P. Joe Pereira: Madre Teresa veía la sed de Dios en los jóvenes
Madre Teresa inspiró el nacimiento y el estilo de la Kripa Foundation, la mayor Ong en India, que se ocupa de rehabilitar a los jóvenes de todo tipo de dependencia. Las más diversas dependencias vienen de la frustración, causada por la miseria económica o por el bienestar sin valores espirituales. El uso del yoga y de las disciplinas orientales para la recuperación de los jóvenes. Algunas sugerencias para el Sínodo de los jóvenes.
Mumbai (AsiaNews)- Madre Teresa “veía la sed de Dios en los jóvenes”, veía que ellos “estaban frustrados y se volcaban hacia cualquier tipo de dependencia”. En el día de la fiesta de la Madre de los pobres, el p. Joe Pereira habla se su testimonio y sabiduría en el acoger a los jóvenes, los pobres desde el punto de vista económico y aquellos del punto de vista espiritual. El p. Pereira es el fundador de la Kripa Foundation, una de las Ong más grandes en India, que se ocupa de rehabilitar a jóvenes con cualquier tipo de dependencia. La Kripa Foundation, con sus 51 oficinas en 11 Estados de India, también colaboró con Madre Teresa y sus hermanas. Esta reflexión quiere ser también una sugerencia para el inminente Sínodo de los jóvenes (3-28 de octubre de 2018).
Madre Teresa es un faro de esperanza para los jóvenes modernos. Ya desde los años 80, la Madre fue nuestro modelo inspirador para curar, servir, atraer a los jóvenes a Jesús. Estaba afligida al conocer que los pobres, en su juventud, habían tocado fondo a causa de todo tipo de dependencia. Con mucha humildad, me buscó y me encontró, me pidió que instruyese a sus religiosas. Después de aquel aprendisaje, ella fundó un centro de hospitalidad para dependientes en Tengra-Kolkata. ëste estaba preparado sólo para muchachas. Pero enviaba a sus numerosos tóxico-dependientes a Gangarampur, donde todavía existe una “ciudad para los jóvenes” y uno de los más vastos centros de rehabilitación de la Kripa.
Ella veía en los jóvenes la sed de Dios, la sed de amor y veía que ellos estaban frustrados y se metían en cualquier tipo de dependencia. La Madre veía o distinguía dos tipos de jóvenes: el primero es el frustrado a causa de oportunidades de trabajo; el otro era el tipo de joven que, no obstante era de familia acomodada, estaba en bancarrota a nivel espiritual.
Ella alentó el trabajo de la Kripa y muchos perdidos en el mundo de la dependencia fueron enviados por ella a la presencia curadora de Jesús, presente en la comunidad de la Kripa.
Basándonos en el concepto “herido-curador”, hemos construido nuevas comunidades en las cuales muchos jóvenes volvieron a la Iglesia y se involucraron en modo activo en las obras de amor y misericordia. Junto a Madre Teresa, su amigo Frére Roger de Taizé, esta comunidad de jóvenes han creado una nueva imagen de la Iglesia.
Grupos de jóvenes de los “Pueri cantores” difundieron este mensaje en muchas naciones. Estos jóvenes han creado una nueva imagen de la Iglesia católica: una Iglesia que tomó la iniciativa de traer a aquellos que se habían ido y que ahora ven la rica heredad de la tradición espiritual de las disciplinas de oriente, como la práctica del yoga para la meditación cristiana (¡una iniciativa que se difundió en más de 120 naciones!) y el uso de disciplinas orientales para programas de recuperación en más de 40 países.
Recientemente, la Kripa entró en China y este es un modo único de evangelizar a los jóvenes, introduciéndolos en el conocimiento de Jesús como el Supremo Yogi.
De todos modos, pienso que los esfuerzos de los obispos para el Sínodo de los jóvenes necesiten una visión más ancha: deben incluir a los jóvenes desilusionados y abrir la práctica de la fe y del amor más allá de las fronteras de las religiones. Pienso realmente que esta visión se muy necesaria en las comisiones diocesanas. Si la visión del Papa Francisco no es asimilada en nuestros grupos diocesanos, arriesgamos poner nuevamente el vino viejo en odres nuevas, así que éstos explotan y todo el trabajo se pierde.
Necesitamos crear para nuestros jóvenes una comunidad de amor y de fe que trascienda estos confines “eclesiásticos” y construir la Iglesia de Papa Francisco, una verdadera Iglesia sin muros.
