Papa: no apartemos la mirada de los pobres
Se publicó el mensaje del pontífice para la Jornada Mundial de los Pobres, que la Iglesia celebrará este año el domingo 19 de noviembre. Los niños víctimas de la guerra, pero también el "desorden ético que caracteriza al mundo del trabajo", la "especulación que esfuma los salarios negando la dignidad", y el malestar de los jóvenes "engañados por una sociedad que luego los hace sentir fracasados", entre los nuevos rostros de la pobreza. La invitación a las familias a compartir la mesa con los últimos.
Ciudad del Vaticano (AsiaNews) - Apartar la mirada de los pobres nos impide ver el rostro del Señor Jesús. Esto escribió el Papa Francisco en su mensaje para la Jornada Mundial de los Pobres, el evento con el que quiso marcar el final del Jubileo de la Misericordia que se celebrará este año el domingo 19 de noviembre. Mientras el pontífice sigue en el Hospital Gemelli recuperándose de la operación a la que fue sometido el pasado 7 de junio, la Oficina de Prensa del Vaticano difundió este texto que lleva la fecha de hoy, día de San Antonio de Padua, "patrón de los pobres".
"Cada día -escribió el Papa Francisco- nos comprometemos a acoger a los pobres, pero esto no basta. Un río de pobreza atraviesa nuestras ciudades y se hace cada vez más grande hasta desbordarse; ese río parece desbordarnos, tanto que el grito de nuestros hermanos y hermanas que piden ayuda, apoyo y solidaridad se hace más y más fuerte". Por eso, ante la Jornada de los Pobres que se celebra cada año el domingo anterior a la fiesta de Cristo Rey del Universo, este año el Papa nos invita a dejarnos guiar por el relato bíblico del libro de Tobías y, en particular, por la invitación que Tobi dirige a su hijo casi como un testamento espiritual: "No apartes tu mirada de los pobres" (Tb 4,7).
"Son las palabras -recuerda el Pontífice- de un hombre que, sentado a la mesa, había invitado a Tobías a encontrar entre los deportados de Nínive algún pobre con quien compartir la mesa. "Qué significativo sería -comentó Francisco- si, en el Día de los Pobres, esta preocupación de Tobías fuera también la nuestra: invitarlos a compartir la comida dominical, después de haber compartido la Mesa Eucarística". Pero en lugar de eso, el joven encontrará a un pobre asesinado y abandonado en medio del camino, por lo que Tobi se levantará para ir a enterrarlo. Y precisamente al realizar este acto perderá la vista.
"Ironía del destino: haces un gesto de caridad y te sobreviene la desgracia. Pensamos así -continúa el Papa Francisco-, pero la fe nos enseña a ir más allá. La ceguera de Tobi se convertirá en su fuerza para reconocer aún mejor las múltiples formas de pobreza de las que estaba rodeado. En el momento de la prueba, descubre su propia pobreza, que lo hace capaz de reconocer a los pobres. Es fiel a la Ley de Dios y cumple los mandamientos, pero esto no le basta. La atención eficaz a los pobres le es posible porque ha experimentado la pobreza en carne propia".
Precisamente esta actitud parece especialmente actual. "Vivimos en un momento histórico que no favorece la atención a los más pobres", observa el Pontífice. "El volumen de la llamada a la prosperidad es cada vez más alto, mientras que se silencian las voces de quienes viven en la pobreza. Los pobres se convierten en imágenes que pueden conmovernos por unos instantes, pero cuando nos encontramos con ellos en carne y hueso en la calle, entonces se apoderan de nosotros el fastidio y la marginación. La parábola del buen samaritano no es un relato del pasado, sino que cuestiona el presente de cada uno de nosotros. Delegar en otros es fácil; ofrecer dinero para que otros hagan caridad es un gesto generoso; implicarse personalmente es la vocación de todo cristiano".
Para ello, el Papa citó algunas situaciones en particular. "Pienso en las poblaciones que viven en lugares de guerra, especialmente en los niños privados de un presente sereno y de un futuro digno. Nadie podrá jamás acostumbrarse a esta situación". Pero en el mensaje habla también de la "especulación que, en diversos sectores, provoca un aumento dramático de los precios que hace a muchas familias aún más indigentes. Los salarios se agotan rápidamente, obligando a la gente a sufrir privaciones que atentan contra la dignidad de cada persona. Si una familia debe elegir entre la comida para alimentarse y los medicamentos para curarse, hay que oír la voz de quienes reclaman el derecho a ambos bienes, en nombre de la dignidad de la persona humana".
Se detuvo en el "desorden ético que caracteriza el mundo del trabajo": la "remuneración poco proporcional, la plaga de la precariedad, las muchas víctimas de accidentes, a menudo a causa de una mentalidad que prefiere el beneficio inmediato por encima de la seguridad...". Y recordó el malestar de los jóvenes "engañados por una cultura que los lleva a sentirse 'incompletos' y 'fracasados'. Ayudémosles a reaccionar frente a estas instigaciones nefastas, para que cada uno encuentre el camino a seguir para adquirir una identidad fuerte y generosa".
Asimismo, advirtió contra la tentación de detenerse en las estadísticas y los números sobre los pobres: "son personas, tienen rostros, historias, corazones y almas. Son hermanos y hermanas con sus méritos y sus defectos, como todos, y es importante entrar en una relación personal con cada uno de ellos".
Finalmente, en el 150 aniversario del nacimiento de Santa Teresita del Niño Jesús, el Papa Francisco concluyó citando una de sus frases: "Comprendí que la caridad no debe permanecer cerrada en el fondo del corazón". "En esta casa que es el mundo" comentó Francisco "todos tienen derecho a ser iluminados por la caridad, no se puede privar a nadie de ella. Que la tenacidad del amor de Santa Teresita inspire nuestros corazones, que nos ayude a 'no apartar la mirada de los pobres' y a mantenerla siempre fija en el rostro humano y divino del Señor Jesucristo".
17/12/2016 13:14
22/03/2017 13:04