Nur-Sultan, repatriados de Siria 231 kazakos por temidas relaciones con el Estado islámico

Entre ellos hay 156 niños, la mayor parte con menos de 6 años. Las autoridades creen que sean hijos de combatientes extranjeros. Al menos 4 mil jóvenes de las Repúblicas centro-asiáticas fueron reclutados por el Califato islámico. Importante es “neutralizar la amenaza representada por el retorno espontáneo de los terroristas”.

Nur-Sultan (AsiaNews/Agencias) – Las autoridades de Kazajistán repatrió a 231 connacionales que se encontraban en Siria. Según el presidente interino, Qasym-Zhomart Toqaev, que regirá el país hasta las elecciones de junio después de la dimisión sorpresiva de Nursultan Nazarbayev, los repatriados tendrían relaciones con el Estado islámico y se encontraban en el país medio oriental porque se habían unido a los militantes. Entre las personas hechas regresar, hay también 156 niños, la mayor parte con menos de 6 años.

En una conferencia de prensa realizada el 13 de mayo, el vice -ministro de Defensa, Yerzhan Ashikbayev refirió que los kazakos repatriados de Siria son 16 hombres, 59 mujeres y 156 menores. Apenas desembarcados en tierra kazaka, la policía arrestó a todos los hombres y a 4 mujeres por estar relacionados con el terrorismo islámico. Las autoridades de Nur-Sultan (nuevo nombre de la capital Astana, colocado en honor del presidente dimisionario) creen que entre los pequeños hay también hijos de combatientes extranjeros. Entre otras cosas 18 de ellos son huérfanos.

Además de la operación realizada al inicio de mayo, pero dada a conocer sólo en los días pasados, en enero Kazajistán repatrió a otros 47 ciudadanos. El país no es la única República ex-soviética del área que arrestó a presuntos terroristas. Al inicio de este mes el gobierno de Tayikistán repatrió a 84 niños que se encontraban en Irak (Foto 2). Los pequeños son hijos de mujeres tayikas casadas con miembros del Isis, encarcelados por haberse unido a los milicianos o en espera de un proceso.

En Asia Central el reclutamiento de jóvenes musulmanes en la guerra conducida por el Califato contra las potencias occidentales es una problema de larga data. Según fuentes oficiales, desde la región partieron al menos 4 mil personas que usaron rutas rusas y medio orientales para ir a combatir a Siria e Irak.

Para contrarrestar la fascinación que la organización pueda ejercitar sobre las mentes de los jóvenes, en el año 2015 los ulemas de Kirguistán emitieron una “excomunión” contra el Estado islámico. Los jefes religiosos musulmanes han exhortado a una radical reforma de la enseñanza religiosa para difundir “el verdadero islam (que) siempre se opuso al extremismo y al asesinato de personas inocentes”. Para contrarrestar las ideas radicales entre los jóvenes, a continuación el gobierno de Dushanbe prohibió la peregrinación a la Meca (hajj) a todos aquellos que no superan los 35 años.

La involucración de los ciudadanos de origen centro-asiático en operaciones de terrorismo surgió en toda su portada destructiva con diversos atentados en los años pasados: Sayfullo Saipov, autor de la masacre de Halloween en Nueva York en octubre de 2017, provenía de Uzbekistán; Akbarzhon Jalilov, responsable del atentado en la metró de San Petersburgo en abril de 2017, era de Kirguistán; el yihadista que provocó el estrago de Fin de Año en el club Reina en Estambul en 2017, era de nacionalidad uzbeka; Gulmurod Khalimov, conocido comandante de las fuerzas especiales de Tayikistán, se había unido al ISIS en 2015 y fue asesinado en Siria en 2017.

Según Amanzhol Urazbayev, coronel del Comité para la seguridad nacional (KNB), la reciente misión de Kazajistán “no es sólo humanitaria”. “Es también importante que la evacuación (de los ciudadanos) permita a Kazajistán poder neutralizar la amenaza representada por el retorno espontáneo de los terroristas a casa”. Al mismo tiempo, otros expertos evidencian el riesgo que el terrorismo islámico sea usado como “pretexto” por los gobiernos para reprimir el disenso interno.