P. Samir: un doble virus -el Covid y las bombas turcas- vacía el Kurdistán
Debido a los ataques de los aviones cazas de Ankara, el turismo se detiene tras una fase de recuperación. Los campos quedan vacíos y se paralizan las fábricas. El sonido de los drones que patrullan el territorio y trazan el terreno para los bombardeos. Entre la población local y las familias de refugiados, las necesidades siguen siendo enormes. Continúa la campaña de AsiaNews por los cristianos de Mosul.
Erbil (AsiaNews) - En el último año, algunas aldeas cristianas y kurdas "quedaron vacías" a causa de los bombardeos de la aviación turca contra objetivos del PKK, el movimiento combativo kurdo que Ankara (y parte de Occidente) tacha de terrorista. Durante mucho tiempo la zona "se había librado de la violencia", pero hoy el miedo "se hace sentir". Es lo que cuenta el padre Samir Youssef, párroco de Enishke, perteneciente a la diócesis de Amadiya, en el Kurdistán iraquí. El sacerdote describe a una población "que primero se sintió asustada por el virus del 'corona' y ahora, por el virus de las bombas". Los ataques "frenaron el turismo tras una fase de recuperación y dificultan el cultivo de los campos o la apertura de las fábricas, porque la gente tiene miedo de los bombardeos".
En la noche del 6 al 7 de noviembre, continúa, "los turcos bombardearon nuestra montaña. Seis misiles cayeron a poca distancia del pueblo y provocaron una ola expansiva similar a la de un terremoto". La lluvia de bombas también afectó a "otro pueblo cristiano de la zona". Es “la primera vez en más de un año que atacan cerca". Por esta razón, en los últimos días, "algunas familias se desplazaron hacia las ciudades" de Zakho, Dohuk, Erbil, pero luego regresaron; los bombardeos aéreos "continúan del otro lado".
Durante la entrevista, el padre Samir dijo que incluso se siente el ruido de los drones turcos que patrullan la zona. Buscan escondites para atacar por la noche o guerrilleros que trabajan en operaciones de traslado de vehículos. Las incursiones tienen graves consecuencias en la población, porque los que tienen tierras "no quieren cultivarlas para no ser atacados, porque los confunden con milicianos". Lo mismo ocurre con los que tienen fábricas: cada vez hay más establecimientos abandonados. El turismo también está paralizado, tras una temporada de verano positiva. Hay demasiado miedo a los ataques y esto acarrea consecuencias inevitables para los restaurantes, hoteles y otros negocios que estaban repuntando luego del Covid-19".
“Los ancianos y los niños tienen miedo", confiesa el padre Samir. Los bombardeos son tales que es “como haber vuelto al 2003, a los días oscuros de la guerra. Los guerrilleros del PKK están presentes a lo largo de una franja que va desde nuestras montañas hasta Sinjar, en la frontera con Siria. No será fácil atacarlos, porque siempre están en movimiento. El virus de las bombas, observa, "siempre nos ha acompañado y hoy el coronavirus también ha vuelto a afectarnos: cada semana mueren dos o tres personas en nuestra zona, la cobertura de vacunación en mi parroquia ronda el 60% y en otras zonas es aún menor. Hay miedo y desconfianza, ambos alimentados por las noticias falsas que circulan por la web y aluden a los peligros y la ineficacia de la vacuna”.
El padre Samir es uno de los principales beneficiarios de la campaña de AsiaNews "Adopta un cristiano de Mosul". Aunque en el plano militar el Estado Islámico (EI, ex Isis), fue derrotado hace más de tres años, "su mentalidad sigue muy difundida". Actualmente persisten los problemas de los desplazados, que a menudo ni siquiera tienen los recursos básicos para sobrevivir o se enfrentan a más dificultades debido a la pandemia. Los problemas relacionados con las elecciones políticas en Bagdad también tienen repercusiones en el Kurdistán, "donde los precios subieron, desde la gasolina hasta el combustible para calefacción o los productos alimenticios. Hay gente que lleva tres meses sin cobrar su sueldo y la situación sigue siendo inestable".
En cuanto a la Iglesia iraquí, el padre Samir subraya que continúan las iniciativas de caridad, como "la compra de alimentos, gasolina y dinero para apoyar a las familias más necesitadas de la zona y a las de los refugiados árabes y kurdos, cristianos y musulmanes, que se alojan aquí". Todavía tengo 35 familias sirias que, desde 2013, cuentan con nuestro apoyo". Por ello, el sacerdote relanza la campaña AsiaNews e invita, a quienes puedan, a seguir donando y ayudando. En estos tiempos difíciles", concluye, "cada comunidad tiene sus propias dificultades, pero no debemos permanecer indiferentes a las necesidades. Cada pequeñísima donación es un bien precioso para nuestras familias y para los refugiados en dificultades... y sin ayuda es difícil continuar con esta obra".
15/09/2020 13:02