Papa: En esta situación de pandemia, unidos a Cristo no estamos jamás solos
En el Ángelus conectado en streaming desde la Biblioteca del Palacio Apostólico del Vaticano para respetar las medidas de prevención del coronavirus que afecta a varios países del mundo. El Papa conforta a los enfermos y personas solas. El valor de la comunión espiritual con Jesucristo, “cuando no es posible recibir el sacramento”. Aprecio por los sacerdotes cercanos al pueblo, no como Don Abbondio”. La misa celebrada por Mons. Delpini en el policlínico de Milán. “La promesa del agua viva que Jesús hizo a la Samaritana se convirtió realidad en su Pascua: de su costado atravesado salió “sangre y agua”. “También nosotros, generados para una vida nueva mediante el Bautismo, estamos llamados a testimoniar la vida y la esperanza que están en nosotros”.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “Unidos a Cristo no estamos jamás solos, sino que formamos un único cuerpo, del cual es la cabeza”, aunque si “en esta situación de pandemia”, “nos encontramos viviendo más o menos aislados”. El Papa Francisco así confortó a las personas que a causa de la epidemia del coronavirus permanecen en casa sin poder salir. El Papa mismo, para evitar encuentros en la plaza de san Pedro, recitó en el Ángelus dominical desde la biblioteca vaticana, difundido en streaming por Vatican News. No siendo posible la celebración eucarística con el pueblo, el Papa mismo decidió celebrar la misa y difundirla online. Hablando hoy al final de la oración mariana Francisco subrayó el valor de la “comunión espiritual de la Eucaristía, una práctica muy recomendada cuando no es posible recibir el sacramento. Esto lo digo para todos, especialmente para las personas que viven solas”. Él también elogió a los sacerdotes que en este momento de emergencia están cerca de su pueblo en todos los modos “para que el pueblo no se sienta abandonado, sacerdotes con el celo apostólico, que entendieron bien que en tiempos de pandemia no se debe ser como Don Abbondio”.
Él recordó en particular a Mons. mario Delpini, el arzobispo de Milán que esta mañana celebró la misa en el Policlínico de Milán para los enfermos allí internados. Días antes, el mismo arzobispo pronunció una oración mariana bajo la aguja de la madonnina, en el techo del Duomo de Milán. El gesto fue transmitido por las Tv.
Precedentemente, Francisco comentó el Evangelio de la misa de hoy, el diálogo de Jesús con la Samaritana (3° de cuaresma, A, Jn 4,5-42).
En el centro de este diálogo- dijo- está el agua, el agua como elemento esencial, que apaga la sed del cuerpo y sostiene la vida. Por otro lado, el agua como símbolo del agua del Antiguo Testamento y en san Pablo, agregó: “Cristo… es el Templo del cual, según la visión de los profetas, surge el Espíritu Santo, que purifica y da vida. Quien tiene sed de salvación puede beber gratuitamente de Jesús y el Espíritu se convertirá en él o en ella en un surgente de vida plena y eterna. la promesa del agua viva que Jesús hizo a la Samaritana se hizo realidad en su Pascua: de su costado traspasado surgió “sangre y agua” (Jn 19,34). Cristo inmolado y resucitado es la fuente de cual surge el Espíritu Santo, que quita los pecados y da nueva vida”.
“Este don-concluyó- es también la fuente del testimonio . Como la Samaritana, cualquiera encuentre personalmente a Jesús vivo siente la necesidad de contárselo a otros, para que todos lleguen a confesar que Jesús “es realmente el Salvador del mundo” (Jn 4,42)... «También nosotros, generados a una nueva vida a través del Bautismo, estamos llamados a dar testimonio de la vida y la esperanza que hay en nosotros. Si nuestra búsqueda y nuestra sed encuentran en Cristo la plena satisfacción, manifestaremos que la salvación no está en las "cosas" de este mundo, sino en Aquel que nos ha amado y nos ama siempre: Jesús nuestro Salvador, en el agua viva que Él nos ofrece”.
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