10/02/2014, 00.00
VATICANO
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Papa : Misa no es una reunión de creyentes para orar juntos, es "Teofanía", la presencia real del Señor

En la Misa de esta mañana, Francisco habla del redescubrimiento del "sentido de lo sagrado", "entrar en el misterio de Dios, dejaos conducir al misterio y estar en el misterio". Ir a visitar al Papa a Santa Marta no es una parada turística.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - "La celebración litúrgica no es un acto social, un buen acto social; no es una reunión de creyentes para orar juntos. Es otra cosa. En la liturgia, Dios está presente".  En la Misa, entonces, "la presencia del Señor es real, muy real".  El redescubrimiento del "sentido de lo sagrado", "entrar en el misterio de Dios, dejarse conducir al misterio y estar en el misterio", ha sido el objeto del cual el Papa Francisco habló en la misa de esta mañana en la Casa Santa Marta, en el curso de la cual también bromeó diciendo que ir a la del misa el Papa no es un hecho "turístico".

Francisco, informa Radio Vaticano, comentó el pasaje bíblico que habla de una teofanía de Dios en los tiempos del rey Salomón. El Señor desciende como una nube sobre el Templo, que está lleno de la gloria de Dios. El Señor, dijo el Papa, habla a su pueblo de muchas maneras: a través de los profetas, los sacerdotes, las Sagradas Escrituras. Pero con las teofanías habla de otra forma, "diferente de la Palabra: es otra presencia, más cercana, sin mediación, vecina. Es Su presencia".  "Esto sucede en la celebración litúrgica. La celebración litúrgica no es un acto social, un buen acto social, no es una reunión de creyentes para orar juntos. Es otra cosa. En la liturgia, Dios está presente".  En la Misa, entonces, " la presencia del Señor es real, muy real".

"Cuando celebramos la Misa, no hacemos una representación de la Última Cena: no, no es una representación. Es otra cosa más: es justamente la Última Cena. Es justamente vivir de nuevo la Pasión y muerte redentora del Señor. Es una teofanía: el Señor está presente en el altar para ser ofrecido al Padre por la salvación del mundo. Nosotros oímos o decimos: 'Pero no puedo, ahora, tengo que ir a Misa, tengo que ir para oír Misa. La Misa no se 'oye', se participa, y se participa en esta teofanía, en este misterio de la presencia del Señor entre nosotros".

El pesebre, el Vía Crucis, son representaciones, la Misa, en cambio, "es una verdadera conmemoración, es una teofanía: Dios se acerca y está con nosotros, y nosotros participamos en el misterio de la Redención".  Desafortunadamente muchas veces nos fijamos en el reloj en Misa, "contamos los minutos": "no es la actitud propia que nos pide la liturgia: la liturgia es el tiempo de Dios y el espacio para Dios, y debemos ponernos ahí, en el tiempo de Dios, en el espacio de Dios y no mirar el reloj".  "La liturgia es justamente entrar en el misterio de Dios, dejarse conducir al misterio y estar en el misterio. Por ejemplo, estoy seguro que todos vosotros venís aquí para entrar en el misterio, sin embargo, tal vez alguien dice, 'Oh, tengo que ir a Misa a Santa Marta porque en la guía turística de Roma está visitar al Papa en Santa Marta, todas las mañanas: es un lugar turístico, ¿no? '. (Risas). Todos vosotros venís aquí, nos reunimos aquí para entrar en el misterio: esto es la liturgia. Es el tiempo de Dios, es el espacio de Dios, es la nube de Dios que nos rodea a todos".

El Papa recordó que, cuando era niño, durante la preparación para la Primera Comunión, había una canción que mostraba cómo el altar estaba custodiado por ángeles para dar "un sentido de la gloria de Dios, del espacio de dios, del tiempo de Dios". Y cuando, durante los ensayos, traían la Ostia, decían a los niños: "Mira, que no se trata de lo que recibiréis: Esto no vale nada, ¡porque no ha sido consagrada!". Así que para "celebrar la liturgia se debe tener esta disposición para entrar en el misterio de Dios", en su espacio, en su tiempo, y se basan "en este misterio".  "Vamos a hacerlo bien hoy pidiéndole al Señor que nos conceda todo este ´sentido de lo sagrado', este sentido que hace entender que una cosa es orar en casa, rezar en la iglesia, rezar el Rosario, rezar todas esas oraciones hermosas, hacer el Viacrucis, tantas cosas bellas, leer la Biblia... y otra cosa es la celebración Eucarística. Durante la celebración entramos en el misterio de Dios, de una manera que no podemos controlar: sólo Él es el Uno, Él es la gloria, Él es el poder, Él lo es todo. Pidamos esta gracia: que el Señor nos enseñe a entrar en el misterio de Dios".  

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