Papa: Responsabilidad y memoria en común, para luchar contra la indiferencia y el antisemitismo

A dos días de la Jornada mundial de la Memoria, el Papa Francisco se reúne con los participantes de la Conferencia Internacional sobre la responsabilidad de los Estados, de las Instituciones y de los Individuos en la lucha contra el antisemitismo y los crímenes vinculados al odio antisemita. También estuvieron presentes representantes de las Comunidades judías italianas. A Caín “no le importa su hermano: he aquí la raíz perversa, raíz de muerte que produce desesperación y silencio”. “Necesitamos de una memoria en común, viva y confiada, que no quede atrapada en el resentimiento”. La información y al formación de los jóvenes.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) “Ayudémonos mutuamente a hacer fermentar una cultura de la responsabilidad, de la memoria y de la proximidad, y a establecer una alianza contra la indiferencia, contra toda indiferencia”: es el camino trazado por el Papa Francisco para la lucha contra el antisemitismo, a dos días de la Jornada Mundial de la Memoria, en la cual se recuerda a las víctimas del Holocausto.

El Papa se reunió en audiencia con los participantes de la Conferencia Internacional sobre la responsabilidad de los Estados, de las Instituciones y de los Individuos en la lucha contra el antisemitismo y contra los crímenes vinculados al odio antisemita, que se lleva a cabo hoy, en Roma. La Conferencia es organizada en cooperación con varios organismos internacionales y con la Unión de las Comunidades judías italianas y la Fundación Centro de documentación judía contemporánea.

En su breve discurso, el pontífice resaltó, ante todo, la responsabilidad: “Ser responsables significa ser capaces de responder. No es sólo cuestión de analizar las causas de la violencia y de rechazar sus lógicas perversas, sino de estar disponibles y de ser activos para responder a las mismas. Por lo tanto, el enemigo contra el cual hay que luchar no es solamente el odio en todas sus formas sino, más aún, su raíz, la indiferencia; porque es la indiferencia la que paraliza e impide hacer lo que es justo, incluso cuando se sabe lo que es justo.”.

Al citar “la indiferencia” de Caín por la suerte de Abel (Génesis 4,9), el Papa precisa: “No le importa su hermano: he aquí la raíz perversa, raíz de muerte que produce desesperación y silencio. Recuerdo este silencio ensordecedor, que percibí en mi visita a Auschwitz–Birkenau: un silencio inquietante, que sólo deja espacio a las lágrimas, a la oración y al pedido de perdón”.

Del Deuteronomio (8,2) él toma el punto de partida para centrarse en el valor de la memoria. “Acuérdate, es decir “vuelve atrás con el corazón”: haz memoria, no sólo con la mente, sino desde lo profundo del alma, con toda tu persona. Y no hace memoria solamente de aquello que agrada, sino «de todo el camino»… Se necesita esta memoria, esta capacidad de implicarse juntos para recordar. La memoria es la llave de acceso al futuro, y es nuestra responsabilidad entregarla dignamente a las jóvenes generaciones”. El Papa cita los documentos del Concilio Vaticano II (Nostra Aetate, sobre el vínculo entre cristianos y judíos) y la Carta de Juan Pablo II que introduce el documento “Nosotros recordamos: una reflexión sobre la Shoah”. “Para construir nuestra historia –agrega-, que será juntos o no será, tenemos necesidad de una memoria en común, viva y confiada que no quede atrapada en el resentimiento, sino que, aún atravesada por la noche de dolor, se abra a la esperanza de un nuevo amanecer. La Iglesia desea tender su mano. Desea recordar y caminar juntos”.

“Ciertamente que serán una ayuda las potencialidades de la información –concluyó-, pero aún más importante será la formación. Es urgente educar a las jóvenes generaciones a implicarse activamente en la lucha contra los odios y las discriminaciones, pero también a superar las contraposiciones del pasado y a nunca cansarse de buscar al otro”.