Nuevo cardenal de Teherán: tras las huellas de san Francisco para ser “instrumento de paz”
AsiaNews estuvo con Mons. Mathieu al margen del Sínodo, pocas horas antes del anuncio de que había sido elevado al rango de cardenal. El nombramiento muestra "el incesante deseo" del Papa de "tejer y fortalecer vínculos con todos los pueblos". El pueblo iraní es "acogedor" y no sólo "barbas y chadores como se lo describe en Occidente".
Roma (AsiaNews)- “Que esta elección como estrecho colaborador del Santo Padre, de conformidad con Jesucristo, sea un signo más para la Iglesia, el pueblo de Dios, del incesante deseo de tejer y fortalecer vínculos con todos los pueblos, en este caso, los iraníes en general y sus líderes en particular”, afirma en un mensaje a AsiaNews Mons. Dominique Joseph Mathieu, arzobispo de Teherán-Isfahán, fue elevado ayer al rango de cardenal (aquí la lista completa de 21 nuevos purpurados) por el Papa Francisco después del Ángelus, cuando anunció el consistorio que se celebrará el 8 de diciembre. Esta decisión, continúa el nuevo cardenal, constituye "un testimonio de que Dios ha elegido a los débiles del mundo para confundir a los fuertes". Siguiendo las huellas y el espíritu de san Francisco de Asís, en obediencia al Papa, llevaremos adelante la misión - concluye la nota - de ser instrumento de paz en la casa común y para todos los hermanos, en los hechos y, si es posible, con palabras".
Dominique Joseph Mathieu Arzobispo de Teherán Isfahan, nació el 13 de junio de 1963 en Arlon, Bélgica. Cuando terminó sus estudios secundarios ingresó en la Orden de los Hermanos Menores Conventuales e hizo la profesión solemne en 1987. Fue ordenado sacerdote el 24 de septiembre de 1989 y en 2013 fue incardinado en la Custodia Provincial de Oriente y Tierra Santa.
Ha desempeñado diversos cargos: promotor vocacional, secretario, vicario y ministro provincial de la Provincia Belga de los Frailes Menores Conventuales, rector del Santuario nacional de San Antonio de Padua en Bruselas y director de la correspondiente Cofradía. En el Líbano, en 2013, en la Custodia Provincial de Oriente y Tierra Santa fue Secretario Custodial, Formador, Maestro de Novicios y Rector de Postulantes y Candidatos. El 8 de enero de 2021 fue nombrado arzobispo de Teherán Isfahan (Irán) y recibió la consagración el 16 de febrero siguiente, fiesta de San Maruthas, patrono de Irán, en la Basílica de los XII Apóstoles de Roma.
La decisión del Papa Francisco de elevar al rango de cardenal al arzobispo latino de Teherán, que encabeza una comunidad pequeña en número pero rica en fe y que forma parte de la "periferia" del mundo, probablemente se puede considerar una sorpresa. Sin embargo, se inscribe en una línea pastoral de atención y cercanía a las realidades marginales del mundo, tal como lo demuestra el último viaje apostólico, a principios de septiembre, al extremo Oriente asiático y el Pacífico.
En Irán hay alrededor de 22.000 católicos (y cerca de 500.000 cristianos) sobre un total de casi 82 millones de habitantes, la gran mayoría de los cuales son musulmanes chiítas (el 90%; los sunitas son algo más del 5%). Entre las diversas Iglesias se encuentran la caldea, la armenia y la de rito latino, cerca de 2.000 cristianos que se suman a europeos y latinoamericanos que trabajan en la República Islámica. Según la Constitución iraní (art. 13), los cristianos, los zoroastrianos y los judíos son libres de practicar su culto "en el respeto" de las leyes islámicas. Los cristianos también tienen representantes en el Parlamento (Majlis).
El nombramiento sorprendió al mismo Mons. Mathieu, con quien AsiaNews se había encontrado el pasado 5 de octubre al margen de los trabajos del Sínodo en el Vaticano - la víspera del anuncio del pontífice en el Ángelus - y que ciertamente no esperaba formar parte del colegio cardenalicio. A pesar de que los católicos son una realidad minoritaria, mi presencia en Irán "es importante para decir: 'estamos aquí'" y para vivir de manera transparente, sin ocultar nada", nos contaba el nuevo cardenal. “Lo que trato de comunicar a nuestros fieles - explica en este anticipo de una entrevista más amplia que publicaremos en los próximos días - es que sean ese tipo de personas, que den testimonio del amor de Dios”. Los cristianos en Irán deben "estar allí y dar testimonio".
En el plano pastoral, la labor del nuevo cardenal se centra en "formar" a los miembros de la comunidad "para asumir las responsabilidades de la Iglesia". Es un camino "que llevará tiempo" pero que forma parte de la misión de ser "levadura en este país". Una realidad que se caracteriza por una gran "riqueza" a nivel humano, social y espiritual en un país marcado por las dificultades para la práctica del culto, aunque teóricamente existe libertad religiosa. Por otro lado, está el hacha de las sanciones internacionales y el agravamiento de los vientos de guerra que soplan amenazadoramente en Oriente Medio, con la perspectiva de un conflicto abierto entre Teherán e Israel. En este contexto de profunda tensión resultan más valiosas que nunca las obras y las palabras de san Francisco, según el cual “cuando no es posible predicar con la palabra - explica Mons. Mathieu - nosotros predicamos con nuestra vida y damos testimonio del amor de Dios con nuestra propia vida. Creo que esto es también lo que se espera de los cristianos".
El arzobispo dedica una reflexión final al pueblo iraní, al que define como "muy acogedor", que pertenece a un país "difícil de ubicar, como lo experimenté yo mismo ante una pregunta durante el Sínodo, cuando nos pidieron situar el lugar de origen de cada uno en una zona continental". "No somos parte de los países árabes, pero tampoco somos Asia", incluso teniendo en cuenta el reciente cambio en las relaciones con Pakistán y Afganistán. Sin embargo, añade, “todos están interesados en Irán, porque es un Estado con muchos recursos, no sólo de la tierra sino también a nivel intelectual. Una nación - concluye - que no está formada sólo por chadores y barbas, como suelen representarla, de forma errónea, los medios en Occidente".
17/12/2016 13:14