Papa: La tentación de seguir un Cristo sin cruz. Oración por las inundaciones en el sur de Asia y en Texas
"Espiritual cercanía a las poblaciones de Asia Meridional" y "viva participación al sufrimiento de los habitantes de Texas afectados por un huracán". "Jesús nos recuerda que su vía es la vía del amor, y no hay verdadero amor sin el sacrificio de sí". María "ayúdanos a no temer sufrir por el amor de Dios y de los hermanos".
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Siempre, incluso hoy, la tentación es aquella de querer seguir a un Cristo sin cruz, es más, de enseñar a Dios el camino justo". Así, el Papa Francisco comentó sobre el evangelio de la misa de hoy (22º Domingo a Mateo, 16: 21-27), explicado a los peregrinos que llegaron para el Ángelus en la Plaza de San Pedro.
En el pasaje, Jesús "revela a los discípulos que tendrán que sufrir, morir y resucitar en Jerusalén" y recibe el reproche de Pedro porque no acepta que todo esto le suceda al Mesías. Jesús responde con un reproche a su vez: «¡Retírate, ve detrás de mí, Satanás! Tú eres para mí un obstáculo, porque tus pensamientos no son los de Dios, sino los de los hombres» (v. 23).
" A este punto, continuó el Papa, el Maestro se dirige a todos aquellos que lo seguían, presentándoles con claridad la vía a seguir: «El que quiera venir detrás de mí, que renuncie a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga» (v. 24). Siempre, incluso hoy, la tentación es aquella de querer seguir a un Cristo sin cruz, es más, de enseñar a Dios el camino justo. Como Pedro: “No, no Señor, esto no, no sucederá jamás”. Pero Jesús nos recuerda que su vía es la vía del amor, y no hay verdadero amor sin el sacrificio de sí. Estamos llamados a no dejarnos absorber por la visión de este mundo, sino a ser siempre más conscientes de la necesidad y de la fatiga para nosotros cristianos de caminar contra corriente y en salida.”
“Jesús completa su propuesta con palabras que expresan una gran sabiduría siempre valida, porque desafían la mentalidad y los comportamientos egocéntricos. Él exhorta: «Él que quiera salvar su vida, la perderá; y el que pierda su vida a causa de mí, la encontrará» (v. 25). En esta paradoja está contenida la regla de oro que Dios ha inscrito en la naturaleza humana creada en Cristo: la regla que sólo el amor da sentido y felicidad a la vida. Gastar los propios talentos, las propias energías y el propio tiempo sólo para salvar, cuidar y realizarse a sí mismo, conduce en realidad a perderse, es decir, a una existencia triste y estéril. Si en cambio, vivimos para el Señor e impostamos nuestra vida en el amor, como ha hecho Jesús, podremos gustar la alegría auténtica, y nuestra vida no será estéril, será fecunda.”
“En la celebración de la Eucaristía - ha concluso - revivimos el misterio de la cruz; no sólo recordamos, sino realizamos el memorial del Sacrificio redentor, en el cual el Hijo de Dios se pierde completamente a Sí mismo para recibirse de nuevo en el Padre y así reencontrar a nosotros, que estábamos perdidos, junto con todas las creaturas. Cada vez que participamos en la Santa Misa, el amor de Cristo crucificado y resucitado se comunica a nosotros como alimento y bebida, para que podamos seguirlo a Él en el camino de cada día, en el concreto servicio a los hermanos.”
“María Santísima, que ha seguido a Jesús hasta el Calvario, nos acompañe también a nosotros y nos ayude a no tener miedo de la cruz, pero con Jesús crucificado, no una Cruz sin Jesús: la Cruz con Jesús, es decir la cruz del sufrir por amor a Dios y a los hermanos, porque este sufrimiento, por la gracia de Cristo, es fecundo de resurrección.”
Después de la oración mariana, el Pontífice expresó su "cercanía espiritual a la gente del Asia Meridional, que todavía sufre las consecuencias de las inundaciones". En toda el Asia del sur, a causa de las lluvias monzónicas particularmente fuertes, las precipitaciones golpearon por lo menos 41 millones de personas entre India, Bangladesh y Nepal; el número de muertos superó las 1.000 muertes.
Al mismo tiempo, ha querido expresar su "viva participación al sufrimiento de los habitantes de Texas y de Louisiana, afectados por un huracán y por las lluvias excepcionales, que han provocado víctimas, miles de personas desplazadas y considerables daños materiales."
El Papa añadió, dando la bienvenida a todos los grupos presentes: "Quiero darle las gracias por desearme un buen viaje", casi sin hacer referencia a su inminente viaje a Colombia del 6 al 11 de septiembre.
28/08/2016 13:40