Papa: conciliar la enseñanza social de la Iglesia y las leyes del mercado

Recibiendo a un grupo de jóvenes empresarios franceses, Francisco indicó una posible “conversión” en algunos “cambios concretos de costumbres y estilo” con los cuales “es posible obrar para cambiar concretamente las cosas y, poco a poco, educar al mundo del trabajo a un estilo nuevo”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- Iniciar, en el plano personal, “el camino de la simplicidad y de la sobriedad” y sobre aquello de la política empresarial una “conversión” en algunos “cambios concretos de costumbre y de estilo” con los cuales “es posible obrar para cambiar concretamente las cosas y, poco a poco, educar al mundo del trabajo a un estilo nuevo”. En tal sentido las indicaciones dadas por el Papa a una delegación de 300 jóvenes empresarios católicos franceses que, en Roma, participan en un “Viaje del bien común”, 3 días de encuentros y reflexiones sobre la “vocación” de los empresarios cristianos.

Francisco dijo estar consciente de la dificultad cotidiana de “conciliar las exigencias de la fe y la enseñanza social de la Iglesia con las necesidades y los vínculos impuestos por las leyes del mercado y de la globalización”. “Los conflictos de conciencia en las decisiones cotidianas que deben tomar son- imagino- numerosos: por un lado, la necesidad que es impuesta- a menudo por la supervivencia de las empresas, de las personas que trabajan y de sus familias-de conquistar mercados, aumentar la productividad, reducir los atrasos, recurrir a los artificios de la publicidad, incrementar los consumos…, y por otro lado parte las exigencias siempre más urgentes de justicia social, para garantizar a cada uno la posibilidad de ganarse de vivir dignamente. Pienso en las condiciones de trabajo, a los salarios, a las ofertas de empleo y a su estabilidad, además a la protección del ambiente”.

El Papa recordó que el Concilio Vaticano II exhorta a los laicos: “lleven eficazmente la obra ellos, para que los bienes privados (...) los hagan producir(...) para la utilidad de todos los hombres si excepción y sean entre ellos más convenientemente distribuidos y según su naturaleza, lleven al progreso universal de la libertad humana y cristiana” (Const. dogm. Lumen Gentium, 36).

Otro criterio de discernimiento útil está encerrado, en las palabras de Francisco, en la ‘Laudato si’, en la cual “se hace una cierta evaluación de la situación del mundo, de algunos sistemas que regulan las actividades económicas, con sus consecuencias sobre los hombres y sobre el ambiente”. “Es una evaluación que podría parecer a veces severa, pero que lleva- creo- a suscitar un grito de alarma por el deterioramiento de nuestra casa común, como también delante del multiplicarse de las pobrezas y de las esclavitudes que conocen hoy innumerables seres humanos”Todo está relacionado”.

Ustedes, continuó el Papa, “no tienen ciertamente una respuesta inmediatamente eficaz que dar a los desafíos del mundo actual. En esto, algunas veces podrían sentirse impotentes. Y sin embargo tienen un rol esencial que desarrollar. Porque, también en modo modesto, en algunos cambios concretos de costumbres y estilos, ya sea en las relaciones con vuestros colaboradores directos, o más aún en la difusión de cuevas culturas empresariales, es posible obrar para cambiar concretamente las cosas y poco a poco, educar al mundo del trabajo con un nuevo estilo”.