Papa: En Navidad, una vez más, Cristo pasa y golpea a la puerta de nuestro corazón. No dejemos que se vaya
Ciudad del Vaticano (AsiaNews)- En el tiempo de navidad, Cristo "pasa y golpea en nuestro corazón. No dejemos que se vaya, abrámosle las puertas delante de Él". María "es el ejemplo de cómo prepararse para la Navidad. En su actitud notamos dos aspectos: la fe de la Virgen y su capacidad de reconocer el tiempo de Dios. Su ejemplo y el de su esposo José son una invitación a recibir con total apertura del alma a Jesús, que por amor se hizo nuestro hermano". Los dijo el Papa Francisco introduciendo la plegaria mariana del Angelus durante el 4° domingo de Adviento.
Hoy, dijo el Papa, "la liturgia quiere prepararnos a la Navidad que ya está en las puertas, invitándonos a meditar la narración del anuncio del Angel a María. Gabriel revela a la Virgen la voluntad del Señor para que ella se convierta en la madre de su Hijo unigénito: "Concebirás un hijo, lo darás a luz y lo llamarás Jesús. Será grande y lo llamarán Hijo del Altísimo" (Lc. 1,31-32). Fijemos la mirada sobre esta simple niña de Nazaret, en el momento en el cual se hace disponible al mensaje divino con su "Sí"; tomemos dos aspectos esenciales de su actitud, que para nosotros es modelo de cómo prepararse para la Navidad".
Estos aspectos están unidos uno con el otro: "Ante todo su fe, su actitud de fe, que consiste en escuchar la Palabra de Dos para abandonarse a esta Palabra con total disponibilidad de mente y de corazón. Respondiendo al Evangelio, María dice. "He aquí la sierva del Señor: suceda en mí según tu palabra" (v.38). En su decir "Heme aquí" lleno de fe, María no sabe por qué caminos deberá aventurarse, cuáles dolores deberá sufrir, cuáles riesgos deberá pasar. Pero es consciente que el Señor es el que le pide y ella confía totalmente de Él y se abandona a su amor. Esta es la fe de María".
El segundo aspecto "es la capacidad de la Madre de Dios de reconocer el tiempo de Dios. María es aquella que hizo posible la Encarnación del Hijo de Dios, "la revelación del misterio, envuelto en el silencio por siglos eternos" (Rm. 15,25). Hizo posible la encarnación del Verbo gracias justamente a su "Sí" humilde y lleno de coraje. María nos enseña a recibir el momento favorable en el cual Jesús pasa en nuestra vida y nos pide una respuesta rápida y generosa. De hecho, el misterio del nacimiento de Jesús en Belén, sucedido históricamente hace más de 2 mil años, se actúa, como una evento espiritual, en el "hoy" de la Liturgia. El Verbo, que encontró demora en el seno virginal de María, en la celebración de la Navidad viene a golpear nuevamente en el corazón de cada cristiano. Cada uno de nosotros está llamado a responder, como María, con una "sí" personal y sincero, poniéndonos plenamente a disposición de Dios y de su misericordia".
Su amor, dice
el Papa improvisando: "¿Cuántas veces Jesús entra en nuestras vidas, y con
qué frecuencia nos envía un ángel: No tan a menudo somos conscientes de ello, porque
estamos tan atrapados y sumergidos en nuestro negocio e incluso en la
preparación de Navidad, y no somos conscientes de que Él pasa y llama en
nuestros corazones, pidiendo ser recibido. Un santo dijo:.. 'temo que el Señor pase'.
¿Sabes por qué tenía miedo? Tenía miedo de no darse cuenta y dejarlo pasar. Creemos
en nuestro corazón querer ser mejores personas: es lo que el Señor que llama, que
me hace querer ser mejor y más cerca de Dios. Si recibe esto detenido, es el
Señor. Y va de la oración, tal vez por la confesión: lo que es bueno. Pero recordad:
si sientes que quieres mejorar, es Él que está pasando. ¡No lo dejes pasar!".
En el misterio de la Navidad, concluye Francisco, "con María está la presencia
silenciosa de San José, como se representa en cualquier cuna - incluso en lo que
se puede ver aquí en la Plaza de San Pedro. El ejemplo de María y José para
todos nosotros es una invitación a aceptar con total apertura de la mente a
Jesús, que por amor se hizo nuestro hermano él viene a traer al mundo el don de
la paz: "en la tierra paz a los hombres que ama el Señor" (Lc 2: 14),
tal como se anunció en el coro de los ángeles a los pastores. El don precioso de
la Navidad es paz, y Cristo es nuestra paz verdadera. Y Cristo está llamando a nuestros
corazones para darnos la paz de ánimo. ¡Abramos las puertas a Cristo! Encomendémonos
a la intercesión de la Santísima Virgen y de San José, para vivir una Navidad auténticamente
cristiana, libre de todo lo mundano, listo para recibir al Señor, el Dios-para-nosotros
".
Después de la oración mariana y saludos a los grupos presentes, Francisco destacó
de nuevo: "No os olvidéis: el Señor pasa, y si sentís el deseo de mejorar,
de ser tan bueno, es el Señor quien llama a tu puerta esta Navidad. Pasa el Señor.
Les deseo a todos un buen domingo y una Navidad de la esperanza, con las
puertas abiertas al Señor, la alegría y la fraternidad. Buena comida, y por
favor oren por mí. ¡Adiós!".
23/12/2015
14/12/2018 12:10