Padre Moretti: acuerdo entre EEUU y talibanes, un 'frágil’ primer paso que no es verdadera paz
A pesar de la firma, no cesan los atentados en el país. Ayer, se produjo una explosión en una ceremonia pública, con la presencia del Jefe de gobierno. Para el sacerdote, el pacto sellado por EEUU y los talibanes no resuelve nada, porque “excluye al gobierno”. Se precisa una mayor representatividad de todos los grupos. Temor por el regreso de la sharia en las áreas urbanas.
Roma (AsiaNews) - El acuerdo sellado en Doha por los talibanes afganos y los Estados Unidos “es un primer paso hacia la paz, eso no se discute”, pero la situación sigue siendo “sumamente frágil” en el territorio, tal como puede constatarse en los atentados ocurridos en los últimos días. Son las declaraciones que brinda a AsiaNews el Pbro. Giuseppe Moretti, capellán de la embajada italiana y responsable de la missio sui iuris de Afganistán hasta el año 2015. Él no parece sorprendido por los “reiterados atentados” de los grupos extremistas “en varias parte del país” a posteriori de la firma. Se trata de un acuerdo trunco, en el cual “ha quedado excluido el gobierno de Kabul”, explica.
En la mañana de ayer se produjo un atentado durante una ceremonia pública, en presencia de varios exponentes políticos, entre ellos, el Jefe de gobierno, Abdullah Abdullah. La explosión, provocada por un misil, embistió a una multitud que se hallaba reunida para rendir un homenaje a Abdul Ali Mazari, el político hazara asesinado por los talibanes en 1995. En los días previos ya se habían registrado varios atentados, con al menos 20 muertos entre soldados y agentes de policía. Los hechos confirman la inestabilidad de la situación y la fragilidad del acuerdo, que claramente no ha puesto fin a la violencia.
Lo primero que uno ha de cuestionarse, subraya el Padre Moretti, es “si Afganistán es una colonia americana o una nación independiente”, ya que “han excluido al Ejecutivo” de los diálogos de Doha. Los estadounidenses “querían manejarse solos, y al mismo tiempo, los talibanes no reconocen a este gobierno”. El sacerdote se refiere a la “paz” entre guerrilleros, de un acuerdo entre dos frentes - la OTAN y los talibanes - que están en guerra desde que se produjo el atentado a las Torres Gemelas, en septiembre del 2001. Por otro lado, con respecto al llamado jefe-político y co-fundador de los talibanes, Abdul Ghani Baradar, que ha firmado el pacto, “¿representa a todos los grupos o solo al mayoritario?”. Todo ello evidencia “la fragilidad de esta paz”.
Un acuerdo estable y duradero, advierte el Padre Moretti, también debe abarcar “al gobierno constitucional reconocido a nivel internacional” y es necesaria “una mayor representatividad de todos los grupos, ya que aún rigen muchas divisiones”. Esta “no es la paz de los afganos”, porque “se ha dejado de lado a aquellos que han acompañado a Occidente en todos estos años”, para luego “excluirlos de las negociaciones”. Por otro lado, “tampoco es la paz del pueblo, especialmente de los habitantes de las zonas urbanas, que habían comenzado a respirar un mínimo de libertad y democracia”.
El religioso bernabita, que lleva casi treinta años de misión en Afganistán, subraya que son muchas las cuestiones por resolver, para lograr una pacificación estable en el plano nacional. Desde Doha surge “un emirato islámico de Afganistán”, que representa “una concesión de los americanos a los talibanes, para poder regresar al gobierno”, cancelando todo lo que se había hecho hasta ahora, “en términos de derechos” y avalando “la reintroducción de la sharia, la ley islámica”.
En las grandes ciudades, la población no quiere volver atrás, “después de haber saboreado un poco de libertad”, cuando en los pueblos ya se vislumbra el fin de los bombardeos. Los talibanes han prometido que no cercenarán algunos derechos como la libertad de elegir si llevar o no el velo, subraya el Padre Moretti; sin embargo, se pregunta: “¿mantendrán su lealtad a los compromisos y respetarán lo pactado? Es difícil de saber”.
Por otra parte, en el tratado de Doha hay cláusulas secretas, y la hipótesis más factible es que éstas beneficien a los talibanes, mientras el gobierno “queda fuera de las tratativas”. El 10 de marzo está previsto un encuentro entre el gobierno y los talibanes - agrega - y ya ha estallado la polémica sobre el número de prisioneros que serían liberados”. Mientras tanto, Kabul dice que “es un asunto nuestro e invita a los americanos a no interferir. Por todo esto digo que debemos esperar, y que solo un acuerdo entre gobierno y talibanes podrá dar a luz una paz de verdad”.
17/12/2016 13:14