El llamado del Regina Caeli en nombre del Resucitado "que nos quiere libres". La solemnidad de la Ascensión celebrada hoy en Italia inspira la pregunta: "¿Está vivo en mí el deseo de la vida eterna?". El horizonte de la "sabiduría del corazón" en la Jornada de las Comunicaciones Sociales y la gratitud a todas las madres en su fiesta

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Contemplando el misterio de la Ascensión del "Resucitado que nos libera y nos quiere libres, renuevo mi llamado al intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania, asegurando a la Santa Sede su disponibilidad para favorecer todos los esfuerzos en este sentido, especialmente por los que están gravemente heridos y enfermos. Y seguimos rezando por la paz en Ucrania, en Palestina, en Israel, en Myanmar".

Este es el apelo que el Papa Francisco ha vuelto a hacer hoy desde la Plaza de San Pedro al final del rezo del Regina Caeli, en el día en que la Iglesia en Italia celebra la Solemnidad de la Ascensión. "El regreso de Jesús al Padre -comentó el pontífice- se nos presenta no como un alejamiento de nosotros, sino más bien como un precedernos a nuestro destino. Como cuando en la montaña se sube hacia una cima: se camina, con esfuerzo, y finalmente, en un recodo del sendero, se abre el horizonte y se ve el panorama". La Iglesia -comentó el Pontífice- en esta subida camina con Jesús que "paso a paso, escalón a escalón, nos muestra el camino".

¿Y cuáles son estos pasos? "El Evangelio -respondió el Papa- dice hoy: "Anunciar el Evangelio, bautizar, expulsar los demonios, enfrentar a las serpientes, curar a los enfermos" (cf. Mc 16, 16-18); en definitiva, hacer las obras del amor: donar vida, llevar esperanza, alejarse de toda maldad y mezquindad, responder al mal con el bien, estar cerca de los que sufren. Y cuanto más hacemos esto, más nos dejamos transformar por su Espíritu, más seguimos su ejemplo, y más, como en la montaña, sentimos que el aire que nos rodea se vuelve ligero y limpio, el horizonte amplio y la meta cercana".

De ahí la invitación a preguntarse: "¿Está vivo en mí el deseo de Dios, de su amor infinito, de su vida que es vida eterna? ¿O estoy aplastado y anclado a las cosas que pasan, al dinero, al éxito, a los placeres? Y mi deseo del Cielo, ¿me aísla, me cierra, o me lleva a amar a mis hermanos y hermanas con un corazón grande y desinteresado, a sentirlos compañeros de camino hacia el Paraíso? María -concluyó Francisco- ayúdanos, a nosotros que ya hemos llegado a la meta, a caminar juntos con alegría hacia la gloria del Cielo.

El Día de la Ascensión para la Iglesia católica es también la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales, para la que este año el Papa Francisco indicó en su mensaje el tema "Inteligencia artificial y sabiduría del corazón". "Sólo recuperando la sabiduría del corazón -dijo hoy dirigiéndose a los comunicadores al final del Regina Coeli- podremos interpretar las exigencias de nuestro tiempo y redescubrir los caminos para una comunicación plenamente humana. A todos los que trabajan en la comunicación va nuestro agradecimiento por su labor".

Por último, el Papa quiso recordar que en muchos países este segundo domingo de mayo es también el Día de la Madre. "Pensemos con gratitud en todas las madres", dijo, invitando a los fieles presentes en la plaza a darles un aplauso: "Recemos por las madres que se han ido al cielo, confiémoslas a la protección de María, nuestra madre celestial".

 

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