Papa: 'tristeza y dolor' por las víctimas del 'gravísimo naufragio' en el Mediterráneo

En el Ángelus, Francisco recordó que el mar "estaba en calma", no habría dificultado el rescate. Y para el Día Mundial de los Refugiados de la ONU, que se conmemora el 20 de junio, pidió que se haga "todo lo posible" para la prevención. Agradeció el cariño y la cercanía durante la cirugía y los días que estuvo hospitalizado. Oró por los estudiantes de Ruanda y por el pueblo ucraniano. El amor de Dios es la "realidad fundamental de la vida".

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - “Con mucha tristeza y mucho dolor pienso en las víctimas del gravísimo naufragio ocurrido hace pocos días frente a las costas de Grecia, y parece, parece, que el mar estaba en calma”. Dijo el Papa Francisco en el Ángelus a los fieles que abarrotaron la plaza de San Pedro para saludarlo después de su cirugía en el Policlínico Gemelli el pasado 7 de junio y el largo postoperatorio. Este es el primer "encuentro público" después de la intervención, porque la semana pasada el pontífice recitó el Ángelus en privado en su habitación del hospital romano, donde visitó luego a los niños de oncología pediátrica. Refiriéndose a la tragedia del naufragio, el Papa insistió con fuerza en que las condiciones del mar no habrían impedido los trabajos de rescate. Recordó entonces que el 20 de junio es el Día Mundial de los Refugiados de la ONU y renovó sus oraciones "por los que han perdido la vida", rogando que "se haga siempre todo lo posible para evitar estas tragedias".

Francisco recordó también "a los jóvenes que fueron víctimas del brutal ataque contra una escuela en el oeste de Ruanda", condenando "esta lucha, esta guerra por todas partes" contra la que debemos "perseverar en la oración". Esta exhortación abraza también a “la martirizada población de Ucrania que está sufriendo tanto” y por la que pidió que se siguiera rezando.

Antes de comenzar el Ángelus, el pontífice expresó su agradecimiento por "toda la cercanía humana y espiritual, y por el cariño" que le hicieron llegar durante los días de hospitalización. "Bendigo a Dios por esto -dijo- y les agradezco a todos ustedes: ¡gracias de corazón!”. El Papa Francisco acaba de regresar de la cirugía de laparotomía, la segunda en menos de tres años, que se llevó a cabo sin problemas ni complicaciones, lo mismo que la recuperación, por lo que pudo ser dado de alta esta semana con tranquilidad. El pontífice salió por el ingreso principal del Gemelli en su silla de ruedas, de buen humor, saludando a pacientes y periodistas. Después acudió a visitar a la Virgen en Santa Maria Maggiore y volvió al Vaticano. La sala de prensa ha confirmado las audiencias previstas para los próximos días, salvo la cancelación de la audiencia general del miércoles 21 de junio, para "preservar la recuperación postoperatoria del Santo Padre".

Cuando comentó las palabras del Evangelio que hoy propone la liturgia, el Papa recordó el encuentro de Jesús con los 12 apóstoles "a los que llama por su nombre y los envía", exhortándolos "a anunciar una sola cosa": que "el reino de los cielos está cerca". Es un recordatorio de los comienzos de la predicación del reino de Dios, "su señorío de amor" que constituye "la realidad fundamental de la vida". “Esto es lo primero que hay que decirle a la gente: Dios no está lejos sino que es tu Padre, te conoce y te ama; quiere tomarte de la mano, incluso cuando -subrayó el Papa- vas por caminos escarpados y difíciles, incluso cuando te caes y te cuesta levantarte y seguir caminando". El Papa invitó entonces a "pensarnos a nosotros mismos como un niño que camina de la mano de su papá" y de esa manera el mundo "grande y misterioso" le parece "familiar y seguro", porque "se siente protegido". Sólo de esa manera puede vencer el miedo y se abre a las personas, encuentra amigos y descubre el deseo de "ser grande" y "hacer las cosas que le ha visto hacer a su papá". “Si nos mantenemos cerca de Dios -dijo- vencemos el miedo, nos abrimos al amor, crecemos en el bien y sentimos la necesidad y la alegría de anunciar”.

Para ser buenos apóstoles hay que ser "como niños", "sentarse en las rodillas de Dios", y "desde allí mirar el mundo con confianza y amor". Prosiguiendo su reflexión, Francisco observó a continuación que para anunciar no hace falta decir muchas palabras, sino “hacer gestos de amor y de esperanza en las normas del Señor”, vale decir que “el corazón del anuncio es el testimonio gratuito, el servicio”. Y dejando de lado el texto que estaba leyendo, el Papa arremetió contra los que llamó "los charlatanes" que lo dejan "perplejo", porque "hablan mucho y no hacen nada". Al terminar el Ángelus invitó a pedirle a la Virgen "que nos ayude a sentirnos amados y a transmitirnos confianza y cercanía unos a otros".