Papa: Preguntémonos cómo nos gustaría que el Señor nos encontrara cuando nos llame

“Esta semana, pidamos al Espíritu Santo la sabiduría del tiempo, la sabiduría del final, la sabiduría de la resurrección, la sabiduría del encuentro eterno con Jesús; que nos haga entender esta sabiduría que está en nuestra Fe. El encuentro con Jesús será un día de alegría”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – Prepararse para el encuentro con Jesús, que habrá de darse, preguntándonos “¿cómo me gustaría que el Señor me encontrara cuando me llame?” y “Si el Señor me llamase hoy, ¿qué haría yo? Son las preguntas que al Papa Francisco le inspiró el pasaje del Apocalipsis (Ap 14, 14-19), propuesto por la Primera Lectura, en la misa celebrada esta mañana en la Casa Santa Marta.

En el libro del Apocalipsis, San Juan habla del fin del mundo “con la figura de la siega”, con Cristo y un Ángel armados de hoces. Cuando llegue nuestra hora, resaltó Francisco, tendremos que “dar a conocer la calidad de nuestro grano, la calidad de nuestra vida”. Y luego prosiguió: “Quizás, hay entre ustedes quien dice: ‘Padre, no sea tan tétrico, que estas cosas no nos agradan…’, pero es la verdad”. “Es la siega, donde cada uno de nosotros se encontrará con el Señor. Será un encuentro, y cada uno de nosotros dirá al Señor: ‘Esta es mi vida. Éste es mi grano. Esta es mi calidad de vida. ¿Me he equivocado?’ -todos tendremos que decir esto, porque todos nos equivocamos-, ‘He hecho cosas buenas’ -todos hacemos cosas buenas; se trata de mostrar al Señor el grano”.

Luego el Papa siguió preguntándose, qué dirías “¿si el Señor te llamase hoy? ‘Ah, no me di cuenta, estaba distraído…’ Nosotros no sabemos el día, ni la hora. ‘Pero padre, ¡no hable así, que yo soy joven!’ - ‘Pues mira cuántos jóvenes se van, cuántos jóvenes son llamados…’. Nadie tiene su vida asegurada. En cambio, lo que es seguro es que todos tendremos un final. ¿Cuándo? Sólo Dios lo sabe. “Esta semana, nos hará bien pensar en el final. Si el Señor me llamase hoy, ¿qué haría yo? ¿Qué le diría? ¿Qué grano le mostraré? El pensamiento del final nos ayuda a seguir adelante; no es un pensamiento estático: es un pensamiento que va adelante, porque es conducido por la virtud, por la esperanza. Sí, habrá un fin, pero ese fin será un encuentro: un encuentro con el Señor. Es verdad, será una rendición de cuentas de lo que he hecho, pero también, será un encuentro de misericordia, de alegría, de felicidad. Pensar en el final, en el fin de la creación, en el final de la vida de uno, es sabiduría; los sabios lo hacen”.

Es por eso que esta semana, la Iglesia nos invita a preguntarnos “¿cómo será mi fin? ¿Cómo me gustaría que el Señor me encontrase cuando me llame?”. Debo hacer “un examen de conciencia” y evaluar “¿Qué cosas debo corregir, porque no están bien? ¿Qué cosas debiera apoyar y llevar adelante, porque son buenas? Cada uno de nosotros tiene muchas cosas buenas”. Y en este pensamiento, no estamos solos: “está el Espíritu Santo, que nos ayuda”. “Esta semana -concluyó Francisco- pidamos al Espíritu Santo la sabiduría del tiempo, la sabiduría del final, la sabiduría de la resurrección, la sabiduría del encuentro eterno con Jesús. Recemos para que el Señor nos prepare. Y que cada uno de nosotros termine esta semana pensando en el final: ‘Yo llegaré a mi fin. Yo no permaneceré eternamente. ¿Cómo me gustaría llegar al final? ’”.