Pakistán, extremistas islámicos toman las calles para exigir la horca para la “blasfema” de Asia Bibi

de Kamran Chaudhry

Hay manifestaciones en Lahore, Islamabad, Karachi y en otras partes del país. Pronunciándose bajo el eslogan #HangAsia, piden que la mujer cristiana, madre de cinco hijos, sea ajusticiada. La ira y la frustración de los cristianos, expresada en las redes sociales. Pakistán “no garantiza seguridad y justicia a las minorías”.

Lahore (AsiaNews) – Desde hace días que una coalición de grupos musulmanes sunitas promueve manifestaciones coordinadas en todo Pakistán, entonando eslóganes y exhibiendo carteles con la leyenda “#HangAsia” [cuelguen a Asia]. Lo que desencadenó la protesta fue la decisión de la Corte suprema de aplazar la sentencia relativa al caso de Asia Bibi, la mujer cristiana y madre de cinco hijos que ha sido condenada a muerte por blasfemia, y que aguarda la última instancia del juicio.

Cientos de miembros y simpatizantes de Tehreek-i-Labaik Ya Rasool Allah se dieron cita esta semana en Karachi, Islamabad y Lahore para manifestarse contra la mujer, que se encuentra en prisión hace ya seis años bajo la acusación de haber violado la “ley negra”.

Un ciudadano de Lahore llamado Mukhtar, que lleva un turbante blanco, declara a AsiaNews: “Si Asia se salva, habrá una guerra. Estamos unidos para defender el honor de Alá, somos sus siervos devotos”. Y se pregunta: “¿Será que quizás Pakistán nació para colgar a cuantos lo aman y perdonar la vida de los blasfemos?”. “¿Por qué Asia Bibi no ha sido todavía colgada, no obstante la sentencia de muerte ha sido ratificada por la Alta Corte de Lahore y [confirmada] por la Corte Suprema?”- prosigue el hombre. El gobierno “las pagará”, concluye, “si actúa en función de intereses extranjeros y nos traiciona”.

Él es uno de los tantos manifestantes que han tomado las calles de Lahore y protestan frente a las oficinas del Círculo de prensa, en defensa de las leyes sobre blasfemia y claman por la horca para la mujer cristiana.

En tanto, un juez de primera línea de Punjab se ha propuesto para formar parte del jurado de primera instancia de la Alta Corte de Lahore, y así confirmar la pena de muerte. “He estudiado el caso largamente –declaró ayer el procurador general adjunto Chaudhry Zubair Ahmad Farooq – y han surgido pruebas y testimonios incontestables a favor de la imputada”.

Mons. Samson Shukardin, obispo de la diócesis de Hyderabad (en Sindh), explica que el gobierno de Punjab por sí solo no puede influenciar la condena de Asia Bibi. Y compete a la Corte Suprema, agrega, decidir “si escuchar o no” la opinión del procurador adjunto. El problema, concluye el prelado, “es que hay una gran atención e interés de los grupos extremistas por este caso, que ha cobrado una relevancia internacional”.

Mientras tanto, muchos cristianos y miembros de grupos activistas han expresado su frustración en las redes sociales: Yousaf Benjamin, director ejecutivo de Dignity First, una ONG que defiende a los cristianos, escribió en Facebook que “los jueces parecen incompetentes” a pesar de los 15 meses que han tenido para estudiar el caso. Similary Timna Khan agrega que “a pesar de que el jurado sabe que ella es inocente, no pueden juzgar a causa de los mulá, que detentan la ley y se apropian del derecho”. Y agrega: “Pakistán ha fracasado en la tarea de garantizarles seguridad y justicia a las minorías”.

Una firme condena de las protestas de los grupos extremistas islámicos ha sido expresada por Muhammad Tahseen, musulmán y líder de un fórum que comprende a más de 50 asociaciones y movimientos en defensa de los derechos humanos: “El caso contra Asia Bibi es un error, y las leyes sobre blasfemia deberían ser eliminadas de la Constitución” del país.