Papa en Molise: superar la "cultura de lo provisional" para ser realmente libre
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Viene
del Evangelio "el amor como una
fuerza de purificación de las conciencias y de la fuerza de renovación de las relaciones sociales, la fuerza de la
planificación por una economía diferente, que se centre en la persona, el trabajo, la familia, en lugar
de dinero y el beneficio". Es
la
indicación que el
Papa Francisco ha dado en la tarde de su visita a Molise, encontrándose con los jóvenes, los detenidos
y la población de Isernia.
Así que, después de almorzar con los pobres asistidos por Cáritas en la "Casa de los Ángeles" (en la foto), más de 20 mil jóvenes se
reunieron en el santuario de la Addolorata
di Castelpetroso, ha recomendado no ceder a los
"modelos culturales predominantes" propuestos por la empresa contemporáneo, la
"cultura de temporal" y
que la aspiración a la autonomía individual "es empujada al punto de poner
siempre todo en discusión y de romper con relativa facilidad elecciones
importantes y ampliamente ponderadas, recorridos de vida emprendidos libremente
con compromiso y dedicación. Esto alimenta superficialidad en la asunción de
responsabilidades, porque en lo profundo del alma ellas arriesgan con ser
consideradas como algo de lo que uno se puede liberar".
Sin embargo, " el corazón del ser humano
aspira a grandes cosas, a valores importantes, a amistades profundas, a lazos
que en las pruebas de la vida se fortalecen en lugar de romperse. El ser humano
aspira a amar y ser amado, en modo definitivo. La cultura de lo provisorio no
aumenta nuestra libertad, sino que nos priva de nuestro verdadero destino, de
las metas más verdaderas y auténticas. ¡No se dejen robar el deseo de construir
en su vida cosas sólidas y grandes! ¡No se den por contentos con metas pequeñas!
Aspiren a la felicidad, tengan la valentía, el coraje de salir de sí mismos y
de jugarse en plenitud su futuro junto con Jesús. Solos no podremos. Frente a la presión de
los eventos y de las modas, solos no lograremos encontrar el camino justo, y si
lo encontramos, no tendremos la fuerza suficiente para perseverar, para
afrontar las subidas y los obstáculos imprevistos. Y aquí entra a tallar la
invitación del Señor Jesús: «Si quieres... sígueme». Nos invita para acompañarnos
en el camino. Solamente juntos con Jesús, rezándole y siguiéndolo encontramos
claridad de visión y fuerza para ir adelante. Él nos ama definitivamente, nos
ha elegido definitivamente, se ha donado definitivamente a cada uno de
nosotros. Es nuestro defensor y hermano mayor y será nuestro único juez. ¡Qué
bello es poder enfrentar las vicisitudes que se suceden en la existencia en
compañía de Jesús, tener con nosotros su Persona y su mensaje! Él no quita
autonomía o libertad; al contrario, robusteciendo nuestra fragilidad, nos
permite ser verdaderamente libres, libres para hacer el bien, fuertes para
continuar haciéndolo, capaces de perdonar y capaces de pedir perdón". Y "Dios no se
cansa de perdonar".
"Él no se cansa de perdonar", sin embargo, fue el lema de la visita, que terminó con la apertura del Año Jubilar Celestiniano,"durante
el cual para todos será abierta la puerta de la misericordia".
El perdón y la esperanza también fueron evocados en el saludo a los
internos del distrito de Casa
de Isernia, donde
el Papa se fue después de su
encuentro con los jóvenes. Las palabras
de uno de los detenidos - "Sin
duda hemos cometido algunos errores, pero estamos dispuestos a asumirlos y Su visita llena nuestros corazones de alegría, pero sobre todo de esperanza, y en este
mar de esperanza Nos dejaremos
guiar, con la Poder del Perdón"- Francisco respondió indicando" Éste es el desafío, como dije hace dos semanas
en el penitenciario de Castrovillari: el reto de la reinserción social. Y para
ello necesitamos un itinerario, un camino, fuera de la cárcel, en la sociedad,
y también a nivel interno, en la conciencia, en el corazón.
Lo importante es no
quedarse quieto - el agua estancada se pudre - sino caminar, dar un paso cada
día, con la ayuda del Señor. Dios es Padre, es misericordia, nos ama siempre.
Si le buscamos, Él nos acoge y nos perdona. "Nunca se cansa de perdonar"
es el lema de esta visita. Él nos levanta de nuevo y nos devuelve nuestra plena
dignidad. Dios no nos olvida. Hay un pasaje de la Biblia, del profeta Isaías,
que dice: ¿Se olvida una madre de su criatura? - y es casi imposible - ¡Pero
aunque ella se olvide, yo no te olvidaré!".
El perdón de Dios es, por último, también en el centro de la última reunión de la visita del Papa, la que tiene con la
población de Isernia, precedido,
en la catedral de un saludo a los enfermos. Al salir de la catedral, el Papa bendijo
una estatua de San Juan
Evangelista que la diócesis ha
dado para la reapertura de la
catedral de Esmirna y una corona
para la estatua de Nuestra Señora de la Paz del Santuario diocesano Fragnete.
En Isernia, donde
nació hace 800 años Pedro de Morrone
fue elegido Papa 05 de julio 1294
con el nombre de Celestino V, que fue canonizado en
1313, el papa Francisco Papa abrió el año del jubileo celestiniano. " Pietro
del Morrone, como San Francisco de Asís, conocían bien la sociedad de su
tiempo, con sus grandes pobrezas. Eran muy cercanos a la gente, al pueblo.
Tenían la misma compasión de Jesús hacia tantas personas cansadas y oprimidas;
pero no se limitaban a dar solo buenos consejos, o piadosas consuelos. Ellos
son los primeros en haber hecho una elección de vida contra corriente, han
escogido de confiar en la Providencia del Padre, no solo como ascesis personal,
sino como testimonio profético de una Paternidad y de una fraternidad, que son
el mensaje del Evangelio de Jesucristo. Y siempre me impacta que con esta fuerte compasión por
la gente, estos santos han sentido la necesidad de dar al pueblo la cosa más
grande, la riqueza más grande: la misericordia del Padre, el perdón. "Perdona
nuestras ofensas, así como nosotros perdonamos a los que nos ofenden". En estas
palabras del Padre Nuestro hay todo
un proyecto de vida, basado sobre la misericordia. La misericordia, la
indulgencia, el perdón de nuestras deudas, no es solo algo devocional, intimo,
un paliativo espiritual, un tipo de aceite que nos ayuda a estar más suaves,
más buenos ¡No! Es la profecía de un mundo nuevo: la misericordia es profecía
de un mundo nuevo, en el cual los bienes de la tierra y del trabajo están
distribuidos equitativamente y ninguno está privado del necesario, porque la
solidaridad y el compartir son la consecuencia concreta de la fraternidad. Entonces, este es el sentido de una
nueva ciudadanía, que percibimos fuertemente aquí, en esta Plaza delante de la
Catedral, desde donde nos habla la memoria de San Pietro del Morrone, Celestino
V. Esta ahí el sentido muy actual del Año Jubilar, de este Año Jubilar
Celestiniano, que desde este momento declaro abierto, y durante el cual para
todos será abierta la puerta de la misericordia. No es una fuga, no es una
evasión de la realidad y de los problemas, es la respuesta que viene del
Evangelio".
23/12/2015
13/03/2016 13:42