P. Joe Pereira: La drogadependencia, una lucha entre Dios y Satanás

de Nirmala Carvalho

En Asia, el consumo y el tráfico de marihuana están en aumento. Desde los años ochenta, el sacerdote de Bombay se dedica a la recuperación de personas drogadictas. Crece el número de jóvenes adictos que desarrollan patologías mentales. “En el origen de todo esto, está el dinero”.

Bombay (AsiaNews) – La dependencia de las drogas “es una lucha entre el bien y el mal, entre Dios y Satanás”. En diálogo con AsiaNews, es lo que afirma el Pbro. Joe Pereira, fundador de la Kripa Foundation, una ONG de Bombay que se ocupa de la recuperación de enfermos de HIV/SIDA y de tóxico-dependientes. Él está en contra de la legalización de la marihuana y preocupado por el aumento del tráfico y del consumo de drogas ligeras en Asia.

Según el sacerdote, que por su trabajo fue premiado en 2009 con el Padma Shri Award [en la India, el cuarto reconocimiento honorífico más importante en el campo civil, ndr], “todas las sustancias son factibles de envenenar. No es la sustancia en sí, sino el uso de dicha sustancia, que lleva a una confusión y al engaño entre el público”.

Él trabaja en el campo de la “reducción de la demanda” desde 1981, año en que nació la asociación, que hoy cuenta con 65 centros en 11 Estados y colabora con varios países del exterior. Según el P. Pereira, el verdadero problema reside “en la reducción de la oferta. La prohibición jamás ha tenido grandes resultados. La dependencia de las sustancias estupefacientes, el abuso y el uso de sustancias que alteran las facultades mentales no son sólo un problema de [dependencia de las] drogas, sino un problema humano. Se trata de la necesidad ‘racional’ de aquellas sustancias que pueden intoxicar”.

El sacerdote levanta el dedo acusador contra el presunto “uso recreativo” de la marihuana: “Un número cada vez mayor de jóvenes que la utilizan, terminan desarrollando trastornos mentales. Ricos y pobres [que dependen de las drogas] abandonan el trabajo y se convierten en una suerte de zombis”. “Es el dinero y la búsqueda del lucro –concluye- lo que empuja a muchos países no sólo a legalizar el comercio de la droga, sino incluso a volverla accesible a una generación enfurecida y hostil hacia los gobiernos y hacia el rol que ejercen los líderes religiosos. El pueblo de Dios ha abandonado a su guía ¡y Satanás ha hecho su arribo!”