ONU: Beijing vetó una declaración que condenaba el golpe de Estado en Myanmar
El documento, respaldado por los Estados Unidos, el Reino Unido y Francia, pedía la vuelta a la democracia y la liberación de Aung San Suu Kyi y otros presos políticos. Moscú acude en ayuda de China, que está cortejando a las Fuerzas Armadas de Naipyidó. En Occidente se teme que Myanmar termine en la órbita de China.
Nueva York (AsiaNews/Agencias) – China impidió que las Naciones Unidas emitieran una declaración de condena del golpe de Estado perpetrado en Myanmar (Birmania). Las Fuerzas Armadas de Naipyidó tomaron el control del país el 1 de febrero. Aung San Suu Kyi, jefa del gobierno civil, y cientos de miembros de su Liga Nacional por la Democracia (NLD) están detenidos. El general Min Aung Hlaing, comandante del ejército, anuló las elecciones recientes -en las que ganó la NLD-, declaró el estado de emergencia por un año y formó un nuevo poder Ejecutivo.
En una reunión de emergencia del Consejo de Seguridad de la ONU, Beijing rechazó el documento preparado por el Reino Unido, respaldado por Estados Unidos y Francia. En el documento se pedía el restablecimiento de la autoridad civil, la liberación de los dirigentes democráticos y el levantamiento del estado de emergencia pero no la imposición de sanciones. Como miembro permanente, China tiene derecho de veto sobre las decisiones del Consejo. Rusia también se opuso a la censura explícita del golpe militar en Myanmar.
Varias organizaciones humanitarias solicitan sanciones puntuales contra los generales golpistas que pusieron fin a una transición democrática iniciada hace 10 años. Estados Unidos anunció el bloqueo de la ayuda humanitaria a Naipyidó. Joe Biden ordenó a su administración que revise su política hacia Myanmar. Si no se devuelve el poder al gobierno de Suu Kyi, el nuevo presidente de los EE.UU. restablecerá las sanciones que Washington había levantado o suavizado en los últimos años.
Por su parte, Japón insta a Washington a no cerrar los canales de comunicación con la Junta militar. Según el viceministro de Defensa japonés, Yasuhide Nakayama, una política de sanciones y cierre total solo alineará aún más a Myanmar con China, reforzando la posición geopolítica del gigante asiático en la región. Por el mismo motivo, India sugirió actuar con moderación en lo que respecta a la Junta militar.
China declaró que ha tomado nota de lo está sucediendo en Myanmar. Beijing instó a las partes a "resolver las diferencias" a fin de garantizar la estabilidad. Algunos medios de comunicación chinos han restado importancia a la crisis, calificándola como una "reorganización del gobierno". El régimen tiene grandes intereses en el país vecino, considerado como un paso alternativo al Estrecho de Malaca para el transporte de gas y petróleo importados de África y Oriente Medio. Según los analistas, el régimen chino había establecido buenas relaciones con Suu Kyi y ahora quiere mantener un canal abierto con los militares de Naipyidó, con los que supo tener relaciones tensas en el pasado.
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