Obispos birmanos: la Iglesia, ‘fuerza de paz’ para mediar en el camino de la reconciliación

de Paolo Fossati

Los prelados realizaron una visita ad limina al Papa Francisco, en la cual recordaron el histórico viaje del pontífice. Mons. Raymond Sumlut Gam, obispo de Banmaw: “Sus mensajes de amor, paz, perdón y reconciliación han marcado el camino del país”. El Conflicto de los Kachin se enardece. La Iglesia birmana asume un rol mediador entre los rebeldes y las fuerzas del gobierno. Es preocupante la situación de los desplazados, que han quedado atrapados en la jungla.

Ciudad del Vaticano (AsiaNews) – “La Iglesia birmana es una fuerza de paz, capaz de mediar en los conflictos y de acompañar al país en el proceso de reconciliación”. Es cuanto afirma Mons. Francis Daw Tang, obispo de Myitkyina (en la foto 2, el segundo desde la derecha), capital del Estado septentrional de Kachin, donde está un curso una guerra que ya lleva años, entre grupos étnicos armados y el ejército. Junto a los otros obispos de la Conferencia Episcopal de Myanmar (CBCM), él se encuentra en Roma, realizando una visita ad limina. A pocas horas del su encuentro con el Papa Francisco, los prelados cuentan a AsiaNews el cambio operado en la vida de la Iglesia local tras el histórico viaje apostólico del pontífice (27-30 noviembre de 2017).

La unidad demostrada por los católicos durante la visita ha sido un ejemplo para todo el pueblo birmano y a pesar de las nuevas tensiones que rigen en Kachin, las palabras del Santo Padre siguen hallando un eco en todo el país. Durante su visita, el Papa Francisco invocó la paz y la reconciliación en varias oportunidades, invitado a los fieles a rechazar la lógica de la venganza, y a los líderes de la Iglesia a “favorecer la unidad, la caridad, y la sanación en la vida del pueblo”.

Mons. Raymond Sumlut Gam, obispo de Banmaw (en la foto, el primero a la izquierda), otra diócesis de Kachin, afirma: “Sus mensajes de amor, paz, perdón y reconciliación han marcado el camino del país. El pueblo birmano, no solamente los católicos, ya no se limita a hablar de paz, sino que sabe bien que para obtenerla es necesario incluir otros elementos: amor, perdón y reconciliación. La gente ahora tiene en mente un concepto más completo de paz”.

En Myanmar, el 89,2% de la población profesa el budismo. Los católicos suman 675.745 personas, representando poco más del 1% de la población. A pesar de ser una minoría muy pequeña, el éxito que ha tenido el viaje papal ha permitido que la sociedad birmana reconozca en la Iglesia católica un interlocutor creíble y digno de confianza. “Facilitado por el encuentro del Papa con el Consejo de la Sangha, la relación entre catolicismo y budismo se ha vuelto más amigable. Los líderes budistas han podido conocernos mejor, y ahora hay una mayor comprensión entre nosotros”, afirma el obispo de Banmaw.

La visita del pontífice al país también ha cambiado las relaciones con el Tatmadaw [el poderoso ejército birmano], que en los últimos meses se ha abocado a una ofensiva militar contra los rebeldes del Kachin Independence Army (KIA – foto 1). Este último es el ejército de la minoría Kachin, cuya población está conformada por un número importante de cristianos, constituido en un 40% por católicos y un 60% de baptistas. La última serie de enfrentamientos armados se inició en enero, cuando las fuerzas del gobierno lanzaron varios ataques aéreos en Tanaing, un área controlada por el KIA. Más de 3.000 habitantes de las localidades en los alrededores de las ciudades de Injangyang, Tanaing y Hpakant quedaron atrapados. Los soldados del ejército del gobierno cortaron el acceso a las rutas en las zonas de combate e impiden que los habitantes salgan del lugar o reciban ayudas.

“Luego de la visita –prosigue Mons. Sumlut Gam – los obispos del Estado de Kachin pudimos reunirnos con el comandante en jefe de las Fuerzas Armadas, el General Min Aung Hlaing. De manera muy cordial, discutimos con él acerca de las perspectivas de paz en la región. En el pasado, era difícil encontrase con miembros del poder militar, incluso en un nivel meramente local. Ahora es distinto, y este es un cambio muy significativo. Los militares saben que la Iglesia es un interlocutor digno de confianza, y que ésta no se mueve en función de intereses propios, sino exclsuivamente por el amor al pueblo”.

Mons. Daw Tang agrega: “Al ser interpelada por los militares, la Iglesia católica ha asumido el rol de mediador entre las partes. Recientemente, a pesar de que el comandante de la división Norte del Tatmadaw no quería dialogar con los líderes baptistas sino sólo con los católicos, consideré que era justo encontrarse con ellos y confrontarme con las cuestiones que ellos consideraban más urgentes, antes de participar en los coloquios con los militares. Del mismo modo, luego de habernos reunidos con el comandante, quise informar a los baptistas sobre cuanto habíamos discutido con el ejército”.

La situación de los desplazados preocupa mucho a los obispos birmanos. El ejército de Myanmar ayer permitió que funcionarios de gobierno procedan a la evacuación de 125 desplazados de Kamaing. La operación se produce un día después de la evacuación de 22 personas de la misma localidad. La Iglesia sigue atentamente la evolución de la situación y trata de prestar una ayuda concreta. Mons. Francis Daw Tang declara: “En Myitkyina hemos organizado cuando menos siete encuentros, en los que ha participado la Cruz Roja, para poner en marcha el rescate de las personas que han quedado atrapadas en la jungla. Sin embargo, los rebeldes no nos han brindado indicaciones precisas sobre la posición de los desplazados, motivo por el cual tuvimos que desistir. Es importante respetar su voluntad y saber esperar hasta que estén listos para trabajar en forma coordinada con nosotros. Si no logramos obtener los permisos del ejército y del KIA, las operaciones se tornarían muy peligrosas. Hay minas por todos lados, minas que han sido plantadas por ambos bandos. Por eso, es fundamental mediar entre ellos”.