Papa: 'Dolor' por la violencia entre Armenia y Azerbaiyán, 'cerca de las víctimas'
Al concluir la oración mariana, Francisco volvió a recordar "al atormentado pueblo ucraniano" y a "toda tierra ensangrentada por la guerra". Pidió también oración “por la población de Las Marcas” que ha sufrido inundaciones. En el Ángelus, el pontífice recordó la parábola del administrador deshonesto, que "actúa con astucia" para superar las dificultades.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "Dolor" por los recientes enfrentamientos entre Azerbaiyán y Armenia "y" cercanía espiritual con las familias de las víctimas", dijo hoy el Papa Francisco en el Ángelus, refiriéndose a los focos de tensión que volvieron a estallar en los últimos días entre Ereván y Bakú y causaron más de 200 víctimas en ambos frentes. El pontífice se dirigió a las partes exhortándolas a "respetar el alto el fuego, con vistas a un acuerdo de paz". Porque, advirtió, “no olvidemos que la paz es posible cuando callan las armas y comienza el diálogo”.
Después de referirse a la violencia entre armenios y azerbaiyanos volvió a pedir oración "por el atormentado pueblo ucraniano" y por la paz "en todas las tierras ensangrentadas por la guerra", a lo que los numerosos fieles que se encontraban hoy en la Plaza de San Pedro respondieron con un largo y caluroso aplauso. Recordó también a la "población de Las Marcas [región del centro de Italia] afectada por las inundaciones. Rezo - dijo - por los difuntos, por los heridos y por los que han sufrido daños" para que el "Señor le dé fuerzas a esa comunidad". Al concluir la oración mariana, el Papa hizo una breve referencia a su reciente viaje a Kazajistán para participar en el VII Congreso de los líderes de las religiones mundiales y tradicionales, un encuentro cargado de significado sobre el que se propone hablar con más profundidad "el miércoles en la Audiencia".
En la introducción del Ángelus, el pontífice se refirió a "la enseñanza sobre el uso de los bienes" que hoy nos ofrece Jesús en la parábola del Evangelio de Lucas y que "parece un poco difícil de comprender". Un administrador deshonesto que roba y después, cuando su amo lo descubre, actúa con astucia para salir de esa situación. Él “actúa con astucia, busca una solución, toma la iniciativa. Jesús usa esta historia -afirmó el Papa- para lanzar una primera provocación: "Los hijos de este mundo -dice- son más astutos con sus semejantes que los hijos de la luz" (v. 8). Es decir que los que se mueven en la oscuridad, según ciertos criterios mundanos, saben salir adelante a pesar de los problemas, saben ser más astutos que los demás; en cambio los discípulos de Jesús, es decir nosotros, a veces estamos dormidos o somos ingenuos”.
Francisco se refirió a “los momentos de crisis personal, social e incluso eclesial: a veces nos dejamos vencer por el desánimo, o caemos en la queja y el victimismo. Jesús dice que también podríamos ser astutos siguiendo las enseñanzas del Evangelio, estar despiertos y atentos para discernir la realidad, ser creativos para buscar mejores soluciones, para nosotros y para los demás”. De allí se desprende la "enseñanza" sobre el uso de los bienes: "Usen las riquezas deshonestas para hacerse amigos y así, cuando se queden sin nada, ellos los recibirán en la morada eterna" (v. 9). Por eso, para heredar la vida eterna "no es necesario acumular bienes de este mundo, sino que lo importante es la caridad que hayamos vivido en nuestras relaciones fraternas". Francisco explicó que Cristo invita a no utilizar los bienes de este mundo sólo para satisfacer nuestro "egoísmo", sino para "para hacer amigos, para, construir buenas relaciones, para hacer caridad, para promover la fraternidad y para cuidar a los más débiles”.
Al terminar, Francisco explicó que en el mundo de hoy también existen “historias de corrupción como la que nos cuenta el Evangelio; conductas deshonestas, políticas injustas, egoísmos que orientan las decisiones de individuos e instituciones, y muchas otras situaciones oscuras”. Sin embargo, los cristianos no pueden desanimarse o “dejarlo pasar, permanecer indiferentes. Por el contrario - advirtió el Papa - estamos llamados a ser creativos para hacer el bien, con la prudencia y la sagacidad del Evangelio, utilizando los bienes de este mundo - no sólo materiales, sino todos los dones que hemos recibido del Señor - no para enriquecernos, sino para generar amor fraterno y amistad social”.
28/08/2016 13:40