24/12/2021, 09.38
HONG KONG-CHINA
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P. Marazzi: ‘Mi misión en Hong Kong, en la vejez’

de Mario Marazzi

Los saludos navideños del decano de los misioneros del PIME, desde Hong Kong: "En la asamblea de naciones, China no es una amenaza, sino que desempeña un papel en la promoción de la paz. Trabajo en mi habitación como un escribiente, me encuentro con menos personas, pero siempre siento que estoy llegando a la gente que espera la Buena Noticia de Jesús".

Hong Kong (AsiaNews) -  "Aunque esté encerrado entre las paredes de mi habitación, con el deseo y la oración siento que llego a la gente de afuera, que espera el anuncio de la Buena Noticia de Jesús". Mario Marazzi es misionero del PIME y el mes pasado cumplió 93 años. Vive en en Hong Kong, y todavía lleva a China y su gente en el corazón. A continuación, su carta de Navidad. Como todos los años, la envió con tiempo y en ella cuenta a sus amigos cuál es su misión hoy, y cómo la vive especialmente a través de la oración de intercesión.

Fui niño y ahora soy viejo (Salmo 37:25)

Termino de escribir esta carta en un lugar muy cercano a la frontera con China, donde estoy participando en los ejercicios espirituales anuales, junto con otros sacerdotes. Desde mi ventana puedo ver los rascacielos de Shenzhen, la metrópolis que ha surgido de la nada junto a Hong Kong. Lo que veo es una especie de símbolo de China, que en pocas décadas se ha convertido en una superpotencia. Lo único que espero es que no sea una amenaza para la comunidad internacional, sino que desempeñe un papel en la promoción de la paz.

Me alegro de poder plasmar, una vez más, algunos pensamientos para la carta anual dirigida a los amigos. Mientras recorría sus nombres y direcciones, volví a ver sus rostros. En este paréntesis algunos nos han dejado y otros me han sido presentados por amigos en común.

Siento afecto y gratitud hacia todos. Por eso me acuerdo de rezar por ustedes. Es la oración por los demás, la oración de intercesión. En latín, inter-cedere significa dar un paso para ponerse en el medio de una situación. Aunque esté lejos, mientras rezo pienso en ustedes, en las circunstancias de sus vidas y me siento solidario con ustedes

En el pasado tenía más cosas para compartir, porque muchas veces estaba afuera, en contacto con la gente. Ahora que tengo más años, suelo pasar más tiempo en mi habitación, en la casa de los misioneros del PIME. A pesar de mi edad, gracias a Dios y a los médicos, estoy bastante bien. Llevo años haciendo acupuntura. Aunque no veo los resultados inmediatamente, creo que a la larga esta misteriosa terapia oriental me hace bien.

Uno de los pequeños trabajos que tuve la oportunidad de hacer fue la corrección de un libro. Me sentía como un amanuense, uno de esos monjes cuyo trabajo era transcribir textos. Aunque estaba encerrado entre las paredes de mi habitación, con el deseo y la oración sentía que llegaba a la gente de fuera, que espera el anuncio de la Buena Noticia de Jesús.

Después de casi tres años de espera, a principios de diciembre tuvimos la ordenación del nuevo obispo, el jesuita P. Stephen Chau. Con su guía, nuestra Iglesia se siente más segura para afrontar el futuro. Ahora que China ha impuesto la Ley de Seguridad Nacional en Hong Kong, el porvenir está lleno de incógnitas. Les pido que se sientan unidos a nosotros en la oración, para entender los signos de los tiempos.

Ahora que tengo más tiempo libre, me encanta leer libros. Uno de ellos fue Diario de un cura rural, de Georges Bernanos. Es la historia de un joven sacerdote enfermo que, después de haberse entregado por entero a su comunidad, muere diciendo: "¿Qué importa? Todo es gracia”. Ahora que soy viejo, miro atrás, veo mi vida, y siento que estoy repitiendo las mismas palabras. Los sufrimientos, los fracasos, las humillaciones, y todo lo que parecía negativo, ha tenido su valor; todo ha sido gracia, es decir, un don de Dios recibido a través de la bondad y la generosidad de las mujeres y los hombres que he encontrado en mi vida, en Italia y aquí.

“Que el Señor los haga crecer más y más en el amor que se tienen unos a otros y en el amor para con todos”, (Primera Carta del Apóstol Pablo a los cristianos de Tesalónica, 3:12). Esperando que la pandemia nos deje tranquilos, les deseo una Feliz Navidad.

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