Papa: Pedro y Juan la verdadera riqueza es la relación con el Resucitado

En el reinicio de las catequesis después de la pausa estival, el Papa Francisco comenta el primer milagro descrito en los Hechos de los Apóstoles. “El juego de las miradas” entre el lisiado, Pedro y Juan. La Iglesia “lugar de liberación y curación”. El recuerdo de Edith Stein y de sus elecciones valientes: “una auténtica conversión a Cristo”, el “don de su vida contra toda forma de intolerancia y de perversión ideológica”. Presentes muchos peregrinos de Asia.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- “ Pedro y Juan nos enseñan a no confiar en los medios, que también son útiles, pero en la verdadera riqueza que es la relación con el “Resucitado”: lo dijo el Papa Francisco como conclusión de su catequesis, reiniciada hoy después de la pausa veraniega en el mes de julio. Siguiendo el ciclo dedicado a las Hechos de los Apóstoles y la primera misión de la Iglesia, a los miles de fieles reunidos en el aula Pablo VI, el pontífice comentó hoy el milagro del inválido en la Puerta Bella (Hch. 3, 3,6), “primera narración de curación del Libros de los Hechos”.

“La ley mosaica (cfr, Lv 21,18)- explicó- impedía ofrecer sacrificios a quien tuviese discapacidades físicas, consideradas como consecuencia de alguna culpa. Y a continuación les estaba negado hasta el ingreso al templo. El inválido, paradigma de tantos excluidos o descartados por la sociedad y allí está pidiendo limosna como todos los días. Cuando sucede algo de imprevisto: llegan Pedro y Juan y se inicia un juego de miradas. El inválido mira a los 2 , los apóstoles en cambio lo miran, invitándole a mirar hacia ellos en un modo diverso, para recibir otro don. El inválido los mira y Pedro le dice: “No poseo ni plata ni oro, pero lo que tengo te los doy: en el nombre de Jesucristo, el Nazareno, ¡levántate y camina!” (Hech. 3,6). Los apóstoles establecieron una relación, porque es el modo con el cual Dios ama manifestarse, en la relación, a través de un encuentro real entre las personas que puede suceder sólo en el amor”.
“Quien-continuó- aparece el retrato de la Iglesia, que ve a quien está en dificultad, no cierra los ojos, sabe mirar a la humanidad a la cara para crear relaciones significativas, puentes de amistad y de solidaridad en lugar de barreras. Aparece el rostro de “una Iglesia sin fronteras que se siente madre de todos” (Evangelii Gaudium, 210), que sabe tomar por mano y acompañar para aliviar”.

Gracias a la Iglesia, “lugar d liberación y curación”. ahora el inválido camina, salta y alaba a Dios”. “Puede vivir celebrando el Amo que lo ha creado para la vida y para la alegría. El excluido ahora puede acceder al Templo; el emarginado puede acceder al Templo; el emarginado de la liturgia se convierte en cantor de las grandes obras de Dios y esto porque, como explica Pedro al pueblo, la fe en el nombre de Jesús le dio “la perfecta curación” (Hch. 3,16). La Iglesia, en la persona de los Apóstoles, derramó el ungüento medicinal de la proximidad y el bálsamo de la consolación sobre un hijo de Dios obligado a vivir en la aflicción y en la humillación. Es la Iglesia ‘hospital de campo’, casa de las puertas abiertas, madre de corazón tierno y considerado”.

“Pedro y Juan- concluyó-nos enseñan a no confiar en los medios, que también son útiles, pero en la verdadera riqueza que es la relación con el “Resucitado. Somos, de hecho- como diría san Pablo- “pobres, pero capaces de enriquecer a muchos; como gente que no tiene nada y en cambio poseemos todo” (2 Cor. 6-10). Nuestro todo es el Evangelio, que manifiesta la potencia del nombre de Jesús que realiza prodigios.

¿Y nosotros, qué poseemos? ¿Cuál es nuestra riqueza, nuestro tesoro? ¿Con qué podemos hacer ricos a los otros? Pedimos al Padre el don de una memoria agradecida en el recordar los beneficios de su amor en nuestra vida, para dar a todos el testimonio de la alabanza y del reconocimiento”.

Al final de su discurso y después de los saludos en las diversas lenguas, Francisco recordó que pasado mañana será la fiesta de Santa Teresa Benedicta de la Cruz (Edith Stein), Virgen y Mártir, Co-patrona de Europa, hebrea convertida, filósofa, que se hizo carmelita, asesinada en Auschwitz. “Invito a todos- dijo Francisco- a mirar a sus elecciones valientes, expresadas en una auténtica conversión a Cristo, como también en el don de su vida contra toda forma de intolerancia y de perversión ideológica”.

En la audiencia había presentes peregrinos de China, Emiratos Árabes, Irak y Oriente Medio.