Papa: La misión es ir allí “donde Jesús no es conocido” o ir “donde Jesús es perseguido”

En la fiesta de San Marcos, el Papa Francisco resalta la urgencia de anunciar el Evangelio “en camino, jamás inmóviles”, sin buscar “hacerse de un seguro de vida”. El estilo del anuncio es la humildad. “El anuncio del Evangelio, si es verdadero, sufre la tentación. Pero “Él obra con nosotros”.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Ir donde Jesús no es conocido o donde Jesús es perseguido, o donde Jesús es desfigurado”: es esta la misión de los cristianos, que anuncian el Evangelio “siempre en camino, jamás inmóviles” y sin buscar hacerse de “un seguro de vida”. Es lo que ha subrayado el Papa Francisco en la misa de hoy en la Casa Santa Marta, en ocasión de la fiesta de San Marcos. En la celebración de hoy también participaron los cardenales consejeros del C9.

El pontífice partió del pasaje del evangelio del día (Marcos 16, 15-20) en el cual Jesús envía a sus discípulos a todo el mundo para el anuncio.

“Salir para anunciar. Y también en esta salida se va la vida, se juega la vida del predicador. Él no está seguro, para los predicadores no hay seguros de vida. Y si un predicador busca un seguro de vida, no es un verdadero predicador del Evangelio: no sale, permanece seguro. Primero: vayan, salgan. El Evangelio, el anuncio de Jesucristo, se hace en salida, siempre en camino, siempre. Tanto en el camino físico, como en el camino espiritual o en el camino del sufrimiento: pensemos en el anuncio del Evangelio que hacen tantos enfermos. ¡Tantos enfermos! que ofrecen sus dolores por la Iglesia, por los cristianos. Pero siempre salen de sí mismos”.

El Papa también señala cómo es “el estilo de este anuncio”. Y explica: “San Pedro, que justamente fue el maestro de Marcos, es tan claro en la descripción de este estilo: el Evangelio debe anunciarse con humildad, porque el Hijo de Dios se ha humillado, se ha aniquilado. El estilo de Dios es éste” y “no hay otro”.

“El Evangelio –advirtió- no puede ser anunciado con el poder humano, no puede ser anunciado con el espíritu de escalar y subir”, “esto no es el Evangelio”. Todos están llamados a revestirse de “humildad recíprocamente”, porque “Dios resiste a los soberbios, pero concede gracia a los humildes”:

“¿Y por qué es necesaria esta humildad? Precisamente porque nosotros llevamos adelante un anuncio de humillación; de gloria, pero a través de la humillación”.

“El anuncio del Evangelio –dijo luego- si es verdadero, sufre la tentación”. Es más, si uno “jamás es tentado” significa que “el diablo no se preocupar”, que “estamos predicando una cosa que no sirve”.

“Por eso –retomó-, siempre, en la verdadera predicación, hay algo de tentación y también de persecución”. Y cuando estamos atravesando el sufrimiento, el Señor nos vuelve a tomar, nos da fuerza, porque “esto es lo que Jesús prometió cuando envió a los Apóstoles”. Será el Señor el que nos consolará, el que nos dará fuerza para ir adelante, porque Él obra con nosotros si nosotros somos fieles al anuncio del Evangelio, si salimos de nosotros mismos para predicar a Cristo crucificado, escándalo y locura, y si hacemos esto con un estilo de humildad, de verdadera humildad. Que el Señor nos dé esta gracia, como bautizados, a todos, de tomar el camino de la evangelización con humildad, con confianza en Él mismo, anunciando el verdadero Evangelio: ‘El Verbo se ha encarnado’. El Verbo de Dios se ha encarnado. Y ésta es una locura, es un escándalo; pero hacerlo con la conciencia de que el Señor está junto a nosotros, obra con nosotros y confirma nuestro trabajo”.