Papa: “Indispensable y urgente” la cooperación internacional para los migrantes

Francisco visita al presidente italiano. “Generar y acompañar procesos que den lugar a nuevas oportunidades de trabajo digno”. “El trabajo estable, junto a una política realmente comprometida en favor de la familia, primer y principal lugar en el cual se forma la personas-en-relación, son las condiciones del auténtico desarrollo sustentable”.

Roma (AsiaNews)- Migrantes, trabajo y familia. Son los argumentos enfrentados por el Papa Francisco en la visita realizada esta mañana al presidente de la República italiana, Sergio Mattarella. Visita protocolarmente “de restitución”, en cuanto devuelve aquella realizada al Vaticano el 18 de junio de 2015.

El Papa fue recibido en el Patio de honor del Quirinale también por 200 niños de las zonas del centro de Italia afectados por el terremoto. Luego hubo un diálogo privado con el Presidente, la presentación de las delegaciones y el intercambio de dones. En su discurso, realizado en el Salón de los coraceros, Francisco ante todo alabó el compromiso italiano hacia los migrantes, subrayando “la acogida a los numerosos prófugos”, “la obra de inmediato socorro garantizada por sus naves en el Mediterráneo y el compromiso de grupos de voluntarios, entre los acules se distinguen asociaciones y entes eclesiásticos y la capilar red de las parroquias”.

“El modo con el cual el Estado y el pueblo italiano están enfrentando la crisis migratoria, junto al esfuerzo realizado para asistir obligatoriamente a las poblaciones afectadas por el sismo, son expresiones de sentimiento y de actitudes que encuentran su fuente más genuina en la fe cristiana, que ha plasmado el carácter de los italianos y que en los momentos dramáticos resplandece mayormente. En lo que se refiere al vasto y complejo fenómeno migratorio es claro que pocas Naciones no pueden hacerse cargo enteramente, asegurando una ordenada integración de los nuevos llegados en el propio tejido social. Por tal razón, es indispensable y urgente que se desarrolle una amplia e incisiva cooperación internacional”.

Recordando asimismo la reciente visita realizada en el país, el Papa renovó su llamado "a generar y acompañar procesos que den lugar a nuevas oportunidades de trabajo digno las dificultades juveniles, los nuevos pobres, la dificultad que los jóvenes encuentran al formar una familia y al traer al mundo hijos encuentran un denominador común en la insuficiencia de la oferta de trabajo, y muchas veces precario o mal retribuido que no permite una seria proyección. Es necesaria una alianza de sinergias y de iniciativas para que los recursos financieros sean puestos al servicio de este objetivo de gran respiro y valor social y no sean en cambio disueltas y dispersas en inversiones prevalentemente especulativas, que indican la falta de un plan a largo plazo, consideración insuficiente del verdadero papel de los que hacen empresa y, en última instancia, la debilidad y los instintos de fuga para hacer frente a los desafíos de nuestro tiempo".

"El trabajo estable, junto con una política de participación activa en favor de la familia, primero y principal lugar donde se forma la persona-en-relación, son las condiciones de auténtico desarrollo sostenible y un crecimiento armónico de la empresa. Son dos pilares que dan soporte a la casa común y que refuerzan, para afrontar el futuro con un espíritu no resignado y temeroso, sino creativo y con confianza. Las nuevas generaciones tienen el derecho a caminar hacia objetivos importantes y a alcanzar su destino, de modo que, impulsado por ideales nobles, encuentren la fuerza y el valor para hacer los sacrificios necesarios para alcanzar la meta, para construir un futuro digno del hombre, en las relaciones, en el trabajo, en la familia y en la sociedad."

Después, el Papa recordando la "singular carga honor" que tiene Italia ya que tiene "en su propia esfera, la sede del gobierno universal de la Iglesia Católica", ha subrayado la "cordial y generosa disponibilidad y colaboración del Estado italiano". De los cuales, sin embargo, Francisco alabó la laicidad "no hostil y de confrontación, pero amable y cooperativo, aunque en la distinción estricta de sus facultades de las instituciones políticas por un lado y las religiosas por el otro. Un laicismo que mi predecesor Benedicto XVI llama 'positiva'. Y no se puede dejar de observar cómo, gracias a ella, es el excelente estado de las relaciones en la colaboración entre Iglesia y Estado en Italia, en beneficio del individuo y de toda la comunidad nacional".