Papa: Navidad "fiesta de la fe y de la esperanza", porque "Dios está con nosotros"
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - El Nacimiento de Jesús es la "fiesta de la fe y de la esperanza" porque demuestra que "Dios está con nosotros", "puso su tienda", no en un mundo ideal, sino "en este mundo real, marcada por muchas cosas buenas y malas, marcado por las divisiones, el mal, la pobreza, la opresión y la guerra" y que resultó no como "uno que está por encima y domina el universo", sino que "desciende". Por esta razón "para ser como Él, no debemos ponernos por encima de los demás, sino rebajarnos".
De la Navidad, en este tiempo de Adviento, hablo el Papa Francisco a las 50 mil personas presentes en la plaza de San Pedro, que llevaron a un millón y medio - informa a la Prefectura de la Casa Pontificia - el número de los que participaron en las 30 audiencias celebradas por el actual Papa. Y también hoy Francisco ha largamente pasado en el jeep blanco entre los presentes, de los cuales ha saludado a un grupo de chicos y algunos nuevos sacerdotes, quienes le ofrecieron mate, que ha bebido. Y saludo en español agradeciendo a los jugadores de "su" equipo del San Lorenzo, que ganó el campeonato argentino y que le trajo una copia de la copa.
El nacimiento de Jesús, entonces, muestra que "¡Dios confía en nosotros otra vez". "Dios viene a morar con los hombres, elige la tierra como su hogar para estar con el hombre mismo y encontrarse donde el hombre pasa sus días en la alegría y/o en el dolor. Por lo tanto, la tierra ya no es sólo un ´valle de lágrimas', sino el lugar donde Dios mismo ha puesto su tienda, es el lugar de encuentro entre Dios y los hombres, de la solidaridad entre Dios y los hombres".
"Dios ha querido compartir nuestra condición humana hasta el punto de llegar a ser uno con nosotros en la persona de Jesús, que es verdadero Dios y verdadero hombre. Pero hay algo aún más increíble". "Él ha elegido para vivir nuestra historia tal como es, con todo el peso de sus limitaciones y de sus dramas. Haciéndolo, Él demostró en forma insuperable su inclinación misericordiosa y llena de amor por los seres humanos. Él es el Dios-con-nosotros, Jesús es Dios-con-nosotros". "Jesús es Dios-con-nosotros, siempre y para siempre con nosotros en los sufrimientos y las tristezas de la historia. El Nacimiento de Jesús es la manifestación de que Dios ha "tendido" de una vez por todas la mano al hombre, para salvarlo, para subirlo de nuevo a partir del polvo de nuestras miserias, nuestras dificultades, nuestros pecados".
"De aquí viene el gran "regalo" del Niño de Belén: una energía espiritual viene de Él, una energía que nos ayuda a no hundirnos en nuestros trabajos, en nuestra desesperación, nuestra tristeza, porque es una energía que calienta y transforma el corazón. El nacimiento de Jesús, de hecho, nos trae la buena noticia de que somos amados inmensamente e individualmente por Dios, y este amor no sólo nos lo hace conocer, sino que nos lo da, lo comunica".
"De la contemplación gozosa del misterio del Hijo de Dios nacido para nosotros, podemos derivar dos consideraciones La primera es que si Dios no se revela a sí mismo en la Navidad como alguien que está por encima y domina el universo, sino como Quien se rebaja: Dios desciende, desciende a la tierra pequeño y pobre, lo cual significa que para ser como Él, no debemos ponernos por encima de los demás, sino más bien inclinarnos, ponernos al servicio, hacernos pequeños con los pequeños y pobres con los pobres. Pero, es una mala cosa cuando ves a un cristiano que no quiere rebajarse, que no quiere servir, un cristiano que se pavonea por todas partes: está mal, ¿eh? Eso no es ser cristiano: ¡es ser pagano! El cristiano sirve, se abaja... ¡Hagamos de forma que nuestros hermanos y hermanas nunca se sienten solos! Nuestra presencia a su lado exprese la solidaridad no sólo con palabras, sino con la elocuencia de los gestos que Dios está cerca de todos".
"En segundo lugar: si Dios, por medio de Jesús, se ha involucrado con el hombre para llegar a ser como uno de nosotros, quiere decir que cualquier cosa que hagamos a un hermano y una hermana se lo hacemos a Él. Lo recordó el mismo Jesús; quien ha alimentado, acogido, visitado, amado a uno de los más pequeños y los más pobres de los hombres, lo ha hecho al Hijo de Dios. Al contrario, aquellos que han rechazado, olvidado, ignorado uno de los más pequeños y más pobre de los hombres, ha descuidado y rechazado a Dios mismo".
"Encomendémonos a la materna intercesión de María, Madre de Jesús y nuestra, para que nos ayude en esta Santa Navidad, ya próxima, a reconocer en el rostro de nuestro prójimo, especialmente en las personas más vulnerables y marginados, la imagen del Hijo de Dios hecho hombre. María nos sostenga en nuestro objetivo de dar todo nuestro amor, nuestra bondad y generosidad. De esta manera vamos a ser un reflejo y una extensión de la luz de Jesús, desde la gruta de Belén que continúa irradiando en los corazones de la gente, ofreciendo la alegría y la paz a la que aspiramos desde lo más profundo de nuestro ser".
23/12/2015
28/08/2016 13:40