ONU: el ataque al convoy de asistencia a Alepo fue obra de un ataque aéreo. Quizás
Un investigador de UNOSAT describe los resultados arrojados por el análisis de datos y habla de un “ataque aéreo”. Pero un colega suaviza el tono: “no estamos 100% seguros”. Ban Ki-moon ha instituido una comisión de investigación sobre el caso. Para los Estados Unidos, se trata de un crimen de guerra. Desde ayer, la ONU considera a Alepo oriental como zona “asediada”.
Damasco (AsiaNews/Agencias) – El ataque al convoy de las Naciones Unidas del 19 de septiembre pasado, en el cual perdieron la vida unas 20 personas, y que ha llevado a la suspensión de la distribución de ayudas, fue obra de un bombardeo aéreo. Es cuanto afirma un experto de la agencia de la ONU que se ocupa de de programas satelitales, tras haber analizado las imágenes que capturan las fases de la explosión, ocurrida en Urum al-Kubra, una pequeña ciudad situada en la periferia de Alepo, en el norte de Siria. Sin embargo, otro experto del mismo organismo suaviza el tono agregando que no hay una certeza que sea “del 100%”.
El incidente –que destruyó 18 camiones de un convoy de 31 vehículos- originó un intercambio de acusaciones mutuo entre los Estados Unidos y Rusia, haciendo vacilar la frágil tregua sellada con anterioridad por las dos potencias, que de hecho, ya se ha desvanecido.
Washington había hablado de un ataque aéreo ruso que tomó por blanco a la caravana que transportaba ayuda humanitaria; comida y artículos de primera necesidad iban destinados a la zona oriental de la capital económica y comercial de Siria, que hoy es controlada por grupos rebeldes y yihadistas.
Desde ayer, las Naciones Unidas han pasado a considerar dicho área oficialmente “bajo asedio”, porque “está rodeada de militares, no hay acceso para la ayuda humanitaria y no hay una libertad de desplazamientos para los civiles”
Al día siguiente del ataque al convoy, Moscú rechazó las acusaciones y habló, en cambio, de un “incendio” y de “vehículos” que “no presentan los daños típicos causado por bombas arrojadas desde altura”. Para los funcionarios estadounidenses, el ataque constituye un crimen de guerra.
El secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, ha instituido una comisión interna de investigación, para esclarecer lo que él ha definido como un episodio “nauseabundo, salvaje y aparentemente deliberado”. Un hecho que ha sucedido a pocos días del ataque de la coalición encabezada por los estadounidenses en Deir al-Zour, en el cual murieron 62 soldados del gobierno sirio.
Para Washington fue un error; para Damasco, violencia deliberada.
En una conferencia mantenida ayer en Ginebra, Lars Bromley, investigador de UNOSAT (Operación satelital de las Naciones Unidas), explicó que “del análisis de datos” surge que se trata de “un ataque aéreo”. Lo que confirma la tesis serían los “cráteres” en el suelo, compatibles con bombas lanzadas desde aviones caza. Sin embargo, algunas horas más tarde, otro funcionario de UNOSAT, Einar Bjorgo, que estaba presente en la conferencia del colega, suavizó el tono de las declaraciones al subrayar que la agencia “no está 100% segura”. “Hay daños significativos –explica- y creemos que podría tratarse de un ataque aéreo, pero no hay una certeza definitiva” al respecto.
Desde que se suspendiera la tregua, el ejército sirio, sostenido por los cazas rusos, ha reemprendido los ataques contra el sector oriental de Alepo donde, según experto, se está consumando la batalla final. En respuesta, los yihadistas del sector oriental han vuelto a lanzar cohetes y misiles contra los barrios occidentales, que han impactado, entre otros lugares, en el obispado sirio-católico y han provocado víctimas en los barrios cristianos armenios.
