Padre Pelosin: Tailandia, pobreza y explotación, pero también generosidad y vocaciones. Cristo ha resucitado.
En su carta con motivo de la Pascua, el misionero del PIME, que está en Tailandia hace casi 40 años, describe la miseria en que viven cada día miles personas. En medio de la usura, la corrupción y el abandono, sin embargo, se destacan las señales de esperanza. Jóvenes que se dedican gratuitamente a los últimos, refugiados políticos que ingresan al seminario: “En Pascua 15 catecúmenos serán bautizados”.
Bangkok (AsiaNews) – Transcribimos a continuación la carta que el padre Adriano Pelosin quiso dirigir, con motivo de la Pascua, a todos sus amigos y benefactores para narrar la historia de gracia y de conversiones que han nacido gracias a ella. El misionero del Pontificio Instituto de las Misiones Extranjeras, originario de Loreggia (Padua), está en Tailandia hace 35 años, y es también superior del Instituto Misionero Tailandés. La presencia de católicos en Tailandia es, en términos porcentuales, realmente exigua, apenas el 0,1% sobre una población total de 66,7 millones de habitantes, pero es rica en vitalidad y en espíritu de iniciativa, sobre todo en el ámbito social y en el sector de la Educación.
Queridísimo amigos,
El 5 de marzo doy un paseo por el jardín y veo que los árboles de mango están floreciendo recién ahora, con dos meses de retraso, signo del cambio climático. He notado también que el gran canal que transporta el agua para irrigar los arrozales y los cultivos vegetales está casi seco, signo de una inminente sequía (recordemos que cinco años atrás tuvimos un aluvión de dimensiones bíblicas).
La situación política no ha cambiado, aún seguimos bajo la dictadura militar. Y si bien el precio de la bencina ha bajado, el costo de vida continúa aumentando. Este es el momento de los usureros, que hacen fortunas con la miseria de la gente. Distribuyen dinero con tasas de interés del 5, del 10 o del 20% al día…La pobre gente pierde lo poco que tiene porque no puede pagar ni los intereses, ni el fondo.
En los meses de enero y febrero pagué las deudas de unas cuantas personas, sobre todo de abuelos con nietos. Los motivos de las deudas: un incidente, una muerte imprevista, una enfermedad prolongada, el jefe de familia en prisión, juegos de azar, el fracaso de la actividad económica.
Entonces, con lo que queda ya no puede pagarse la hipoteca de la moto, de la casa, de los instrumentos o herramientas de trabajo, o, por ejemplo, de la motocicleta con el acoplado que sirve para recolectar los residuos para su reciclado.
El 13 de marzo pasado fui a visitar a Deng, un hombre de 37 años que tiene 5 hijos. La mujer se fue de casa luego de una pelea con él. La hija mayor tiene 16 años y acaba de dar a luz un niño bellísimo. Nos pusimos en contacto con el centro San Martino de los Padres del PIME en Pak Kret [vecindario al norte de Bangkok, ndr] para que acoja a los cuatro niños más pequeños. Irán allí cuando las escuelas sean cerradas por el período de vacaciones, el 25 de marzo.
El 14 de marzo el Sr. Sammat me dijo que a Sra. Rerai ha pasado la operación: un tumor en el intestino y hemorroides. Rerai vive sola con un hijo, en una cabaña que no tiene agua ni luz; ha acaba de tener el funeral de dos hijos suyos, muertos por tuberculosis; su marido también ha muerto. Rerai sufría mucho, pero no quería ir al hospital, porque cuando nació sus padres no la registraron como ciudadana tailandesa, y por ende, no tiene derecho a una atención médica gratuita. El Sr. Sammat y su hijo Pat durante más de diez días recorrieron media Tailandia para encontrar a los parientes de Rerai, para que ello pudieron testificar ante las autoridades que Rerai es hermana suya, y para que ella pueda tener el documento de identidad y la famosa “credencial de oro” con la cual uno puede recibir atención médica gratuita.
El 15 de marzo estuve con la Sra. Noi en la corte judicial de Pathumthani. La Sra. Noi fue llevada a prisión por haber sido acusada de no restituir el dinero tomado en préstamo de un usurero. Pagué la fianza para poder sacarla de la prisión. Noi es una viuda pobre, y ayer el juez la proclamó inocente. Este es ya el tercer caso de justicia, en el cual he estado involucrado a título personal, pagando la fianza. Un seño budista me ha dicho: “Las Las Cosas Santas del Cielo te asisten”
El 16 de marzo me dirigí, junto al abogado católico Kan, al barrio pobre de Lat Lum Kew (Provincia de Pathumthani) para reunirme con cuatrocientas familias que han sido amenazadas con ser desalojadas tras haber vivido allí más de 100 años, en tierras de un señor que no conocen. El abogado tratará de hacer valer la ley que concede s habitantes la posesión de la tierra donde han vivido sin pagar el alquiler por más de 10 años. Por la tarde, me reuní con un grupo de padres cuyos hijos están en prisión por haberle pegado a otro grupo de jóvenes (seis jóvenes están en la cárcel de menores mientras que otros cuatro se encuentran en la prisión para adultos). El abogado Kan explicó tanto a los jóvenes como a los padres cómo seguirá el proceso, y se comprometió a ayudar a esta gente de los barrios pobres de Wat Sake (Pathumtahani) a fin de que se haga justicia. Aquí la policía suele escuchar a quien les da dinero, y exagera o minimiza las acusaciones en función de la cantidad de dinero recibida.
En tanto, en Lat Lum Kew estamos construyendo baños para la gente pobre y estamos reestructurando unas cuantas viviendas. El director de la obra es David, un iraní, refugiado político, que se convirtió del islam y se volvió católico; se está preparando para volverse sacerdote (si Dios quiere). Tiene ya 50 años y se está dedicando en cuerpo y alma para ayudar a la pobre gente. Aquí la mayoría de la gente es anciana, y muchos están además enfermos…
Hace dos semanas que llegó Nok, un joven de 22 años que ha estudiado en la escuela hotelera y que ahora quiere ayudar a la gente pobre. En Wat Kok , en cambio, está Art, un joven de 25 años que se graduó en Filosofía y que ahora enseña gratis a los niños de la escuela más pobre y en peores condiciones de la ciudad de Pathumthani. La escuela tiene poco más de 100 alumnos, desde jardín de infantes hasta el sexto grado de la escuela primaria, y no cuenta con suficientes maestros. Por eso nosotros nos comprometimos a ayudar. Hoy llego también Chat, de la tribu Lahu, que terminó sus estudios superiores y podrá dar una mano en esta escuela. También está “IA”, otro joven de 25 años de la tribu Mong, que terminó sus estudios superiores en el barrio pobre de Wat Sake junto a su hermano Pan, que en junio entrará al seminario del Instituto Misionero tailandés para cursar los estudios de teología.
Este año, Tua y Toey ingresarán al primer año de Filosofía. Tua un joven de 30 años graduado en Historia del Arte y Bienes Culturales: es profesor en la universidad de Rachapat. Descubrió la verdadera alegría de vivir sirviendo a los más pobres en los barrios pobres. Decidió entrar en el Instituto Misionero tailandés. También Toey, graduado en Ingeniería de los Recursos Humanos ingresará a este mismo instituto religioso. Toey, una vez descubierta su vocación, comenzó a trabajar en las fabricas para crear una mayor justicia, comprensión y colaboración entre los trabajadores, dueños y directivos…así comenzaron, también, los problemas.
Mientras os escribo, hoy, 17 de marzo, cuatro de mis colaboradores están visitando a prisioneros en la cárcel de Sam Kok [distrito al norte de Bangkok, ndr], que son oriundos de los barrios pobres donde trabajamos. Yo, apenas termine de escribir esta carta, debo visitar en el hospital a un niño de cuatro años, que no tiene padres, y que vive con la abuela y tres primos.
Tailandia no es sólo problemas, como los que os estoy describiendo. Pero la Tailandia en la que me hallo sumergido es esta…los pobres están aumentando, y con los pobres aumentan también los problemas sociales. Pero también las vocaciones misioneras aumentan, así como el interés por Dios, que escucha el grito de esta gente y que viene a su encuentro a través nuestro. Este año tendremos nueve seminaristas en el Seminario Mayor y una decena de jóvenes se están preparando para entrar el año próximo o dentro de dos años. Este año tenemos también 15 catecúmenos que recibirán el Bautismo en Pascua y otros 30 que se están preparando para en Bautismo en los próximos años…hay más de 100 niños que cada sábado y domingo escuchan las “Historias de Jesús”, que ya saben rezar y que se ejercitan en las obras de misericordia, sobre todo a favor de los ancianos y enfermos.
Hay una gran abundancia de peces, y están cerca de la orilla. Ayúdennos a tirar de las redes y a llevar el pescado a Jesús, que está asando otro pescado, el de su cuerpo entregado como don, su Iglesia peregrina. “Ellos sabían que era el Señor” “Entonces Jesús se acercó, tomo el pan, y se lo dio, y lo mismo hizo con el pescado” (Juan 21, 12-13). La vida de la Iglesia.
Cristo verdaderamente ha resucitado y habita entre nosotros.
Feliz Pascua a todos.
P. Adriano Pelosin