Papa: Dios "camina con los justos y los pecadores". Camina, con paciencia, "para obtener el último encuentro del hombre con Él"
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Dios "camina con los justos y los
pecadores". Camina, con paciencia", con todo, para llegar al
encuentro, el encuentro definitivo del hombre con Él". En el día en el que
celebramos la Natividad de María, en la Misa celebrada esta mañana en Casa
Santa Marta, el Papa Francisco ofreció su meditación sobre la Creación y la
forma en que Dios hace con nosotros en la historia, "cosas grandes", pero
también aquellas "pequeñas".
Cuando leemos el libro del Génesis, señaló, "existe el peligro de pensar
que Dios era un mago", que hizo las cosas "con la varita mágica".
Sin embargo, "no fue así", porque "Dios ha hecho las cosas"
y "las ha dejado ir con las leyes internas, las interiores que Él ha dado
a cada una, para que se desarrollen, para que lleguen a la plenitud". El Señor,
añadió, "a las cosas del universo les ha dado autonomía, pero no independencia".
"Porque Dios no es un mago, ¡es el creador! Pero cuando al sexto día de la
historia, viene la creación del hombre con otra autonomía, un poco diferente, pero
no independientes: una autonomía que es la libertad. Se dice al hombre a seguir
adelante en la historia, lo hace responsable de la creación, para que domine la
creación, para llevarlo de vuelta y así llegar a la plenitud de los tiempos. ¿Y
cuál era la plenitud de los tiempos? La que tenía en su corazón: la llegada de
su Hijo. Porque Dios - hemos escuchado a Pablo - nos ha predestinado todo, a ser
transformados según la imagen del Hijo".
Y esto, dijo, "es el camino de la humanidad, es el camino del hombre. Dios
quería que fuésemos como su Hijo y de Su Hijo para ser como nosotros". El Papa
ha vuelto el pensamiento al pasaje del Evangelio de hoy que narra la genealogía
de Jesús "En esta lista - señaló - hay santos y pecadores también, pero la
historia continúa, porque Dios ha querido que los hombres sean libres". Y
si bien es cierto que cuando el hombre "ha abusado de su libertad, Dios lo
ha expulsado del Paraíso" le ha "hecho una promesa, y el hombre salió
del Paraíso con esperanza. ¡Pecador, pero con esperanza!". "Su viaje no
lo hace solo: Dios camina con él. Porque Dios hizo una elección: ha hecho la
opción por el tiempo, no por el momento Es el Dios del tiempo, es el Dios de la
historia, es el Dios que camina con sus hijos". Y eso hasta la "plenitud
de los tiempos" cuando su Hijo se convierte en un hombre. Dios "camina
con los justos y los pecadores". Camina "con todo el mundo, para
llegar al encuentro, el encuentro definitivo del hombre con Él."
El Evangelio termina esta historia de siglos "en una cosa pequeña, en una
pequeña ciudad", con José y María. "El Dios de la gran historia lo es
también en la pequeña historia, allí, porque quiere caminar con todos". Francisco ha citado a Santo Tomas, donde se
afirma: "No tengan miedo de las cosas grandes, pero también tengan en
cuenta lo pequeño, este es divino". "Y así es Dios en las cosas grandes,
pero también en las más pequeños. "Y el Señor que camina con nosotros es
el Señor de la paciencia. La paciencia de Dios. La paciencia que tuvo con todas
estas generaciones. Con todas estas personas que han vivido su historia en la
gracia y el pecado, Dios es paciente. Dios camina con nosotros, porque Él quiere
que todos lleguemos a ser transformados según la imagen de su Hijo Y desde
aquella hora que nos dio la libertad en la creación - no la independencia - hasta
hoy sigue caminando".
Y así, por lo tanto, "llegamos a María". Hoy, dijo el Papa, "estamos
en la antesala de esta historia: el nacimiento de la Virgen María". Y "lo
que pedimos en la oración que el Señor nos dé la paz y la unidad para caminar juntos
en el corazón. Es la Gracia de de hoy". "Hoy podemos mirar a la
Virgen, pequeña, santa, sin pecado, pura y escogida para ser la Madre de Dios y
también mirar a la historia que hay detrás, tanto tiempo, siglos y preguntar: ¿Cómo
entra en mi historia? ¿Dejo que Dios camine conmigo? ¿dejo que camina conmigo o
quiero caminar solo? ¿dejo que me acaricie, me ayudo, me perdono, vuelvo al encuentro
con Jesucristo? Este será el final de nuestro viaje: Reunirse con el Señor. Esta
pregunta nos hará bien hoy. ¿Dejo que Dios tenga paciencia conmigo?.Y así,
mirando a esta gran historia, e incluso este pequeño país, podemos alabar al Señor
y humildemente pedir que nos dé la paz, la paz del corazón que sólo Él puede darnos,
que sólo nos da cuando dejamos que Él camine con nosotros".
23/12/2015