestro ser cristianos esté más centrado en Él y sea más valiente en la misión; para que la atención pastoral se enriquezca de servicio y en sus variadas dimensiones, esté más impregnada de espíritu ecuménico”.