Papa al G20: Afrontar los conflictos en curso y las migraciones, para una economía mundial inclusiva y sostenible
A pedido de Angela Merkel, el Papa Francisco escribe a los jefes de Estado y de gobierno presentes en Hamburgo para la cumbre de las mayores economías a nivel mundial. Un “apremiante llamado” para que se afronten las trágicas situaciones de “Sudán del Sur, de la cuenca del Lago Ciad, del Cuerno de África y de Yemen, donde hay 30 millones de personas que no tienen comida ni agua para sobrevivir”. La contradicción entre la aparente unidad en los “foros económicos celebrados en común” y la persistencia de los “conflictos bélicos”. Tomar el ejemplo de grandes líderes del pasado reciente: Schuman, De Gasperi, Adenauer, Monnet. Tomar en consideración a la gran mayoría de la población, aún cuando ésta represente solamente el 10% de la economía mundial.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Para “un crecimiento económico mundial que sea inclusivo y sostenible” se requiere prestar atención “a los conflictos en curso y al problema mundial de las migraciones”, dando “prioridad absoluta a los pobres, a los refugiados, a los que sufren, a los desplazados y a los excluidos, sin hacer distinciones de nación, raza, religión o cultura”: son algunas de las recomendaciones que el Papa Francisco ofrece a los jefes de Estado y de gobierno presentes en Hamburgo para el G20, en una carta que el pontífice envió a la canciller Angela Merkel, tras habérsela solicitado ella durante un reciente encuentro en el Vaticano el 17 de junio pasado (v. foto).
El pontífice expresa “algunas consideraciones que son de importancia para mí y para todos los Pastores de la Iglesia Católica”, desglosándolas en “cuatro principios de acción para la construcción de sociedades fraternas justas y pacíficas” que él ha enumerado y explicado en la Evangelii gaudium: “el tiempo es superior al espacio; la unidad prevalece sobre el conflicto; la realidad es más importante que la idea; el todo es superior a las partes”.
El primer principio, el tiempo es superior al espacio, expresa que “no existen soluciones inmediatas y del todo satisfactorias” a los problemas de la pobreza, de las migraciones y de las guerras. Por lo tanto, es necesario –explica el Papa- al menos “poner en movimiento procesos que sean capaces de ofrecer soluciones progresivas y no traumáticas”. Pero para que resulten eficaces, es fundamental que esté “claramente presente”, desde el inicio, “el objetivo final del proceso”. “En los corazones y en las mentes de los gobernantes, y en cada una de las fases de actuación de las medidas políticas, se necesita dar prioridad absoluta a los pobres, a los refugiados, a los que sufren, a los desplazados y a los excluidos, sin hacer distinciones de nación, raza, religión o cultura, y rechazar los conflictos armados”.
En particular, el pontífice pide, con “un apremiante llamado”, que se preste atención a la “trágica situación de Sudán del Sur, de la cuenca del Lago Chad, del Cuerno de África y de Yemen, donde hay 30 millones de personas que no tienen comida ni agua para sobrevivir”.
En cuanto al segundo principio, la unidad prevalece sobre el conflicto, Francisco pide al mundo “poner fin a todas estas inútiles masacres” de los “conflictos actuales o potenciales”. Pero eso no será posible “si todas las partes no se comprometen a reducir sustancialmente los niveles de conflictividad, a detener la actual carrera armamentística y a renunciar a involucrarse directa o indirectamente en los conflictos, y también si no se acepta discutir de un modo sincero y transparente todas las divergencias”. Francisco destaca que “es una trágica contradicción e incoherencia la aparente unidad en los foros celebrados en común, que apuntan a un objetivo económico o social, y la buscada o aceptada persistencia de los enfrentamientos bélicos”.
Al explicar las consecuencias del tercer principio, la realidad es más importante que la idea, Francisco recuerda que “las trágicas ideologías de la primera mitad del siglo XX han sido sustituidas por las nuevas ideologías de la autonomía absoluta de los mercados y de la especulación financiera (cfr. EG, 56). Ellas dejan [a su paso] una estela dolorosa de exclusión y descarte, e incluso de muerte”. Donde ha habido éxitos, éstos fueron guiados “por el primado del ser humano y de la búsqueda de integrar y de coordinar realidades diversas y a veces contrastantes, a partir del respeto por cada ciudadano individual”. El Papa ruega a Dios que en la cumbre de Hamburgo los líderes sean inspirados por las grandes personalidades políticas del pasado reciente: “Schuman, De Gasperi, Adenauer, Monnet y tantos otros”.
Del hecho de que “el todo es superior a las partes” se deriva que todas las soluciones a los problemas “deben considerar las repercusiones sobre todos los países y todos sus ciudadanos, además de respetar sus puntos de vista y sus opiniones”. Por eso, si bien el G20 abraza a países que “representan el 90% de la producción mundial de bienes y servicios” éste debe tomar en consideración a la “gran mayoría, que en términos económicos, representa solamente el 10% del total” pero que también es quien más sufre “los efectos perniciosos de las crisis económicas”, de las cuales tiene “muy poca o ninguna responsabilidad”. De aquí el reclamo a trabajar en estrecha relación con la ONU, a “respetar y honrar los tratados internacionales” y a “continuar promoviendo el multilateralismo”.
Como conclusión de la carta, Francisco invoca la “bendición de Dios sobre el encuentro de Hamburgo y sobre todos los esfuerzos de la comunidad internacional para activar una nueva era de desarrollo que sea innovadora, interconectada, sostenible, respetuosa del ambiente e inclusiva para con todos los pueblos y para con todas las personas”
26/09/2020 14:49
22/08/2017 15:56