Papa: Pentecostés, una comunidad reconciliada y dispuesta a la misión. Oración por la Amazonía y por los trabajadores de la salud
Por primera vez desde que comenzó la crisis pandémica, el Papa Francisco rezó el Regina Caeli desde la ventana de su estudio. En la plaza, estuvieron presentes unos pocos cientos de fieles. El Espíritu es “fuego que quema los pecados”, que impulsa a los discípulos a “incendiar” el mundo con el amor “que tiene predilección por los pequeños, los pobres, los excluidos”. La pandemia en la Amazonía también produce “contagios y difuntos” “entre los pueblos indígenas, particularmente vulnerables”. Una oración silenciosa, acompañada de “gratitud y admiración” por quienes al cuidar de los enfermos han dado la vida durante la pandemia. “De una crisis como esta, no se sale iguales. Se sale mejores o peores. Necesitamos ser mejores. Para construir positivamente durante la post-crisis de la pandemia”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Perdonando y reuniendo en torno a sí a los discípulos, Jesús los convierte en su Iglesia: una comunidad reconciliada y dispuesta a la misión”: así fue como Papa Francisco sintetizó el sentido del Pentecostés, al retomar el evangelio de la misa de hoy (Juan 20,19-23) y explicarlo antes del Regina Caeli. Por primera vez desde que se inició la crisis pandémica, él presidió la oración mariana pascual desde la ventana de su estudio, en el palacio apostólico. En la plaza, estuvieron presentes unos pocos cientos de fieles, todos manteniendo la debida distancia, por seguridad.
“El encuentro con el Señor resucitado – dijo el Papa - altera la existencia de los Apóstoles y los transforma en valientes testigos… «Yo los envío»: no es tiempo de encerrarse, y tampoco de añorar los “bueno tiempos” pasados con el Maestro. La alegría de la resurrección es grande, pero es una alegría que se expande, que no es para ser retenida, sino para darla”.
“Y justamente para animar la misión, Jesús dona su Espíritu a los apóstoles: «Sopló sobre ellos y les dijo: “Reciban el Espíritu Santo”» (v. 22). El Espíritu Santo es fuego que quema los pecados y crea hombres y mujeres nuevos; es un fuego de amor con el cual los discípulos podrán “incendiar” el mundo, ese amor lleno de ternura que tiene predilección por los pequeños, los pobres, los excluidos… La fiesta de Pentecostés renueva la conciencia de que en nosotros tiene su morada la presencia vivificante del Espíritu Santo. Él también nos otorga el coraje de salir de los muros protectores de nuestros ‘cenáculos’, para no adormecernos en una vida cómoda ni encerrarnos en costumbres estériles”.
Luego de la oración mariana, Francisco invocó el Espíritu Santo “para que otorgue luz y fuerza a la Iglesia y a la sociedad en Amazonía, que atraviesa una dura prueba por la pandemia”.
“Hay muchísimos contagiados y difuntos – agregó - incluso entre los pueblos indígenas, que son particularmente vulnerables. Por intercesión de María, Madre de la Amazonía, ruego por los más pobres e indefensos de esa querida Región, pero también por los de todo el mundo, y hago un llamamiento para que nadie carezca de asistencia sanitaria. Hay que atender a la personas, sin ahorrar por cuestiones de economía. Las personas somos templo del Espíritu Santo; la economía, no”.
Con ocasión del Día Nacional del Alivio, que se celebra hoy en Italia para promover la solidaridad con los enfermos, él propuso una oración silenciosa, invitando a todos a rezar “por los médicos, por los enfermeros, por todos los trabajadores” que se dedican a asistir a los enfermos de coronavirus incluso arriesgando su vida: “Renuevo mi aprecio por todos los que, especialmente en este período, han brindado y brindan un testimonio de atención al prójimo. Recuerdo con agradecimiento y admiración a los que, al sostener a los enfermos en esta pandemia, han dado la vida”.
Antes de terminar, invitando a reencontrarse la próxima semana en la plaza, él destacó cuán necesario es el Espíritu para la Iglesia y para el mundo. “La Iglesia lo necesita – dijo - para caminar con concordia y valiente, dando testimonio del Evangelio. Y toda la familia humana lo necesita, para salir de esta crisis y hacerlo más unida, y no más dividida. Ustedes bien saben que de una crisis como esta, no se sale iguales. Se sale mejores o peores. Necesitamos ser mejores. Para construir positivamente durante la post-crisis de la pandemia”.
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