Obispos japoneses: Con la ley sobre el secreto de Estado, el gobierno traiciona la Constitución
Tokio (AsiaNews) -. La Ley Especial de Estado Secreto "es un ataque a la soberanía de los pueblos, el respeto de los derechos humanos básicos y el pacifismo, las piedras angulares de la Constitución de Japón. Es por esto que nosotros, los obispos japoneses, protestamos en contra de su aprobación y pedimos que nunca más sean propuestas leyes similares". Es el sentido del documento firmado por la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal de Japón, hecha pública después de la aprobación del decreto - ley controvertido.
Según la norma, aprobada después de una fuerte insistencia por el Partido Democrático Liberal en el poder en Japón, cada tema definido por el gobierno "sensible" puede ser cubierto por el secreto de Estado. De este modo, serán sólo los funcionarios del gobierno, y no el Parlamento, quienes manejen el tema. Habrá control de la Dieta y todas las consultas, periodística o civiles, podrán interrumpirse por razones de "orden nacional".
La Iglesia japonesa ya había expresado su posición en contrario antes de la votación, que tuvo lugar el 6 de diciembre. Después de la aprobación, los miembros del Comité Permanente han querido recalcar las cosas: "El texto es una amenaza a los tres principios en los que se basa nuestra Constitución: La soberanía popular, los derechos humanos de todos y el pacifismo Por otra parte, un texto tan sensible fue votado sin las audiencias necesarias y sin la justificación necesaria. Ha pasado gracias a las presiones del Partido Liberal Democrático, y por ello no puede ser aceptado".
Los obispos señalan que la subordinación del Parlamento al gobierno es "una contradicción del sistema democrático en Japón. Por otra parte, la definición de "tema delicado" es demasiado ambigua. El sistema de toma de decisiones democrático se basa en el intercambio de información, pero este decreto bloquea el derecho de la Dieta para investigar los hechos. Pero también le socava el derecho del pueblo a ser soberano".
Finalmente, los obispos hacen hincapié en que "un decreto de este tipo, que presenta tantos problemas y tanta preocupación y oposición, tuvo que ser votado sólo después de escuchar las opiniones de diferentes personas, que lo discutían desde hace tiempo. Este es el camino en el que la democracia siempre debería funcionar. Así que protestamos enérgicamente contra la forma en que el gobierno optó por hacerlo, y le pedimos que no se sea adoptado".