Párroco de Gaza: se vive entre el ‘miedo y la incertidumbre’

El temor que explote una guerra en cualquier momento. Crecen las tensiones con Israel: previstas para esta semana otras 2 manifestaciones. Continúa la crisis humanitaria: sólo horas de energía por día y hospitales colapsados. Un campo de verano para recordar a los cristianos la esperanza, el amor y el perdón de Jesucristo.

Gaza (AsiaNews)- En Gaza se vive en la “tensión y en la incertidumbre” y el constante miedo de una nueva guerra. Es cuánto narra el p. Mauro Da Silva, desde hace 6 años párroco de la Franja.

“Hay mucho miedo-afirma el sacerdote- Algunas veces hay algún acuerdo entre las partes, prometen mantener la tregua y en otros momentos hay bombardeos. Pensamos que en cualquier momento puede iniciar una nueva guerra”.

Después de días de cohetes lanzados de la Franja y los ataques Israel, la tensión permanece alta. Hoy por la tarde, día de la “Naksa”, se esperan nuevas manifestaciones a lo largo de la frontera. El 5 de junio los palestinos recuerdan la Guerra de los Seis días y las miles de personas que fueron obligadas a la fuga durante el conflicto.

Mientras tanto, la situación humanitaria de la Franja es siempre más grave. La provisión de energía eléctrica es siempre escasa: “Por ahora sólo la tenemos por 4 horas- narra el p. Da Silva- y no hay mucha esperanza que se vuelva (a tener más horas). Cuando llegué aquí las personas estaban muy disgustadas porque tenían sólo 8 horas. En esa época estaban enojados. Ahora el sueño es al menos volver a aquellas 8 horas”.

A esto se agrega la crisis del sistema sanitario, ya pesado antes de las manifestaciones ahora insostenibles. “Vi la situación con mis ojos-continúa el misionero-y muy precaria, hay muchos heridos llegados de las manifestaciones. Todo esto provocó un colapso en los hospitales. Hay heridos, pero muchos son heridos graves. Deben amputar piernas, un pie, no son heridas ‘leves’.

En este contexto difícil, la Iglesia trata de dar apoyo y “descanso” a la comunidad cristiana, en particular a los niños.

“Con todas estas incertidumbres no podemos postergar nuestras actividades. Estamos realizando un campo de verano con los niños. Ahora son 160 con 40 colaboradores”, cuenta el p. Da Silva. “En verano tenemos que hacer un montón de actividades, porque es un período triste, es el período de las vacaciones, están en sus casas, no saben dónde ir, no hay lugares para divertirse. Por esto la Iglesia debe inventar diversas actividades con los cristianos. El mes de junio con los niños, julio con los jóvenes y agosto con las familias. Nosotros nos organizamos así, ofreciendo un poco de diversión, de descanso a la población”

La ocasión no es sólo “social”, sino también espiritual: “En medio de todos estos problemas, tratamos de predicar la esperanza, nuestra esperanza que es Jesucristo. Y es también una oportunidad para reunir a los cristianos. Los cristianos somos entre 980-1000. Trabajamos con todos, jóvenes y niños: es una oportunidad bellísima para predicar el nombre de Jesús, el perdón y el amor entre nosotros”