Párroco de Gaza: la situación es 'pésima'; la violencia incesante vislumbra un conflicto abierto (VIDEO)

El P. Romanelli habla de "bombardeos constantes" y no se sabe hasta dónde "llegarán las fuerzas" en el territorio. Daños en la escuela y el convento de las Hermanas del Rosario. Cortan la electricidad; peligra el suministro de agua. Del confinamiento por el Covid se ha pasado al miedo a la guerra. Ataques incluso durante el día, una "señal muy negativa".

Gaza (AsiaNews) - "La situación es pésima, no sabemos en qué punto del enfrentamiento estamos y hasta dónde llegarán las fuerzas sobre el terreno. Aquí se alternan informaciones contradictorias, anuncios y desmentidas de una incursión por tierra, pero mientras tanto, los bombardeos son constantes. En diálogo con AsiaNews es lo que comenta el padre Gabriel Romanelli, sacerdote argentino del Instituto del Verbo Encarnado. Relata la dramática escalada de violencia que desde Jerusalén se ha extendido a la Franja, convirtiéndose en un conflicto abierto con la participación de Hamás. "Por ahora todos los miembros de la comunidad cristiana están bien -añade- y la estructura de la iglesia aguanta; ha habido daños colaterales relacionados con el bombardeo del colegio y del convento de las Hermanas del Rosario, pero las religiosas están todas bien".

Para el sacerdote argentino "lo que se necesita ahora es una tregua, sería algo deseable y excelente, pero no hay señales que vayan en esa dirección. Por el contrario: vamos a un conflicto abierto y las víctimas ya son muchas. Más de cien, incluyendo al menos 27 niños... es terrible. El último comunicado también menciona 600 heridos, y no estamos hablando de cifras, el balance en sí ya es gravísimo. Detrás de cada muerte, detrás de cada víctima hay una historia, una herida, un drama personal que es todavía más profundo cuando se trata de menores".

En la vida cotidiana también se perciben las primeras repercusiones, que son duras: "La electricidad empieza a fallar -explica el P. Romanelli- y luego será el turno del agua, cuyo suministro será cada vez menor. Ya hay muchas personas que buscan desesperadamente refugio. Ayer atacaron un distrito popular, Shujah, y muchas personas se quedaron sin casa, sin un techo. Ahora vagan en busca de refugio. Muchos están llamando a las puertas de la misión de la ONU aquí, en la Franja de Gaza, para refugiarse" de los bombardeos -que no solo han atacado objetivos militares, sino también zonas civiles.

Mientras tanto, la comunidad cristiana se esfuerza por "satisfacer las necesidades" de la población, que prometen crecer en los próximos días. "De momento estamos todos bien -confirma el párroco-, salvo algunos daños materiales en edificios, paneles solares y otras infraestructuras. La gente no está saliendo de sus casas y trata de mantenerse lo más resguardada posible". Es una situación paradójica, porque "hace unos días habíamos vuelto a salir y esperábamos la vuelta a la normalidad después de un año de Covid-19, restricciones y encierro. Vivíamos una cierta tranquilidad, una nueva normalidad, pero la ilusión duró poco".

Hay un elemento que preocupa enormemente al padre Romanelli: la violencia y los bombardeos en la Franja de Gaza. Él conoce bien de qué se trata, porque los ha vivido en primera persona. “Una señal muy negativa", dice, "es que los ataques también se están produciendo durante el día, y no sólo por la noche como solía ocurrir en el pasado. Esto significa que la situación va a empeorar”. “Hay que rezar”, añadió, "para encomendarse al Señor sabiendo que si el hombre es capaz de hacer la guerra, también es capaz de hacer la paz".

Respecto al origen de la violencia, y la escalada de tensión que desde la Explanada de las Mezquitas y el barrio de Sheikh Jarrah, en Jerusalén, se ha extendido a Gaza, el párroco concluye su reflexión, diciendo: "Cisjordania, Jerusalén Oriental, Gaza, a pesar de las divisiones y de las diferentes administraciones, son tres miembros del mismo cuerpo, forman parte del mismo pueblo y lo que ocurre en un lugar repercute en otros. La explosión de violencia tan repentina nos ha cogido por sorpresa, pero ya llevábamos tres semanas asistiendo a enfrentamientos y tensiones".