Papa: Fiesta de la Inmaculada Concepción, todo es gracia y don gratuito de Dios y de su amor por nosotros
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Todo es gracia, todo es un don gratuito de Dios y de su amor por nosotros", para el Papa Francisco es este "el mensaje de la fiesta de hoy de la Inmaculada Concepción de la Virgen María", en el que María es definida por el Arcángel Gabriel la "'llena de gracia' (Lc 1,28)".
El "todo es gracia" citado por Francisco antes del Ángelus de hoy, recuerda la conclusión del libro de Georges Bernanos, "Diario de un cura rural", que es uno de las obras favoritas del pontífice.
El Papa dice: "[Dios] la ha preservada del pecado original y María corresponde a la gracia y se abandona al Ángel: «Hágase en mí según tu palabra» (v. 38). No dijo: «Yo haré según tu palabra». No, sino: «Hágase en mí...»... según la lógica evangélica ¡nada es más activo y fecundo que escuchar y acoger la Palabra del Señor! Que viene del Evangelio, de la Biblia, el Señor nos habla siempre".
"La actitud de María de Nazaret - más - nos muestra que el ser viene antes del hacer, y que es necesario dejar hacer a Dios para ser verdaderamente como Él nos quiere. Es Él el que hace tantas maravillas en nosotros. María es receptiva, pero no pasiva. Así como a nivel físico recibe la potencia del Espíritu Santo después dona carne y sangre al Hijo de Dios que se forma en Ella, del mismo modo, en el plano espiritual, acoge la gracia y corresponde a ella con la fe".
"María - añadió - ha sido preservada, mientras nosotros hemos sido salvados gracias al Bautismo y a la fe. Pero todos, tanto ella como nosotros, por medio de Cristo, «en alabanza del esplendor de su gracia» (v. 6), esa gracia de la cual la Inmaculada ha sido colmada en plenitud".
La gracia que se nos da en abundancia, empuja a la gratuidad: "Ninguno de nosotros puede comprar la salvación. La salvación es un don gratuito del Señor, un don gratuito de Dios que viene a nosotros, y habita en nosotros. Así como hemos recibido gratuitamente, del mismo modo gratuitamente hemos sido llamados a dar (Cfr. Mt 10, 8); a imitación de María, que, inmediatamente después de haber acogido el anuncio del Ángel, va a compartir el don de la fecundidad con su pariente Isabel. Porque si todo nos ha sido donado, todo debe ser devuelto. ¿De qué modo? Dejando que el Espíritu Santo haga de nosotros un don para los demás. El Espíritu es don para nosotros. Y nosotros, con la fuerza del Espíritu, debemos ser dones para los demás; que nos permita llegar a ser instrumentos de acogida, de reconciliación, instrumentos de perdón".
Y concluyó: " Si nuestra existencia se deja transformar por la gracia del Señor - porque la gracia del Señor nos transforma, eh - no podremos retener para nosotros la luz que viene de su rostro, sino que la dejaremos pasar para que ilumine a los demás. Aprendamos de María, que ha tenido constantemente la mirada fija en el Hijo y su rostro se ha convertido en «el rostro que más se parece al de Cristo» (Dante, Paraíso, XXXII, 87)".
Después de la oración mariana, Francisco saludó a los diversos grupos presentes y recordó el evento tradicional de la tarde: el homenaje de oración delante de la columna y la estatua de la Inmaculada en la Plaza de España. Pero antes el Papa se trasladará a la basílica de Santa María la Mayor para saludar el icono de María Salus Populi Romani. "Les pido que - agregó - que me acompañen en esta peregrinación espiritual, que expresa la devoción filial a nuestra Madre celestial". Y antes de dejar la ventana del Palacio Apostólico, a alrededor de 50 mil fieles reunidos en San Pedro reiteró: "No hay que olvidar: la salvación es gratuita y tenemos que retornarla a los demás".