Obispo libanés: la valentía del gran muftí, al defender a los cristianos de Oriente Medio

Al dirigirse a los estudiantes musulmanes, Abdel Latif Derian les recordó la importancia de la presencia cristiana en la región. Los ataques son un crimen “contra toda la población”, siendo que “compartimos el mismo destino”. Mons. Gemayel: son palabras que recuerdan la Exhortación Apostólica de Juan Pablo II. Es necesario sostener y alimentar esta voz.

Beirut (AsiaNews) – Las palabras del gran muftí Abdel Latif Derian son “más que valientes”, son un “acto de coraje”, y bien pueden enmarcarse en el mismo “espíritu” de la Exhortación Apostólica de 1997 “Una esperanza para el Líbano”, de Juan Pablo II. Es de esta manera que Mons. Maroun-Nasser Gemayel, obispo maronita de la eparquía de Nuestra Señora del Líbano de París, comenta a AsiaNews las palabras pronunciadas por la máxima institución sunita del país de los Cedros. Días atrás, él afirmó que el Oriente Medio está destinado a desaparecer, si en la región continúa el éxodo incesante de cristianos.

Durante la ceremonia de graduación de 350 estudiantes del Instituto Makased -una red de escuelas privadas islámicas del Líbano- el gran muftí de la República declaró que “vivimos en el mismo país”, codo a codo “con los cristianos”, y, con ellos, “compartimos el aire y el pan”. “Tenemos el mismo destino –agregó el líder sunita- y nuestro futuro, o será junto a ellos, o no lo habrá, tampoco, para nosotros”.

Al dirigirse a los estudiantes musulmanes y a las instituciones presentes, Abdel Latif Derian, de 65 años de edad – conocido por ser un hombre de paz y de diálogo, crítico de cuantos fomentan el enfrentamiento entre sunitas y chiitas- declaró que los ataques contra los cristianos “son un crimen contra toda la población”. Y las escuelas de inspiración religiosa islámica deben educar a las generaciones del futuro “en el principio de ciudadanía, en el amor y en la pertenencia a la identidad árabe desde una perspectiva de fraternidad, que tiende a [verse como parte de] una sola familia”.

Las palabras del gran muftí fueron acogidas con sumo agradecimiento por Mons. Maroun-Nasser Gemayel, libanés y profundo conocedor del éxodo de los cristianos del Oriente Medio hacia las naciones europeas, en particular, hacia Francia. “Al vivir en la misma región, y teniendo la experiencia de haber sufrido en carne propia los períodos de gloria y de turbación –subraya-, cristianos y musulmanes son llamados a construir, juntos, un porvenir de colaboración y convivencia”, tal como se expresa en un pasaje del documento del Papa Wojtyla.

La tarea en común, de “construir juntos” la región, debe ser “gritada en voz alta”, prosigue el prelado y hay que “oponerse a todas las guerras” que devastan el Oriente Medio a partir de la barbarie perpetrada por los yihadistas del Estado islámico (EI, ex ISIS). Frente a ello, debe hallar cada vez más espacio esa parte del mundo musulmán que obra en favor del diálogo y la paz, porque ésta representa “el viento de la esperanza”.

Y el obispo advierte: “Es necesario que esta voz, que responde a la espera de los cristianos, se difunda por todas partes”. Debe convertirse en la voz “del camino” de los musulmanes, en “la voz de todos”, que permite entrar en una verdadera “lógica de paz”. Debe surgir un nuevo partido, concluye el prelado, el del “vivir juntos: ha llegado la hora de que esta convivencia sea afirmada y consolidada de una vez por todas”.

Hace poco más de una semana, el 7 de julio, en Bari, en un encuentro de oración ecuménica con líderes y patriarcas de Oriente, el Papa Francisco dijo palabras muy similares a las que fueron pronunciadas por el gran muftí: “Está el riesgo de que sea eliminada la presencia de nuestros hermanos y hermanas en la fe, desfigurando el rostro mismo de la región, porque un Oriente Medio sin cristianos, ya no sería Oriente Medio”.

(Colaboró en esta nota Fady Noun)