Nuevo card. Pizzaballa: Capital de la Resurrección, un centro que 'invierte en los jóvenes'

Se inauguró en la Ciudad Santa un centro deportivo y cultural con piscina cubierta, teatro, museo y salones de uso múltiple. Una obra "descabellada" fuertemente ansiada por la Custodia de Tierra Santa para "sus jóvenes", judíos y árabes sin distinción. Para el Patriarca de Jerusalén, invertir en los jóvenes no es un eslogan, sino "energía y esperanza para toda la sociedad".

Jerusalén (AsiaNews) - "Invertir en los jóvenes" no es un eslogan o una declaración de principios, sino una idea de misión "que vale tanto aquí como en cualquier otra parte", hay que contar con ellos "no sólo porque, banalmente, representan el futuro", sino sobre todo porque "tienen energía psicológica y humana". Esto contó a AsiaNews el Patriarca de Jerusalén de los Latinos Su Beatitud Pierbattista Pizzaballa, que figura entre los nuevos cardenales que el Papa Francisco designó el 9 de julio al final del Ángelus con ocasión del consistorio previsto para el próximo 30 de septiembre. Palabras que el recién nombrado cardenal dirigió al comentar la reciente apertura de la "Capital de la Resurrección", un centro deportivo y cultural inaugurado hace poco en la ciudad santa y dirigido, ante todo, a los jóvenes cristianos. Los chicos y chicas, explicó el Patriarca, "son energía y esperanza para toda la sociedad".

Para la Custodia de Tierra Santa, que ha estado en primera línea apoyando la realización del proyecto, se trata de un signo más de esperanza y paz en una realidad que muy a menudo connota tensión, derramamiento de sangre y conflictos internos. El "Centro Cultural y Deportivo, Capital de la Resurrección" está situado en la Holy Land High School, en las antiguas murallas, entre la Puerta Nueva y la Puerta de Damasco, casi escondido entre las casas históricas y dentro de los confines de la gran propiedad que conservan y cuidan los frailes menores.

La inauguración tuvo lugar a principios de julio y a ella asistieron, entre otros, el custodio fr. Francesco Patton, el patriarca Pizzaballa, representantes de la Unión Europea, de la Agencia Francesa de Desarrollo y del Consulado transalpino, que figuran entre los financiadores del proyecto. Ya desde su nombre, pretende poner de relieve la historia, la religiosidad y la misión de la Ciudad Santa y la realidad misma de los cristianos de Jerusalén, una realidad que debe seguir viva y ser testimonio, y no sólo un museo del pasado para peregrinos y turistas. En esta perspectiva, el deporte y la cultura pueden ser un signo y la forma de promover un camino de reconciliación y esperanza entre los diferentes pueblos (cristianos, judíos y musulmanes), como destacó fr. Ibrahim Faltas, vicario de la Custodia de Tierra Santa.

El centro, según la explicación de la Custodia, alberga una piscina cubierta, un teatro, un museo arqueológico, un anfiteatro al aire libre equipado con salas multiusos de entrenamiento conectadas con la cancha de baloncesto que se encuentra en el tejado de la estructura. Todos estos espacios están a disposición de los alumnos de la escuela secundaria, de os habitantes de Jerusalén, judíos y árabes por igual, y de quienes quieran hacer ejercicio o vivir una "experiencia única" en un lugar rico en "historia, arqueología y deporte, incluidos peregrinos y turistas".

Las obras comenzaron en 2021, con la colaboración de la UE y del gobierno de París, además de poder contar con lo que los frailes menores llaman la "generosidad silenciosa" de muchos benefactores de todo el mundo. Las obras que se realizaron guardan relación con los episodios y enseñanzas del Evangelio: desde la piscina que recuerda la curación del paralítico y la recuperación de la vista del ciego hasta los muros de piedra, cada uno de los cuales tiene una historia que contar, como las columnas de las iglesias en las que se apoyaban los fieles, encontrando el apoyo de Dios.

"Era una idea descabellada en la que nadie creía", subrayó el p. Ibrahim Faltas. “Cuando pensé en construir una piscina aquí, nadie me creyó", pero finalmente tomó forma y vida a pesar de las numerosas limitaciones arqueológicas y obstáculos prácticos, "excavando hasta 15 metros bajo tierra". Un centro "muy importante" para la ciudad vieja de Jerusalén, continuó, y "para sus jóvenes, porque los alejará de las drogas". Durante las obras, salieron a la luz los restos de un pozo y de una iglesia de la época bizantina, y "un pequeño museo, creado en el interior del centro", subrayó el clérigo, "recoge algunos hallazgos". El centro consta de cuatro plantas, una piscina de 16x8 metros con sauna, salones de usos múltiples y un campo polivalente al aire libre. "Todo el mundo se ha visto afectado por la pandemia, incluso los habitantes de Belén, que viven sobre todo del turismo. Han trabajado aquí día y noche, y esto -concluyó el franciscano- nos ha ayudado a terminar el trabajo".