Obispo de Kalay: En mi diócesis, plagada del abandono, la fe crece

Mons. Félix Lian Khen Thang habla de la vida de la Iglesia en el Estado de Chin, una mayoría cristiana, pero donde los católicos son sólo el 6%. Los fieles están creciendo cada año "y algunos están regresando a casa después de haber emigrado en busca de trabajo". El Año Santo y la preparación de la JMJ han traído "un florecimiento de las obras de misericordia y una mayor conciencia de la confesión y el perdón de Dios".

Kalay (AsiaNews) - La situación del pueblo Chin "cada vez mejor que antes, según mi punto de vista. Se encuentra en un proceso de desarrollo, que incluye sobretodo determinadas áreas de mi diócesis. Algunas personas han regresado de países extranjeros para establecerse en el país madre, pero todavía muchos se ven obligados a irse a buscar un empleo con un salario adecuado". Así lo afirmó Mons. Félix Lian Khen Thang, Obispo de la Diócesis de Kalay, ubicada en el noroeste de Myanmar donde habitan los Chin, etnia birmana de mayoría cristiana. Durante años la región ha estado plagado del abandono de los pueblos, de los cuales los campesinos huyen por desesperanza y pobreza.

En el Estado de Chin la población es del 85,4% de cristianos, pero sólo el 6% es católica. "Vivimos en medio de otras comunidades cristianas - dice el obispo - y a veces es difícil transmitir la fe católica, pero hacemos todo lo posible para mantener a los fieles en el camino correcto y enseñar bien el catecismo".

En la diócesis de Kalay - erigida por Benedicto XVI el 22 de mayo de 2010 - el número de creyentes está creciendo. Mons. Félix dice que "en algunas parroquias recibimos personas que se convierten de otras denominaciones cristianas. En términos generales los católicos viven una vida sencilla y según los sacerdotes: nuestro trabajo da mucha satisfacción". Ahora la diócesis incluye 22 parroquias y cerca de 54 mil fieles. Operan en su interior 50 sacerdotes, un diácono, 17 religiosas, 43 seminaristas y 120 catequistas.

En los últimos meses, dice el obispo, la vida de la Iglesia ha sido enriquecida por el Jubileo de la misericordia proclamada por el Papa Francisco y la preparación para la 31 Jornada Mundial de la Juventud, prevista para esta semana en Cracovia: "Es un gran privilegio para los jóvenes poder asistir al evento en Polonia - dice Mons. Felix - pero nuestros muchachos no pueden ir allí. El P. Joseph Kham, director de la pastoral juvenil de la diócesis, si ha ido a la JMJ y prometió que nos traerá toda la experiencia que está viviendo para compartirla con los chicos".

El Año Santo ha visto un florecimiento de las actividades de caridad, las obras de misericordia espirituales y materiales: "Hemos planeado muchas actividades - dice el obispo - incluyendo la visita a los enfermos y a los que están encerrados en la cárcel. Por otra parte, los católicos llevan alivio a los pobres y necesitados. Hasta ahora todas las iniciativas han sido un éxito y salido adelante. Animo a mis sacerdotes a dedicar tiempo para las confesiones, para permitir a los fieles recibir el perdón de Dios. Antes de confesar preparamos a la gente al gesto, explicándoles la gran importancia de lo que están haciendo".

Finalmente Mons. Félix comenta los primeros meses del nuevo gobierno dirigido por la Liga para la Democracia de Aung San Suu Kyi: "Todavía es pronto para decir qué efecto tendrá y obtendrá en el país - dice - pero en estos días ya se puede ver un cambio en la mente de las personas. La mentalidad está avanzando hacia una mejor y hay una sensación de transparencia, donde todo se coloca a la luz del sol, y nada debe ser escondido".