P. Prakash: 'Las protestas por el hiyab no tienen nada que ver con la religión'
Las escuelas de Karnataka estuvieron cerradas durante tres días tras los disturbios a raíz de la prohibición de llevar el pañuelo islámico en clase. Los desórdenes se extendieron por todo el país, coincidiendo con la apertura de los comicios en Uttar Pradesh. El padre jesuita Cedric Prakash: "Esto es una instrumentalización; el valor de la India reside en su diversidad".
Nueva Delhi (AsiaNews) - "El hiyab siempre se ha llevado, la cuestión que ha surgido en los últimos días no tiene nada que ver con la religión ni con la pluralidad de la India". En diálogo con AsiaNews, son las palabras de Cedric Prakash, un sacerdote jesuita y activista de derechos humanos que creció en Bombay y ahora vive en Gujarat.
En los últimos días, el Estado de Karnataka decidió cerrar las escuelas y universidades durante tres días luego de que estallaran violentas protestas contra la prohibición de llevar el hiyab. El incidente comenzó en un instituto de Udupi, uno de los tres distritos del estado donde es muy popular el partido nacionalista hindú, el Bharatiya Janata Party (BJP) del primer ministro Narendra Modi.
La escuela había decidido prohibir a las niñas el uso del hiyab en clase, permitiéndoles llevarlo en el resto del campus. En aquel momento el director había declarado que los profesores necesitan ver la cara de las alumnas y subrayó la necesidad de no discriminar respecto al uniforme.
Cuando otras instituciones se sumaron a la prohibición, las alumnas se opusieron. Permanecieron a las puertas de la escuela y marcharon con sus compañeros en señal de protesta. El malestar no tardó en extenderse al resto de la India, donde las minorías religiosas, especialmente musulmanas y cristianas, se sienten cada vez más amenazadas por el BJP y su ultranacionalismo.
Los hindúes vociferaban "Jai Shri Ram" (Gloria al Señor Rama), y los musumanes respondían con "Allahu Akbar" (Dios es el más grande). Varios estudiantes organizaron contra-protestas llevando chales de color azafrán, el color del hinduismo. Cuando comenzaron los lanzamientos de piedras y los incendios, se tomó la decisión de imponer una ley de la época colonial que prohíbe las reuniones de más de cuatro personas.
Según las estudiantes musulmanas, la Constitución india garantiza la libertad de expresión y de religión, y el padre Prakash lo confirma: "Tengo formación en Derecho y puedo confirmar que, desde el punto de vista jurídico, la prohibición no se sostiene". Tras la presentación de una demanda ante la Alta Corte de Karnataka, el caso pasó a la Corte Suprema. Mientras se evalúa esta instancia, se emitió una orden provisional de no llevar hábitos religiosos en los centros educativos, que podrán reabrir sus puertas.
"Claramente, se trata de una instrumentalización", continuó el sacerdote, miembro de la Compañía de Jesús. "Los colores no pertenecen a ninguna religión, y el velo es una cuestión cultural más que religiosa. En el pasado, las mujeres hindúes y cristianas llevaban el velo para ir al templo, a la iglesia y cuando visitaban a los ancianos. Las mujeres musulmanas lo llevaban sobre todo cuando iban a la mezquita, pero no lo utilizaban mientras desarrollaban sus actividades cotidianas".
De los últimos años a esta parte, en la India estamos viendo una polarización progresiva: el nacionalismo hindú se ha vuelto cada vez más amenazador y las minorías sienten la necesidad de defenderse.
"El fascismo funciona de la misma manera en todas partes: simplemente toma un tema menor y lo convierte en un caso de resonancia nacional para distraer a la gente de los asuntos realmente importantes, como la creciente pobreza, el desempleo y la contaminación en las ciudades. Ahora es el hijab, antes era la yihad del amor o la ley anti conversión", explica el padre Prakash. "Las minorías son demonizadas y su reacción sólo puede ser una: replegarse. Ahora, los musulmanes prefieren enviar a sus hijos a la madraza islámica y darles una educación más fundamentalista. De esta manera, la mayoría empuja a las minorías a guetos, y voilá, tenemos un "Estado fascista".
En esto tiene que ver más la política que la religión: en Uttar Pradesh, el estado más poblado de la India y bastión del BJP, ayer se abrieron los comicios para renovar cargos en la Asamblea Legislativa. El proceso electoral, que pronto se abrirá en otros cuatro estados de la India, dura un mes porque se divide en siete etapas. Los 403 miembros de la Cámara Baja local se eligen cada cinco años.
Casi 2.000 kilómetros separan a Karnataka de Uttar Pradesh, "pero con las redes sociales no hay distancia", continúa el padre Prakash. "Los vídeos y los memes se vuelven inmediatamente virales e influyen en el proceso electoral de todo el país.
"Por el momento, es muy difícil decir si el BJP seguirá en el poder o no", explica el padre Prakash. "El partido siempre ha buscado el apoyo de los agricultores, pero el BJP también tiene dinero para comprar a la gente y ejerce la violencia y la manipulación. Por un lado, en las redes sociales se está creando una fuerte oposición. Pero nada de esto llega a las zonas pobres y marginales, donde la gente solo mira la televisión estatal".
"Las raíces de la India están en el pluralismo", concluye el sacerdote jesuita. "Nosotros, como minoría, no queremos desaparecer y no desapareceremos. No queremos estar fragmentados. La India está formada por cientos de lenguas, tradiciones y comidas diferentes. Los que quieren imponer una identidad única a todos los demás son fascistas, pero creo que podemos ser una nación y un pueblo creando un espacio democrático más amplio y manteniendo la diversidad, que es la verdadera riqueza de este país".
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