ONG de derechos humanos atacada por el gobierno por defender a las minorías
El presidente de Human Right Focus Pakistan denuncia la violencia cometida en nombre de la religión, frente a los organismos internacionales. Dos funcionarios visitaron su casa y prometieron que habría “graves consecuencias” si él no dejaba de “enlodar el nombre del país”. La asociación defiende los derechos humanos desde 1994. “Continuaremos haciéndolo”.
Faisalabad (AsiaNews) – Presiones indebidas, sobre el staff y sobre la familia del presidente de la asociación, amenazas e intimidaciones: es lo que está padeciendo Human Rights Focus Pakistan (HRFP), una ONG que defiende los derechos humanos en Pakistán y se ocupa de las minorías religiosas perseguidas. Es lo que denuncia el presidente, Naveed Walter, en diálogo con AsiaNews. Él se queja y afirma que en el pasado, “los fanáticos religiosos y perseguidores de las víctimas siempre encontraban la forma de crear problemas en nuestro trabajo. Pero ahora es el personal del gobierno el que ejerce presión. Esto revela la verdad: ellos mienten cuando dicen que las ONGs tienen derecho a trabajar en libertad, a favor de las minorías”.
La organización está preocupada por su futuro. El presidente cuenta que los funcionarios del gobierno están usando tácticas intimidatorias contra él, su familia y los miembros de la ONG. La sede de HRFP ya se ha convertido en una escala fija de las investigaciones diarias del personal de gobierno. Walter enumera: “Vienen a controlar los documentos, cuando saben bien que todo está en regla. Ponen obstáculos a nuestro trabajo, deniegan la renovación de registros. Nuestra cuenta bancaria está bloqueada desde el mes de julio. Detienen a activistas mientras van caminando por la calle”.
El motivo aparente de este apriete es un discurso que el presidente de la asociación pronunció ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas, durante el cual él denunció la violencia perpetrada en nombre de la religión en Pakistán. El gobierno ha cuestionado el hecho de que en aquél discurso no se haya mencionado la situación de Cachemira. Ellos sostienen que en ese y en otros encuentros, el activista ha presentado una imagen negativa del país frente a la comunidad internacional. Por ello, dos personas fueron al domicilio del presidente e intimaron a la esposa y al hijo exigiendo que lo convenzan de dejar de hacer activismo, o de lo contrario sufrirá “graves consecuencias”.
“Quieren atacarme -declara Walter - porque he abierto una línea telefónica (0800-09494), que funciona las 24 horas, para ayudar a las minorías religiosas, sostenerlas en los procesos legales y brindar toda la asistencia posible a las víctimas de violencia religiosa”. La organización opera desde 1994. “Continuaremos trabajando – promete – para promover y proteger los derechos humanos, a pesar de las presiones. No tendremos una solución a los problemas de las minorías mientras ellos no sean tratados como iguales”.